IV. Confesiones

Te contaré un secreto...

Eso algo que nadie sabe. Algo muy mío. Es una confesión que mientras duermes; mientras tus ojos ya cerrados, sueñan, yo, en mi desvelo contemplo con ligereza. Aún y con párpados pesados, tu suspiro me deleita, me incita a querer hablarte con mis manos.

Si...

Te contaré un secreto.

Deja por mientras que la noche caiga, que te cubra entera; cómo la ausencia de luz llega y toca la luna, ¡y aún así brilla!

Por mientras, yo acaricio tu cuerpo desnudo, lleno de ropa, ¡con solo mirarte!

Duerme...

¡Duerme mi vida! Que yo te cuido y te cuento eso que nadie sabe. Que todos miran, cuando hablo de ti, cuando te veo, como ahora, mientras duermes.

Es una confidencia absoluta que comparto con la hora que es, con la cigarra, con el grillo, con el reborujo de hojas entre el viento silencioso, con tu respiración. Con tus pestañas cerradas.

¡Te contaré un secreto, mi amor! Mientras estás dormida. Mientras te veo.

Mientras te cuido.