Justicia que no es pronta y expedita es injusticia

Poder Judicial está urgido en todos los niveles de un cambio profundo

Local14 de enero de 2025 Sergio O. Delgado Soto
Justicia web

El Poder Judicial del estado de Durango tiene en su organigrama una Consejería Jurídica, a la que acuden personas económicamente imposibilitadas para pagar a un abogado que los represente en un juicio independientemente de si son la parte acusada o la parte acusadora. Eso fue lo que hizo mi esposa a mediados del año anterior, porque dos inquilinos de un local comercial de su propiedad  lo dejaron sin haber pagado lo que por concepto de agua y energía eléctrica consumieron y cinco meses de renta.

Pues bien, a año y medio de haber apelado a la Consejería, lo que apenas se logró la semana pasada fue lo que en el argot jurídico se llama DESAHUCIO, que consiste en abrir, con la presencia de un actuario y un notificador de dicha dependencia, el local rentado para checar si fue objeto de un daño por los inquilinos o si éstos se llevaron de ahí algo que no les pertenecía.

Ahora bien, eso de que tuviera que pasar tanto tiempo para ver lo del local, fue de pérdida absoluta para su dueña, porque en ese año y medio no pudo rentarlo cuando del alquiler de ése y otros dos locales que son de su propiedad derivan sus ingresos, que no son muy elevados, porque los renta a bajo precio. Lo que la señora creía, porque los inquilinos eran evidentemente culpables, era que el litigio duraría, a los más, seis meses y que esto implicaría para ella que los inquilinos le pagaran, además de los meses que ocuparon el local, los que se llevó el juicio y los respectivos consumos de agua y luz. Nada de eso consiguió la pobre mujer.

En cuanto a la abogada que en la Consejería le llevó el caso hay que decir que, además de incompetente, solía tratar muy mal a la quejosa, aunque craso error de ésta fue haberla soportado ¡por año y medio! y no haber apelado a tiempo a quien es, ahí, la máxima autoridad para lo que en justicia procedía:  1) el respectivo jalón de orejas a la fallida litigante y 2) su sustitución por otro defensor del caso con más espíritu de servicio. Y es que si algo es muy socorrido en la burocracia oficial de todos los niveles jerárquicos son tip@s que rebotan sus traumas de infancia en quienes, por necesidad, demandan sus servicios, más si son personas de condición humilde. 

Traje al caso este incidente familiar, por lo urgido que está el Poder Judicial en nuestro país a todos los niveles de personal competente y respetuoso; es decir, de servidores públicos que hagan suyo el pensamiento de Morelos respecto a lo que es servir al pueblo: el más grande honor. En los dos años y nueve meses que fui militar en la Dirección General de Intendencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, el ascenso que me gané –de soldado a cabo- fue fundamentalmente por el buen trato que siempre dispensé a quienes requerían mis servicios. No hagas a otro lo que no quieras para ti.

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