Gobierno de Durango roba aumento del salario a pensionados del magisterio

El día cinco de agosto del año que transcurre, empezó a circular por medio de las Redes Sociales, un comunicado, cuya noticia, en vez de alegrarnos nos provocó gran molestia, igual que cuando los indeseables nos hacen bromas, sin haberles dispensado jamás nuestra confianza.

Por supuesto que dicho comunicado dirigido a los jubilados de la Sección 44, implica que, gracias a los buenos oficios de la dirigencia sindical, se logró que por primera vez la Dirección de Pensiones, nos hiciera víctimas del robo del 1.8 por ciento, correspondiente al aumento salarial del año 2024.

En dicho tenor, sin duda, que los flamantes representantes se dan por satisfechos y bien servidos; sin importarles el mal sabor de boca que han ocasionado en muchos compañeros, que espontáneamente se han inconformado, porque aseguran que es el principio del robo consentido por parte de quienes deben evitarlo, ya que, dado este precedente, el año que entra, Pensiones tendrá más elementos de penuria para robarnos el doble, sustentado y justificado en esta negociación magistral.

Existen los precedentes de robo de conquistas y derechos; pero jamás el concerniente al aumento salarial, que esta vez se traduce en un hecho histórico vergonzoso para la dirigencia sindical y un parteaguas ventajoso y redituable para los directivos de la institución pensionaria, quienes sin recato pretenden sentar sus reales, para burlar ahora sí, con patente de corso, los   derechos de los jubilados.

Ante estos hechos tan lamentables, nos queda muy claro que la negociación del contubernio sindicato-patrón, fue la de saquear y limitar a su antojo el porcentaje salarial a los jubilados. Expresión clave que nos induce a reflexionar que por razones obvias, los depredados nunca aceptarán las cuentas mochas, pero por necesidad tampoco rechazan las que mañosamente les hacen llegar a sus cheques miserables.

Se habla en las Redes Sociales de la toma de la institución pensionaria, en cuya sede se desdobló el brazo para dar el garrotazo y ahora con una actitud pusilánime e hipócrita, su titular finge comprender la inconformidad, simulando sellar el compromiso de hacer llegar a finanzas la injusticia cometida.

Ojalá el coraje del movimiento resista y se extienda, porque los ladrones del actual sexenio ni se arrugan ni se rajan ante las patadas de los asfixiados, cuyos representantes sindicales en todas las dependencias, sin misericordia han dejado morir.

He seguido de cerca los brotes de inconformidad, y no veo por donde pudiera rescatar de semejante error a la dirigencia sindical; como tampoco descalificar a sus detractores, porque a todas luces la razón les sobra, de ahí que para desfacer dicho entuerto, no bastaría en clasificarlos en buenos y malos, sino en justificar de los que con justa razón reclaman que los culpables reconozcan y coloquen el rabo entre las piernas, en señal de reparar inmediatamente el daño, sin dar tregua al fiado al que criminalmente nos ha sometido el actual gobierno.

En este preciso momento, sería importante que la dirigencia sindical convocara a todos los jubilados y sometiera a su consideración este acuerdo emanado de una negociación tan cuestionada, porque ya es tiempo de que los afectados dejen de soportar el pesado lastre de los contubernios perversos, que los inmoviliza y los coloca en el papel de “blanco fácil” de directivos y líderes poco comprometidos con la mística sindical.