El ICED: renovarse o morir

Como lo dije en una de mis anteriores columnas: el  ICED, que nació con muy buenas expectativas, más temprano que tarde acabó perdiendo el rumbo y hoy que llega a la dirección general un individuo al que ni con calzador le quedan los zapatos de la responsabilidad, es hora de que los inconformes y perjudicados con esa triste realidad nos unamos y discutamos qué hacer para que no sólo el ICED, también el IMAC, cuadren con lo que estableció la ley estatal del ramo que en su versión original fue publicada en el Periódico Oficial del 26 de Mayo de  2009.

De entrada hay que reconocer que designar a los titulares de los institutos por dedazo de los gobernantes es la principal traba a su desarrollo, porque las designaciones se hacen con criterio político, más que cultural, y lo que asoma por esto es el pobre concepto que de la cultura tienen los detentadores del poder en el Estado. He ahí la clave de que actualmente Durango esté entre los 5 estados peor calificados en materia de desarrollo cultural, aunque en 2011 llegó a estar en el lugar 32, es decir, absolutamente a la cola en ese terreno.

Ahora bien, debo decir que si bien yo he escrito en un par de revistas locales sobre ese nuestro subdesarrollo cultural, el que más claro tiene las razones de esa vergonzante situación y lo que se debe hacer para superarla es Óscar Jiménez Luna, a mi juicio -igual que Fernando Andrade Cancino- con el perfil idóneo para dirigir el ICED y al que el improvisado y despistado de Pérez Meza destituyó recientemente como director de la Biblioteca Central para poner en su lugar a Gilberto Jiménez Carrillo que está, válgase la expresión, a años luz de la trayectoria en el ámbito cultural de Óscar.

El juicio sobre ese tema del compañero lo descubrí en el número 381 de una revista semanal local ya desaparecida, “Entorno”, de Julio de 2011 y en cuya portada, ilustrada por la fachada de la entrada del Ex Internado Juana Villalobos, aparece el título del comentario de Óscar: “Para salir del último lugar en cultura”.

Permítaseme transcribir a continuación lo que propone Jiménez Luna para que los institutos de cultura hagan honor a su nombre.

1. Se requiere un mayor acercamiento entre los gobiernos estatal y municipal con la comunidad artística y cultural, sin las barreras levantadas por la vieja burocracia priísta.

2. Rediseñar en conjunto los Planes Estatal y Municipal de Cultura, orientados para que sean abarcadores, concretos y observados mediante un seguimiento puntual.

3. Reinstalar las oficinas centrales del ICED en el Ex Internado Juana Villalobos, para darle dignidad a tales labores y con el fin de manejar mejor los recursos económicos.

4. Fortalecer jurídicamente y revisar estructuralmente nuestras instituciones culturales (ICED e IMAC), para liberarlas -si así fuera el caso- de los dos tipos de cáncer administrativos más dañinos: los “aviadores” y los comisionados improductivos. Sería muy útil transparentar las nóminas de ambas instituciones: nombres, puestos, funciones, sueldos, compensaciones, con el fin de generar una nueva confianza dentro de la comunidad cultural en particular y entre la sociedad en general.

5. Impulsar la construcción de la Ciudad de las Artes (si hay una Ciudad Industrial, otra Ciudad del Anciano, etc., ¿por qué no puede haber una que albergue las instalaciones culturales ampliadas?)

6.  Integrar el Consejo Consultivo de la Cultura, incluyendo en primera instancia a personalidades de reconocida trayectoria artística y cultural de Durango.

7. Apoyar más decididamente a los Festivales Revueltas y Ricardo Castro, los cuales todavía no alcanzan siquiera un rango regional.

8. Organizar el Consejo Editorial del Estado, para evitar el influyentismo en la selección de obras a publicar y así atender sobre todo la calidad de las aportaciones históricas, científicas y artísticas.

9. Mejorar las condiciones laborales de los trabajadores del arte y la cultura, dotándolos de una base fija de trabajo para que puedan contar con óptimas prestaciones de ley.

10.Dotar de más recursos económicos a nuestras instituciones culturales (pero no antes de considerar los puntos ya anotados, para asegurar la correcta aplicación del presupuesto)

De más está decir que estoy de acuerdo con estas proposiciones de Jiménez Luna que serán base para el Movimiento Cultural Independiente de Durango A.C., que me honro en presidir y cuya mesa directiva, en días próximos, buscará entrevistarse con la Comisión de Cultura del Congreso local en pleno e integrada por 5 diputados, a fin de que la ley de cultura estatal vigente vuelva a su versión original  y en la que el Consejo Consultivo era un elemento clave para impedir la concentración del poder en la burocracia del Instituto, que es desgraciadamente lo que ocurrió  ya en el mandato como gobernador de Jorge Herrera Caldera y con la complicidad de la maestra Elia María Morelos Fabela, quien desde su estratégica posición como titular de la mencionada Comisión de Cultura y teniendo ahí mayoría no tuvo problema alguno para eliminar del organigrama del ICED al Consejo Consultivo.

Para dar una idea de en qué malas manos está hoy el ICED, permítanme informar a nuestro lectores que a Los Reyes de la Serenata, programa reivindicador del bolero que naciera a iniciativa de este servidor hace poco más de 22 años en ese mismo instituto, el actual director de éste, Francisco Javier Pérez Meza, lo excluyó del Festival Revueltas 2022 arguyendo -¡agárrense!- que nos hizo eso porque yo le tiraba al actual gobernador. Dicho en otras palabras:  por ejercer mi libertad de expresión. Como fui a su oficina a reclamarle por esta indebida discriminación, el señor acabó perdiendo los bártulos y a gritos me pidió que me largara. Como no le hice caso, se levantó de su silla para ponerse frente a mí y decirme que si no me salía, me sacaba. ¡Pero sigue improvisando Esteban Villegas!