Cuento / 1a. parte
Dependemos de un alago a través de una pantalla, un cumplido falso que se borrara de nuestra memoria en un par de horas; morimos por nuestra atención diaria, morimos porque alguien halague lo que somos. Somos tan faltos de amor y razón propia que alguien más nos lo tiene que suministrar; vives para los demás, vives para que los seguidores aumenten, vives la falsa ilusión de sentirte completo. Somos como adictos esperando nuestra dosis, dosis que nos inyecta endorfina y nos alimenta el ego día con día, y yo sé que soy cómplice del mal que aborrezco, pero gano algo diciéndolo.
Estamos conectados a través de miles de pantallas que nos dan más que una simple y falsa identidad, nos dan seguridad, el estimulante perfecto. El sentimiento de sentirse real que mucho necesita se les deposita ahí; ahí en una pantalla, en un “like” o en un seguidor, incluso se llega a perder el amor real por el de alguien atrás de una pantalla.
Pero esto no es tan complicado, es tan sencillo como te adaptas o mueres, porque a final del día no somos nada más que simples animales sociales que necesitan de estímulo constante para sentirse vivos y desafortunadamente eso nos dan los teléfonos celulares.
Abraza a tu familia, siente el amor de verdad, el contacto de las personas que te aman y acaricia, siente de verdad, que ese contacto no siempre estará.
Espacio Libre México
Gobernador de Durango usa imitadora de Sheinbaum para promover sus programas
Los ridículos de un gobernador prianista
No hay razón ni para el enojo ni el odio: Sheinbaum
No se justifica paro laboral en Poder Judicial
El ‘Junior tóxico’ que llevó al PRIAN a la peor votación de su historia
La Presidenta le responde a Claudio X. González
Aplica descuento indebido del 1.4% a afiliados de Sección 44-Durango
Antes de cumplir un mes en su gobierno