El diablo en Cyclons

Era Viernes Santo de aquel lejano año de 1990 cuando Jesús María Zaldívar Ortiz y un hermano, acudieron a la discoteca Cyclons con la intención de divertirse y pasar una noche agradable que le permitiera olvidarse por un momento de las diversas tensiones que les produce el diario vivir y la rutina cotidiana.

Esa noche, Zaldívar fue testigo de la aparición del Diablo quien bailó con una guapa joven que estaba en el lugar, testimonio que comparte con los lectores de Espacio Libre.

Recuerda que fue en compañía de un hermano para ver la actuación del grupo Las Nenas que en ese tiempo estaba de moda, “los que estuvimos allí nos dimos cuenta de que anduvo una muchacha que bailó con el diablo, yo lo que más recuerdo es que cuando entré al baño aparecieron cuatro hombres recargados en la pared, yo sentí que uno de ellos me llamó telepáticamente diciéndome, si vuelves a voltear te mueres”.

El relator de esta historia, rápidamente comprendió que esas palabras no había que tomarlas a broma y no volvió a voltear y se dirigió al mingitorio, antes de terminar de orinar vio por una ventana del baño que estaba entrando humo y olía a azufre, y escuchaba que al otro lado se estaba quemando como una hoguera, leña o había una fogata.

“Se oían, tronidos, crujidos y de repente se oyó un aullido como de lobo, entonces y me di cuenta que allí andaba el diablo”, enseguida salió del baño tenso y se fue hacia donde estaba el evento y es aquí donde le tocó presenciar el espectáculo en el cual la joven y el demonio bailaron antes las miradas de los asistentes. “Al estar bailando, vi como la pareja se elevó por el aire”.

El diablo traía la mano en le espalda de la dama y se la quemó, cuando bajaron al suelo las luces se apagaron y entonces claramente se escuchó un Ave María que provenía desde el techo del Cyclons, “era como una alabanza no sé si nuestra señora se presentó en el lugar”.

Jesús María recuerda que en ese instante el demonio abandonó la discoteque, él lo atribuye que éste huyó porque a lo mejor, efectivamente allí estaba la presencia divina de la madre de Dios.

Enseguida se acercaron a la muchacha que en ese instante estaba muy nerviosa y le empezaron a pregunta por su estado en ese momento, entonces una familiar se percató que tenía la palma de la mano del diablo pintada en la espalda, supuestamente se dijo que la quemó al estar bailando.

Una vez que pasó esta escena, los familiares de la dama, se apresuraron a salir del lugar con la intención de seguir al misterioso individuo, persiguieron la camioneta hasta llegar al panteón de oriente donde se abrieron las puertas y desapareció, “ellos llegaron y el portón del cementerio estaba cerrado y ya no pudieron hacer nada”.

Esa noche, Zaldívar Ortiz, recuerda que tuvo una experiencia sobrenatural no muy agradable, pues al llegar a su casa ubicada en la colonia Hipódromo, él y su hermano se fueron cada uno a su recamara a dormir, pero al ya estar en la cama le empezaron a estirar las cobijas.

“Un espíritu, no lo veía pero estiraron las cobijas como tres veces, después oí una respiración en el aire como a un metro de mi cabeza, me retiré a otro lado de la cama pues si me dio miedo y comencé a hablar con aquel espíritu yo quería saber ¿Quién era?, ¿qué quería?, pero no me contestaba”.

Finalmente, se quedó dormido como a la 4 y media de la madrugada, al día siguiente, despertó a las nueve de la mañana, se levantó y fue a visitar a un amigo que tenía una tortillería por la Cruz Roja con la intención de platicarle la experiencia vivida la noche anterior.

Pero antes de comenzar su relato, el amigo se le adelantó y le dijo que si ya sabía que se ha había aparecido el diablo en el Cyclons en una fiesta que se verificó la noche anterior, entonces lo que Jesús iba a comentar lo compaginó con el relato del amigo y todo concordaba, “entonces este hecho es real, yo lo viví, no fue una fantasía”, concluyó.