La neta en la tragedia del perro loco y del abandono de su amada Penélope

Cultura30 de octubre de 2023 JESÚS MARÍN

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La neta que yo sí te amo morra, neta que tú eres la efectiva, la que rifa, la dueña de mis quincenas, la futura madre de mis chavitos, la mera mera metatera, mi princesita oscura, mi media mitad, mi nalguita sácale punta, el altar mayor pues.

Por ti, noches enteras me las paso bien toruzco, bien pegado al cahuameo, con pura cahuama de esas grandotas, bebiéndomelas de golpe, sin respirar, tristeando ante rolas del josealfredo, jodiéndome con Pink Floyd, pisteando sin tomarle sabor, nomás embruteciendo el alma, nomás ahogando el orgullo, orgullo para no  pensarte, orgullo para no  extrañar los besotes que nos damos y de cómo mis manos de cholo esquinero se mullicaban por tu cuerpecito, de cómo de mariguano sin oficio, me convertía en tu dueño, de vago mantenido a Dios, al besarte todita, te recorría despacito, reteniendo la respiración, langariando por comerte todita, de cómo mis caricias recorrían ese cuerpecito rumbero, ese cuerpecito tuyo de diosa.

Caray, qué gacho se siente ser abandonado por una morra, por la morrita que te calzoneas, ser tirado al olvido como trusa vieja, cual casco de cerveza vacío como de altiro fuera un perro flaco de la calle, y mira que de perro y de calles, yo sé un chingo, no lo niego, no niego la cruz de mi parroquia, soy un vil perro de la calle, hijo desutiznadamadre, pero neta PENÉLOPE, así con mayúsculas pa’ que se enteren todos y veas que no me escondo y veas que salgo a mita de la calle y gritarlo, yo te amo, morra, te amo perra, yo te pongo casa y te mantengo.

Que si ando de huilo con otras panochitas, es por pura necedad, puras calenturas, herencia de sangre de macho, de toro descolado, si no te soy fiel, es por macho nacido y macho he de felpar; agarra la onda wey, agarra la onda pinche morrita enfadosa; entiéndelo Penélope, yo cuando te veo, siento aquí dentro unas ganas de cantar, un jolgorio de palomas revoloteando, puritas hormigas cricosas, de esas coloradotas y panzonas, recorriéndome la entrepierna y un sol grandote estallando aquí dentro, en el mero mero lugar que tú conoces tan bien y se me enchina la piel y se enchina lo enchinable, y se me alborota el gallo y gallinero.

Mi morrita, mi niña ya no seas culey con tu perro loco, mi Penélope, vuelve, neta que sí te amo, neta  verdad de dios que sí me cuadras, verdad de dios que la primera eres tú, la única nalga que sí me late, el único culito que amo, las demás son meros cotorreos, meros agasajos de un rato, bien sabes que tú eres la única perra, la única flaka, que me pone de rodillas, que me hace chillar de al tiro, y el nudo ahogándome.

Yo que no chillaba desde morrillo, lloré por ti, esa noche cuando agarraste tus garritas y tomaste el cuchillo cebollero y sin piedad abriste mi pecho, me sacaste el colorado, el latidor, me dejaste sin hombría, todo ajotado, todo chillón, todo lastimero, me sacaste la sangre desde adentro, me doblaste las corvas y me entró un sudor frío y tuve mal viaje sin siquiera atizarme, sin siquiera quemarle las patas a judas.

Dan ganas de irme de borracho de tiempo completo, de atragantarme las venas de mota y cristal, hundirme en el resistol, hundirme en el chemo y soñar con tus piecitos de emperatriz china, soñar con tu panochita que tantas veces te he comido.

Soñar con tu rostro de santa de iglesia, de virgencita del Santuario y quitarme la tullidez en que me dejas; dan ganas de salirme a la calle a buscar quien me parta la madre de una vez por todas y acabar así el sangradero, acabar así el moqueo, para no vivírmela pisteando, llegándole mortal a las bachas y tachas, atizando gacho al churro y al dolor, haciendo crecer la rabia y la ardidez, creciendo el lagrimeo, repitiendo tu sacrosanto nombre, me tienes como wey, wachando tu foto, esa de quinceañera donde apareces toda sonriente, diciéndome que yo siempre sería tu rey, tu caballero,  que yo siempre sería tu bizcochito, tu cabeza.

