De la dictadura perfecta a la democracia participativa

Opinión 26 de febrero de 2023 GUSTAVO GÓMEZ MENDOZA

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En el siglo XX, después de la dictadura Porfirista y el asesinato de Madero y Pino Suárez, ascendió al poder un grupo de terratenientes donde se pueden ver Carranza, E. Gutiérrez, Obregón y Calles y muchos otros políticos que desataron la contra revolución que se distinguió por respetar la propiedad privada y el capital amasado en la época de Porfirio Díaz.

Durante muchos años hicieron creer a la ciudadanía que vivíamos en democracia, pero al profundizar en el análisis, los historiadores y escritores llegaron a la conclusión de que vivíamos una Dictadura Perfecta, que se significaba por la falta de libertades y derechos, por la represión a las fuerzas populares, por la persecución a los disidentes, por crímenes masivos contra la población desprotegida, por la pobreza de la mayor parte de la población, por el desempleo y los bajos salarios y muchos otros indicadores.

Con la muerte de Madero y Pino Suárez, se asesinó a la incipiente democracia y el pueblo quedó a merced del capital representado por industriales, mineros, terratenientes, comerciantes, empresas periodísticas, y sus empleados, las clases medias.

Lo plasmado en la Constitución de 1917 como el Art. 3°, Art. 27° y el 123° se fueron diluyendo sus contenidos al paso del tiempo.

Creímos que porque había elecciones, elegíamos a nuestros apuestos candidatos a cargos de elección popular.

Pero, las leyes electorales estaban redactadas para que nos confundiéramos, hasta que llegó el año 2018, se empezó a descorrer el telón del engaño.

Los fraudes de 1988 y 2006 crearon una fuerza popular y una verdadera corriente democrática, la misma que se alzó con la victoria en las urnas en el 2018 encabezada por Andrés Manuel López Obrador.

El gobierno actual (2018 - 2024), legal y legítimamente emprendió el camino en favor de los mexicanos marginados y desdeñados. Desde esa fecha, las fuerzas democráticas han venido organizándose y hoy por hoy constituyen la primera fuerza política de México. Parte de esa fuerza se agrupa en un partido (Morena) y otros millones que se advierten en la corriente López Obradorista, y cientos y miles de grupos de la ciudad y el campo se manifiestan en la 4T al grado que actualmente, Morena, el lopezobradorismo y otros grupos de izquierda representan el 70% de la intención del voto si hoy fueran las elecciones presidenciales.

La oposición (PRI-PAN-PRD) ha crecido ciertamente en un porcentaje pequeño.

Todo apunta que para 2024 la coalición de Morena, PT, PVEM y miles de grupos de izquierda sin partido volverán a repetir la hazaña de 2018.

El PRI-PAN-PRD representa al pasado (lo que fue la dictadura perfecta) y aunque no han acabado de morir, sí están agónicos, esa fuerza del capital ha emprendido una guerra de papel y una guerra de insultos, descalificaciones, difamación, pero una elección se gana con votos, indudablemente que la oposición es una minoría.

No cabe duda que el centro de todo el cambio que estamos viviendo es el Presidente de México, AMLO, este gran ciudadano imperturbable y firme, da una gran confianza al electorado.

Lo que derrama este gobierno son beneficios para las clases populares y López Obrador sigue señalando con índice de fuego a las criaturas siniestras de la oposición actual, quien sabe lo que dice y lo que hace, está bien plantado para entrar en la historia de México y haciendo un símil con Díaz Mirón: “el pájaro canta aunque la rama cruja, porque sabe lo que son sus alas”, así con ese temple derrotará junto con el pueblo mexicano a la siniestra oposición de PRI, PAN y PRD.

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