Sociedad y Estado en América Latina del Siglo XXI: Una revisión histórica–social a Cuba.

Internacional 19 de febrero de 2023 Jorge Luis Juárez Martínez

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A propósito de la entrega de la presea Orden del Águila Azteca al presidente cubano Miguel Díaz-Canel, el mensaje político es claro: fortalecer las alianzas entre México y Cuba tomando como ejemplo el papel de las brigadas médicas cubanas en apoyo de la comunidad mexicana durante la pandemia de Covid-19 pero también reflejando el apoyo mutuo y fraterno entre ambas naciones. Y es que en la coyuntura actual que se está viviendo, la resistencia cubana frente a las restricciones estadounidenses respecto al bloqueo económico de más de medio siglo y la negativa de terminar con ello, nos obliga a revisar de manera cuidadosa la cuestión histórica y política del caso cubano. 

Recordemos rápidamente que Cuba logró su independencia de España apenas en los inicios del Siglo XX, apoyada por los Estados Unidos, éstos más por fortalecer sus intereses geopolíticos en la región (América para los americanos) que por un interés genuino, por lo que la isla no obtuvo una independencia absoluta sino bajo el resguardo estadounidense, colocando gobiernos a modo sin cambiar de fondo la realidad del pueblo cubano hasta la caída del presidente Fulgencio Batista, aliado incondicional de los norteamericanos. 

Fue precisamente el Movimiento 26 de Julio encabezado por Fidel Castro y después de más de tres años de lucha que lograron la derrota de Batista a principios de 1959 e instalarse en presidencia y para fundar poco tiempo después el Partido Comunista de Cuba y que gobierna el país desde entonces. No obstante, si hay que aclarar que Castro no buscaba imponer el modelo socialista como tal, sino apegarse al legado de José Martí que había quedado inconcluso en la etapa de la independencia pero que le fue imposible llevar a cabo en el contexto de la Guerra Fría y un mundo polarizado pues fue en ese marco de alta conflictividad que entre la Unión Soviética y los Estados Unidos estuvo a punto de estallar la Crisis de los misiles de 1962.

Sin embargo, no sucedió y Cuba se replegó al bloque socialista liderada por la URSS hasta su desintegración en 1991 para retomar relaciones después, tomando más fuerza con Vladimir Putín a la cabeza de la actual Rusia. Así pues, aún con cambios en el trascurso de los años, Cuba se define como un Estado socialista de derecho y justicia social; con un sistema político de partido único al mando del Partido Comunista de Cuba. Y si bien, el sistema de gobierno ha sido calificado como una dictadura, algunos otros la consideran como una dictadura con apoyo popular y una democracia de un partido único porque en esencia, los índices de desarrollo humano son de los mejores de Latinoamérica, de ahí que insisto, se revise teóricamente el modelo de democracia cubano lejos del modelo occidental tradicional donde la definición teórica está vinculada al ejercicio electoral, lo que no garantiza en términos reales, el poder del pueblo y para el pueblo y para muestra, están los índices de salud y alfabetización en América Latina. 

No obstante, es predominante la desinformación y la tergiversación de la historia como bien lo decía Celeste Sánchez Romero en su artículo titulado Cuba no es como la pintan: Internet ¿Prohibición o emboscada?  donde señalaba el caso del uso del internet en la Isla y que Reporteros sin frontera habían manipulado la nota respecto. Y es que los medios tradicionales abusan de términos como dictadura sin conocer ni entender el proceso de revolución que vivieron los cubanos en el siglo XX y cuyas restricciones y bloqueos aún perduran. José Martí buscó desde el inicio una revolución humanista. Las condiciones de la guerra fría obligaron a Fidel Castro a tomar partido por la Unión Soviética y ahí ató el destino de Cuba. Las cosas no pudieron ser distintas o mejores de haber tomado bando por el bloque capitalista y los estadounidenses. Y para ello no hay mejor muestra que las intervenciones militares de Estados Unidos en Guatemala, El Salvador, Panamá en la franja de Centroamérica. 

La tergiversación mediática no cambiado mucho desde entonces. Sucedió lo mismo en el momento en el que el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador entrega la condecoración mexicana a su homólogo cubano con una gran parte de los adversarios políticos y de la prensa tradicional acusando que se entrega una presea de tal magnitud a un dictador. Y dichas conductas se repiten con la vicepresidencia de Colombia, Francia Márquez, al visitar la isla en el marco de una feria del libro atacada por la oposición y la prensa de su país. 

 Y es que en la narrativa de los medios tradicionales, Cuba es el semillero de soldados comunistas que apoyarán al gobierno mexicano, al gobierno colombiano y a cualquier nación que busque implementar políticas sociales en beneficio de las clases populares. En su momento, Fidel Castro prometió que Cuba jamás enviaría bombas y armas a otros países, sino médicos. Pasado el tiempo y a pesar de muchos, cumplió su palabra. La narrativa del fantasma comunista debió quedar en el olvido tras la caída de la URSS pero aún pretenden que funcione desde ese discurso de odio. Pasa el tiempo y no llega ni llegará el arsenal militar comunista-socialista-castrista-lenninista simplemente porque no existe. En cambio, llegaron los médicos en un país que abandonó la salud pública los últimos 50 años. Y para reactivarlo, AMLO echó manos de los mejores en la región: los médicos cubanos. Por eso la entrega de la medalla es simbólica para Díaz-Canel, como un mensaje de gratitud al pueblo cubano.

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