Mentira, mientes como todas las putas viejas, pinches viejas, puras gandallas convenencieras, pura chupadoras de la decencia de los hombres; mira qué bajo he caído, escuchando rolas del Alejandro Sanz, casi casi con pañuelo en mano, casi como morrita en su primer desquinte, neta que te clavaste de a feo, neta que te la bañaste gacho al dejarme abandonado sin mi dotación de tus carnes, sin mi dotación de tus nalguitas, dejándome nomás con el consuelo del meneo de mi triste zurda, dejándome adolorido y desinflado, ardido pues, para que entiendas pinche morrita, a mí, que casi te sentía amar tanto como mi santa madrecita, yo que casi me ponía a camellar pa’ tenerte como reinita, darte lo que mereces.

Que gacha eres, me cae, y ni echarte un fon, ni llamarte a tu cel y no lo hago porque no me importes sino porque soy bien machín y tengo unos “esos” enormes, no me verás arrastrándome, no me verás suplicándote, primero me vuelvo puto que hacerlo, me cae, primero me mato y en tu conciencia pinche flaka.

Pero quiero llamarte y escuchar tu voz pa’ que calmes mis angustias, pa’ que sosiegues tanto cabuleo del malo, del que hace úlceras y provoca cánceres, de esas heridas que no se ven, pero son las que duelen más.

Tu voz, mi Penélope del alma, mi bizcochito santo, mi nalguita adorada, mi panochita sagrada, me hace temblar todito, nomás pronuncias mi nombre y me derrito todito y me doblas, neta, wey me doblas de altiro, neta morra, no sé qué piensas al dejarme así, herido en pleno corazón, con sesera nomás pa’ pensar en ti, en tus divinos labios, en tu pequeñito culo, en tus cositas de allá abajo, en tu rajita rosada y mojadita.

Me traes bien enjabonado, bien toloachado, por ese tallecito de muñequita de sololoy, por esa carita de ángel, morrita me diste toloache del bueno, caldo de tanga, del efectivo, ese cariño que de ratos me hacía recordar a mi jefita muerta.

Caray, Penélope, no se vale haberte ido así, haberme dejado todo empanado, todo pusteco, todo empanochado, ahora quién será mi virgencita de Guadiana, ahora quién será mi vieja, mi morra, mi peor es nada, mi panecito, mi bizcochito, la nenita de papá, la reina de mi vida, la mera mera, la catedral sin capillitas, quién va a llenar este vacío que ni el thiner puede ahuyentar, que ni el mezcal apacigua.

Caray, mi Penélope, ninguna me había calado tan hondo y profundo como tú, me moviste el tapete, gacho, pero rete gacho, ahora ando como perro sin dueño, todito enyerbado, rumiando por el cantón, mirando nuestro catre, ahora tieso y amortajado, y si por las noches no me suelto chillando es porque soy bien machín, es porque soy el perro loco.

Neta carnalitos del alma, todos compas, si alguno saben de mi Penélope, si alguno la conoce, díganle que me lleva la chingada, díganle que ya soy un vil despojo, un vil pendejo, un vato loco que se han rendido, uno que llora como escuincle, apenas la mencionan y que sin ella no soy nadie, y sin ella, esta vida ya no sabe, sin ella el mezcal es pura agua de riñón y sin ella, ni la mota truena rico, que vuelva, y vuelva a ser la reina de mis ardores, la reina de mis noches, la dueña de mis tanates, la mujer por la que soy un hombre, un hombre de verdad, un vato loco forever, te amo, pinche Penélope, mi virgen del Santuario, la reina de mi corazón. 

Chale Penélope, no seas gacha, vuelve. Te amo. Vuelve Penélope, no seas ojete. Ni culera…Vuelve pinche cabrona…

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