Que la justicia deje de ser una vara de doble medida

El subdesarrollo produce subhombres.- Frantz Fannon

 Cuando López Obrador anunció su reforma al Poder Judicial, el primero que aquí puso el grito en el cielo pronunciándose en contra, fue el Lic. Juan Ángel Chávez, de ahí que la primera pregunta que me hice fue: ¿!Pues en qué Durango vive este tipo¡? Y me la hice, porque como Presidente del Supremo Tribunal de Justicia que fue durante el mandato como gobernador de Maximiliano Silerio Esparza, hubo un caso de abuso de poder y de corrupción de este señor que se hizo público en esta ciudad capital. Ahí les va.

Resulta que un Ingeniero constructor que tenía su despacho en el Edificio Mijares y cuyo nombre no recuerdo, acusó a Silerio de querer apropiarse “a la malagueña” de unos terrenos no de poca extensión, razón por la cual, el de Rodeo lo amenazó diciéndole que si seguía con esa acusación, lo iba a meter al CERESO por lo menos cinco años. Como el Ingeniero sabía que en Durango como en todos los estados del País en el Poder Judicial no mandan sus titulares, sino el que los pone ahí, el gobernador, que también palomea a los magistrados, optó por desistirse de su denuncia y, según me dijeron compas que supieron de eso, por irse de Durango.

De esto por supuesto que estuvo enterado JACH y si no procedió conforme a derecho, fue porque sabía que se jugaba la chamba y ya sabemos que en este país, para muchos que viven del erario público, no es la Patria lo primero, sino la chamba. Y como nuestros gobernadores, salvo tres o cuatro casos de excepción, luego de jurar por la Constitución es lo primero que hacen a un lado, no basta la división de poderes para que eso no siga ocurriendo: se requiere de un Poder Judicial realmente independiente, autónomo, al frente del cual no podrían estar tipos como JACH, ni tampoco el actual titular del STJ, un abogado de apellidos Bonilla Saucedo, porque el día que el primo hermano de Esteban Villegas, Lauro Arce Gallegos, con motivo del eclipse solar incurrió en el delito -a mi juicio federal- de rentar a varias decenas de turistas gringos el Mirador de esta ciudad, que es un espacio público y responsabilidad exclusiva del gobierno municipal, ni la Fiscalía General del Estado*, ni el STJ procedieron legalmente contra el infractor. Esta descarada omisión yo se la reclamé por escrito a Bonilla Saucedo, diciéndole que antes que presidente del STJ, el señor es abogado y que, como tal, hizo al titularse el juramento de velar por la vigencia del estado de derecho. Obvio: el señor, hasta la fecha, no ha tenido la deferencia de contestarme. Digamos que se pasó por “el arco del triunfo” mi derecho de petición. Caras vemos…..

Que fue una extraordinaria conquista del pueblo mexicano la reforma al Poder Judicial propuesta por el actual presidente de la República, sólo los conservadores y sus voceros en los medios tradicionales no lo ven así. Y que dicha reforma empiece como se debe, desde el vértice de dicho poder, que es la Suprema Corte, donde la corrupción es actualmente mayúscula y de lo más descarada, al servicio de los detentadores del poder económico nacional y transnacional y hasta de los capos del crimen organizado, alienta a pensar que lo mismo ocurra a nivel de los estados y los ayuntamientos. La idea es hallar una fórmula para que magistrados y jueces sean electos en base a su capacidad y a su trayectoria en el ejercicio de su profesión. Que no vuelva a darse un caso como el de Yolanda de la Torre, una abogada sin experiencia en la litigada y que fue impuesta por otro improvisado, Esteban Villegas, en la presidencia del STJ. Pasó con ella lo que en tiempos de Ángel Sergio Guerrero Mier como gobernador ocurrió con el Lic. Carlos Galindo Martínez, que llegó a donde Yolanda de la Torre sin los atributos profesionales necesarios, de ahí, me decía mi papá -por casi 40 años como secretario de asuntos penales- que el ex rector en los plenos del STJ se la pasara ¡contando chistes!

Es la izquierda, partidaria o no, la que en Durango está obligada a hacer todo lo que sea necesario para que la flamante reforma al Poder judicial aterrice a todos los niveles a fin de que la justicia deje de ser una vara de doble medida. Lo digo porque hará cosa de tres años fui detenido, esposado y llevado por la fuerza a los separos de la Fiscalía estatal sin que mediara orden de aprehensión. Ahí estuve sólo ocho horas, porque ese gran formador de tríos y rondallas que fue el maestro Ernesto “El Caruso” Márquez (qepd) y a quien yo le hice un merecido homenaje en uno de los conciertos de mi programa “Los Reyes de la Serenata”, intercedió por mí diciéndole al agente del ministerio público en turno que quien me había acusado era uno de sus alumnos que por padecer de esquizofrenia me vio cara de ratero. Después supe que mi acusador les dio a un par de judiciales mil pesos para que indebidamente me privaran de la libertad. Caras vemos, paranoicos no sabemos. La verdad es que en este mundo, como en la viña del Señor, de todo hay.