Morena no debe convertirse en un triste receptáculo de tránsfugas y oportunistas

¿Qué ocurre con líderes y activistas cuando alcanzan cierto grado de poder y se olvidan de principios y respeto por estatutos?

Opinión30 de julio de 2024 Patricia Barba Ávila
receptaculo web

A los inteligentes el poder los marea; a los tontos los vuelve locos. AMLO

Lo que ha venido ocurriendo en Morena principalmente desde que Mario Delgado, con la intervención del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF),asumió la presidencia del partido, ha desatado consecuencias lamentables para su consolidación tales como la separación de miles de militantes indignados por las constantes violaciones de principios y de sus derechos, aunadas al riesgo de desviación de este proyecto iniciado por Andrés Manuel López Obrador en 2011, justamente después de abandonar el Partido de la Revolución Democrática precisamente por la creciente descomposición que prácticamente ha reducido a este instituto político a nada. Y es aquí donde radica una de las preocupaciones de militantes y simpatizantes, es decir, que Morena tenga el mismo triste fin del PRD.

 

Entre las muchas decisiones adoptadas por Delgado que han generado gran indignación estuvo la de despojar al morenista Luis Morales, comerciante de origen otomí que ganó la curul plurinominal mediante uno de los métodos aprobados por el partido, para asignársela al actor Sergio Mayer quien tras mostrar su absoluta carencia de identidad con la ideología y el proyecto lopezobradoristas, abandonó Morena y se dedicó a denostar tanto a AMLO como a la 4T en foros y eventos organizados por el conservadurismo odiador de todo lo que provenga del gobierno actual. Semejante despropósito generó una ola creciente de indignación que ha sido la gota que derramó un vaso ya bastante saturado de trapacerías por parte de Mario Delgado y cúpula que lo ha acompañado y aplaudido todo lo que ha hecho en detrimento del partido y, por ende, del movimiento.

 

A título personal y con base en la clara trayectoria neoliberal de Mario Delgado, no me sorprenden sus decisiones y comportamiento, pues son esperables de alguien para quien la ética y los principios son irrelevantes. Lo que sí es sumamente preocupante es la actitud del director del Instituto de Formación Política, el caricaturista Rafael Barajas, alias “El Fisgón”, cuyo aporte al movimiento y al proyecto han sido indiscutibles. Y es justamente por este motivo que su amplio apoyo a los despropósitos de Delgado y sus desplantes ofensivos y cargados de una arrogancia incompatible con la actitud respetuosa y hasta humilde del propio AMLO, son inaceptables. Lo esperable en alguien que ha sido un fuerte impulsor de la 4T es una reflexión profunda y una rectificación en lugar de continuar empeorando su actitud con declaraciones cargadas de descalificaciones como llamar “sectarios” a todos los que con justificada razón nos oponemos a la evidente corrupción dentro de la cúpula morenista. Le vendría muy bien a Rafael Barajas dilucidar muy bien la diferencia entre “sectarismo” y congruencia, pues es esta última una cualidad de enorme valor cuando se trabaja en la consolidación de un proyecto tan ambicioso como la Cuarta Transformación. El sectarismo, por otro lado, tiene que ver con el rechazo de enfoques ideológicos distintos al propio y por ello, nada tiene que ver con el rechazo de desviaciones, favoritismos o corrupción llana y simple implícita en despojar a un militante de un derecho o un puesto adquirido o asignado con base en los propios reglamentos y estatuto del partido para favorecer a otra persona que, en el caso de Mayer, ni siquiera cuenta con trayectoria o mérito alguno dentro del movimiento.

 

Difícil imaginar cómo un integrante de la 4T y responsable de la formación política de decenas de potenciales integrantes del partido y/o del gobierno, puede atreverse a insultar a los que nos negamos a aceptar la descomposición de Morena que se ha convertido en un triste receptáculo de tránsfugas y oportunistas que no lograron sus ambiciones en el PRIANrd. En verdad que este fenómeno de desviación de los principios que hemos atestiguado en gente que milita en la izquierda o el progresismo, exige no sólo mucha atención por parte de la ciudadanía, sino una obligada rectificación y, adicionalmente, un profundo análisis de los motivos que lo generan. 

 

Hacemos votos porque la nueva dirigencia entienda la importancia de escuchar el clamor de una militancia que pese a todos los dislates y violaciones de la cúpula morenista, se mantiene fiel al proyecto sin duda alguna por el gran peso que representa AMLO a quien, por cierto, se deben los triunfos obtenidos en 23 entidades del país, no a la lamentable gestión del actual presidente a quien, de manera incomprensible, se le ha premiado con la titularidad de la Secretaría de Educación Pública, ni más ni menos.  

 

La reciente reunión de Citlali Hernández con Luis Morales podría significar una intención de rectificar el rumbo de Morena por parte de quien seguramente asumirá la presidencia de Morena, Luisa María Alcalde. Esperemos que así sea aunque lo idóneo hubiera sido que en lugar de tomar como pretexto un viaje de Mayer al extranjero y así permitir que el Sr. Morales asuma el puesto que legítimamente le corresponde dentro de la legislatura, hubiese un reconocimiento de que se cometió una injusticia y un error garrafal. Tal parece que la humildad típica de figuras tan sólidas como el propio Andrés Manuel López Obrador es extremadamente difícil o, mejor dicho, imposible, de emular. 

 

Confío en que una ciudadanía cada vez más exigente y consciente de lo que hay que hacer para consolidar la 4T, continúe manifestando su oposición a todo aquello que debilite el proyecto y la consecución de la tan ansiada democracia real, en la que sea el pueblo y, dentro del partido, la militancia, los que lleven la voz cantante. Esta es una de las más caras aspiraciones de los pueblos pues sólo así es posible garantizar bienestar y justicia social. Sin un cambio de mentalidad tanto de dirigencias como de militancia y simpatizantes en general, la 4T no será más que una entelequia.

 

La política es un equilibrio entre principios y eficacia, pero cuando hay que elegir, no se debe pensar, se debe optar por los principios. AMLO

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