Rebelión tepehuana por la dignidad indígena

Una de las más sangrientas luchas que se libraron durante la colonia

Cultura 03 de abril de 2023 ALFREDO ANTONIO SOLANO ARELLANO

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Comenzada en el mes de noviembre de 1616, la rebelión tepehuana se trató de un movimiento en el cual el pueblo O’dam luchó por conservar su dignidad y valores culturales frente a los españoles quienes estaban obstinados por implantar su autoridad y orden social y económico sometiendo a esta etnia a sus intereses.

La rebelión tepehuana se caracterizó por ser una de las más sangrientas luchas que se libraron durante la colonia, provocó considerables daños a la economía española y puso en peligro sus formas de autoridad, las cuales estuvieron a punto de desaparecer.

Este enfrentamiento, motivó “diversas acciones de guerra por parte del gobernador de la Nueva Vizcaya, Gaspar de Alvear y algunos capitanes para pacificar a los alzados”, (1).

En sus comienzos, la rebelión tepehuana trajo como consecuencia la muerte de ocho misioneros jesuitas, un dominico y un franciscano, quienes perecieron a manos de los insurrectos.

Se afirma que esta lucha se trató de “una verdadera alianza entre los grupos étnicos que poblaban todo el centro y norte del estado para acabar con la incursión española”, (2). 

Como estrategia para reducir a los rebeldes que eran numerosos, los españoles que vivían en el territorio de la Nueva Vizcaya, se hicieron ayudar por algunas compañías de soldados que provenían da Zacatecas y San Luis Potosí.

Por principio de cuentas, los O’dam realizaron ataques a diversos centros agrícolas, ganaderos y mineros, tales como el Zape, Santa Catarina, Guanaceví y Santiago Papasquiaro. Las autoridades, al conocer el propósito de los tepehuanos de llegar hasta la capital y continuar adelante, “el gobernador se vio obligado a organizar la defensa y dirigir los enfrentamientos”, (3).

La ventaja numérica de los insurrectos estuvo en varias ocasiones de decidir la victoria en su favor. Se han dicho múltiples cosas sobre la batalla de Los Llanos de Cacaria, la cual decidió el triunfo de los españoles sobre los indígenas. Se sembró de muertos la región.

“Dejando de lado todas las exageraciones que se han tejido en torno a esta batalla, es indudable que arrojó un número incontable de víctimas y que la edad del hierro y de la rueda llegó a nuestro país, como afirma el historiador Enrique Semo, envuelta en sangre, fuego y pillaje”, (4).

De acuerdo con datos consignados en el informe rendido por el gobernador de la Nueva Vizcaya entre 1614 y 1619, Gaspar de Alvear y Salazar, para el año de 1618 se habían sacrificado la mayoría de los jefes indígenas rebeldes y la rebelión tepehuana había quedado sofocada en su totalidad. 

Al terminar la conquista militar se abrió el camino para el establecimiento en definitiva de la conquista política, económica y espiritual, esto es, la colonización en todas sus formas para beneficio exclusivo de la corona española.

 

Notas:

1.- Antonio Arreola Valenzuela, Máximo N. Gámiz Parral. E.a.t, Durango de las Quebradas a los Llanos, Secretaría de Educación Pública, Durango, 1991, p. 68.

2.- Antonio Arreola Valenzuela…, op. Cit, pag. 69.

3.- Ibídem.

4.- Ibídem.

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