Una lectura de la derrota de Morena en Durango capital

El PRIAN terminó arribototota y Morena con una derrototota

Nacional04 de junio de 2025 Jesús Mier Flores
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Abordar el tema reciente de la estrepitosa derrototota del doctor José Ramón Enríquez, es una situación sumamente embarazosa, dado que se prestaría a pensar que es muy fácil hacer leña del árbol caído, sin tomar en cuenta que, en este caso particular, no sería así, porque dicho árbol ya estaba caído y abajototote del PRIAN y por ende hecho leña.

Razón por la que no sería necesario hacer uso del hacha, porque sus dos frentes y sus dos costados, sin haberse lanzado aún al ruedo, ya estaban hechos trizas. De ahí que, para recomponer ese terrible esquema de descomposición, sería intentar hacer de lo malototote algo peor.

Pero vayamos  al tema en serio, donde la abstención, la inconformidad y la desbandada encabronada; aseguran que fue una pésima imposición y en mi modesta opinión pienso diferente, porque quien lo impuso en la candidatura, es hijo de un viejo Lobo de Mar y, si éste puso a Caperucita a que narrara el cuento, sin duda que ésta tenía que prescindir de su inocencia y de su virginidad, para seducir sutilmente al lobo del bosque, a quienes todos por envidia, le daban el mérito de habérsela comido fácil y de un solo bocado.

Pese a los escándalos y gritos, la suavidad y la tersura de la venganza, no dejaron de alfombrar el camino hacia la candidatura, que entre líneas exhibía dos lecturas: la primera, cobrarle a precio de oro las cuentas pendientes y la segunda, arrojarlo de pasto mal oliente a los pajarracos y a los buitres más feroces, de los que aquí en Durango, tampoco se hubiera escapado el mejor y más fino manjar.

Así que, montados en ese tenor, podríamos asegurar que el doc fue víctima del desquite más brutal, al morder la chuleta envenenada, la cual en su presencia fue aderezada con tufo de la decrepitud y pestilencia prianista, de cuyo banquete la militancia morenista prefirió quedarse en ayunas, que degustar de tan asqueroso menú.

La dirigencia del Partido de Regeneración Nacional, sabía de antemano que ganar la alcaldía de la capital, sería toda una odisea. Así que no se arriesgaron a sacrificar a un perfil valioso. De ahí que, no la pensaran dos veces para imponer al doctor Enríquez, urdiendo evitar el sabotaje de éste hacia cualquier otro y a la vez lanzarlo al matadero solito, para no culpar a nadie de su suicidio político.

Posiblemente estemos especulando de más, pero sucedieron muchas cosas que nos dan la pauta a pensar mal. Una de ellas, la grotesca campaña que por separado peroraban los partidos del PT y Verde, promoviendo por su cuenta a sus candidatos a regidores; mientras el galeno sudaba la gota gorda, al presidir eventos miserables y desairados, que lograba sacar a flote, con la presencia de Lugos, Termis y empleados.

Todo mundo asegura que fue mal candidato y no lo dudo. Pero el momento de la venganza había llegado y, si no era ahora, ¿cuándo? Y si no era Andy, ¿Quién? La ofrenda estaba puesta en bandeja de plata y no había tiempo que perder, aunque los afiliados y resentidos, contribuyeran a la peor derrota del partido, que por dichas circunstancias ahora se encuentra en el vergonzoso tercer lugar.

Aquí en Durango, las huestes del doctor Enríquez, apedrearon a Mario Delgado, cuando se desempeñaba como líder nacional de Morena, pero antes ya había roto con AMLO y con todo aquel que contradijera la agenda de sus ambiciones, las que han soplado siempre sus tizones, con los que desafortunadamente el mismo se ha consumido.

Con dicho polvo de tan garrafales errores, no creo que el Andy le haya dado la candidatura por ingenuo, si eso hubiera sido, no le hubiera dado la zapa y el pico, para evitar que cavara su propia tumba e inhumara sus cenizas puñeteras, con las que soñaba empollar su Ave Fénix.

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