‘El Chayote no se toca’

En Durango, $243 mdp a medios de comunicación. No se viola la libertad de expresión ni la libertad de imprenta, al no pagarles sus prebendas; se ataca su corrupción y mentiras, sus alabanzas y silencios

Local21 de marzo de 2023 JESÚS MARÍN

web chayote

Ya en el descaro total, en el cinismo pleno, sin respeto alguno por el periodismo, el oficio más hermoso del mundo según palabras del gran Gabo -Gabriel García Márquez-. Sin vergüenza profesional por su corrupta petición, “los periodistas oficiales”, amos del chayote y el sobre amarillo, están enfurecidos porque les han reducido o casi desaparecido su cucurbitácea. Así cómo van a desinformar y alabar al poder en turno, sin chayote no hay rastrero periodismo.

Al grito de ‘el chayote no se toca’, salen a lloriquear sin recato ni pudor. ‘Devuélvannos el chayote. La lambisconería y besapiés no es gratis. Exigimos chayote’.

Lo patético es que quienes reciben los chayotes mayores, los millones, cobran en dependencias de gobierno, en secretarías, son los dueños o directivos de los medios de comunicación, no los periodistas de a pie.

Sino vean las camionetas que portan. Las propiedades que poseen en zonas residenciales exclusivas. Dueños de imprentas. ¿Y de dónde sale ese billete? ¿De la venta de sus periódicos o la publicidad comercial en sus medios? Claro que no.

Los medios de comunicación oficiosos ya no son leídos y mucho menos creíbles, han perdido audiencias. Toda su fortuna proviene de los millones de millones que por más de treinta años les pagaban los gobiernos en turno, por boletinar y hacerse cómplices de sus corrupciones. Y ahora que deben ejercer el periodismo libre y real, sin chayote de por medio, estos tipejos pos’ saben cómo deshonrar al gremio.

El peor insulto es usar la imagen de Francisco Zarco como estandarte de ‘su libertad de expresión chayotera’. Zarco, duranguense de pura estirpe, redacta: no escribas como periodista lo que no puedas sostener como hombre.

Ellos lo han trastocado, lo han enlodado. Para estos indignados periodistas es: “no escribas si no recibes chayote”.

Y no. No señores dizque periodistas, no se viola la libertad de expresión ni la libertad de imprenta, al ya no pagarles su chayote. Se ataca su corrupción y mentiras. Sus alabanzas y silencios. El periodista no es aquel, como ustedes, que gana más dinero por lo que calla, que por lo que escribe.

Ustedes son cómplices del Durango que tenemos. Ustedes siguen mintiendo a los ciudadanos con sus loas y elogios sobre Villegas y secuaces. Escribiendo maravillas sobre Villegas.

No se les olvide que con José Aispuro hicieron lo mismito. Bastará con comparar sus sueldos con su estilo de vida. No concuerda sus ingresos con sus egresos. Bastará comparar la producción y venta en sus medios con los millones que ganan. Dejen de victimizarse y de ofender al verdadero periodismo.

“Ser periodista es tener el privilegio de cambiar algo todos los días”, Gabriel García Márquez.

“La prensa es la artillería de la libertad”, Hans Dietrich Genscher.

El chayote sí se toca, el chayote debe desaparecer. Durango y sus ciudadanos merecen un periodismo honrado y veraz. Un periodismo de denuncia y en defensa del pueblo.

 

La Ley de la discordia

 

La Ley General de Comunicación Social, promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es el punto del conflicto con la mayoría de los medios de comunicación. En su artículo 26, establece un tope en gasto publicitario de 0.1% a toda entidad pública.

En Durango, se destina durante este año de 2023 recurso público por el orden de los 243 millones 114 mil pesos a los medios de comunicación, es decir el .58% del presupuesto anual de egresos que es de 41 mil 320 millones de pesos.

Con la Ley -llamada anti chayote-, este recurso se reduciría drásticamente, a 41.3 millones de pesos al año como gasto en medios de comunicación, es decir, el 17% de lo que está presupuestado este año.

Este nivel de gasto del 0.01% parte del concepto de respetar la letra Constitucional en sus artículos 6° y 7° en relación al derecho a la información, no vender información encubierta de publicidad, de prohibir el gasto para promocionar la imagen de los gobernantes, así como de respetar la libertad de expresión a través de que no medie el dinero público como instrumento de condicionamiento a contenidos.

A nivel federal, la reducción en el gasto de publicidad es contundente, se han liberado millonarios recursos a favor del gasto social y la inversión pública: en el sexenio de Enrique Peña Nieto el gasto en publicidad oficial fue de una media próxima a los 11 mil millones de pesos anuales; en contraste, durante los cuatro años de gestión, López Obrador ha destinado a publicidad sólo unos 8 mil millones de pesos, esto es, unos 2 mil millones por año, lo que representa casi un sexto de lo erogado hasta 2018.

Esta dirección del gasto público se pretendía trasladar a los estados y municipios con la nueva Ley de Comunicación Social.

Y, ante la presión de los medios masivos de comunicación, el coordinador de los diputados federales de Morena, Ignacio Mier Velazco, informó que el tema será abordado el próximo 22 en comisiones y el 23 en el Pleno, por lo que se dará marcha atrás a dicho articulado de la ley.

Argumentó que la derogación del artículo obedece a que la reforma ha generado inquietud en gobiernos estatales y municipales sobre el gasto en campañas de comunicación, por lo que promovieron controversias constitucionales.

Así, los estados y municipios, quedarán en libertad de seguir manteniendo vigente el ‘chayote’.

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