Enorme capacidad de Sheinbaum: Marcelo Ebrard

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, protagonizó un nuevo triunfo diplomático al lograr frenar la imposición de aranceles a productos mexicanos que el gobierno de Estados Unidos tenía previsto aplicar este 1 de agosto.

En una llamada telefónica con el presidente estadounidense Donald Trump, Sheinbaum no solo evitó el golpe económico inminente, sino que consiguió una tregua de 90 días para construir un acuerdo comercial de largo plazo entre ambos países. Una muestra clara de liderazgo, firmeza y visión de Estado.

"Una presidenta con temple y precisión"

Así lo destacó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, quien fue testigo directo de la llamada y no escatimó en elogios hacia la mandataria mexicana.

“El manejo que hizo nuestra presidenta fue espléndido, es un resultado que se debe a eso. Les puedo decir que el manejo que tiene nuestra presidenta de su conversación, su trato, la firmeza con la que defiende los intereses de México, su capacidad para convencer al presidente Trump, es muy grande”, declaró Ebrard.

El funcionario subrayó que fue la inteligencia táctica y claridad en el mensaje de Sheinbaum lo que permitió romper el inminente avance de una política arancelaria agresiva por parte de Washington.

Acuerdo en camino

El acuerdo alcanzado otorga un periodo de 90 días durante el cual ambos gobiernos negociarán los términos de un nuevo entendimiento comercial. Trump confirmó que se mantendrá el esquema actual de aranceles —25% al fentanilo, 25% a automóviles, 50% a metales— sin nuevos aumentos, mientras se eliminan ciertas “barreras no arancelarias” por parte de México, en términos aún no detallados.

Más allá del componente técnico, la conversación bilateral también reforzó la cooperación en materia de seguridad fronteriza, combate al fentanilo y migración irregular, con la presencia de altos funcionarios de ambos gobiernos durante el diálogo.

Oposición decepcionada… otra vez

Este logro no solo representa un alivio para sectores productivos del país, también expone el contraste entre la responsabilidad de Estado del gobierno actual y la actitud mezquina de una oposición que, una vez más, apostó a que México fracasara.

Mientras la derecha vocifera, la presidenta Sheinbaum defiende con inteligencia y dignidad los intereses del país, consolidando su papel como líder con visión global y temple nacional.

El desenlace de esta negociación aún está por escribirse, pero lo ocurrido ya marca un precedente: en la arena internacional, México hoy se hace escuchar con respeto. Y al frente, una mujer que demuestra que sabe cómo y cuándo hablar, y sobre todo, a quién y por qué decirle que no.