El “súper” juicio a García Luna: ¿Una súper charada?

El objetivo: dibujar a México como corrupto y así avanzar su agenda injerencista

Opinión 19 de febrero de 2023 PATRICIA BARBA ÁVILA

juicio web

Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad.

Simón Bolívar, El Libertador

Una gran expectativa -en mi opinión, infundada por tratarse de un gobierno criminal- generó el tan publicitado “Juicio del siglo” contra el ex Secretario de Seguridad Pública en el sangriento sexenio del Carnicero de Michoacán, ampliamente conocido también como “Borolas”. Después de anunciar el posible testimonio de alrededor de 70 testigos y una duración aproximada de dos meses, repentinamente se toma la decisión de cerrar “con broche de oro” este proceso con el testimonio de un testigo “muy importante”, tratando de mantener la atención del público como si se tratara de una de las series de Netflix que, a decir verdad, en ciertos aspectos se han visto superadas por la realidad.

En este tenor, es imprescindible traer a colación el historial de estrategias injerencistas de USA Corporation, el desgobierno de las multibillonarias corporaciones que realmente controlan los hilos del poder en los E.U., con el patrocinio de golpes de estado, guerra sucia, lawfares y mediafares que, como en otras naciones hermanas de nuestra América Latina, hemos padecido en México como la asonada cocinada desde la embajada de USA con el apoyo de la oligarquía  para derrocar al Presidente Francisco I. Madero y su Vicepresidente José María Pino Suárez en 1913, y más recientemente en 2000, 2006, 2012, 2018 y lo que va de la administración de AMLO.  Aquí es de gran relevancia resaltar, sobre todo, las consecuencias trágicas del fraude que condujo al espurio Felipe Calderón a asaltar la presidencia dando inicio a uno de los sexenios más sangrientos y brutales de nuestra historia.

En virtud de lo anterior, la doble moral y enorme hipocresía del gobierno norteamericano son evidentes, especialmente en el tan cacareado “Juicio del siglo” contra García Luna ya que las poderosas agencias como el FBI, la DEA y el Departamento de Estado siempre supieron quiénes eran Calderón, su superpolicía y su testaferro Cárdenas Palomino y los promovieron tanto en tiempos de Vicente Fox como de Felipe Calderón y Peña Nieto. Como sabemos, estos delincuentes constituyeron una escandalosa red criminal que aplicó como políticas públicas no sólo las desapariciones forzadas, la tortura, la fabricación de delitos, el apoyo al cártel de Sinaloa principalmente y la entrega indiscriminada de la riqueza nacional al capital privado trasnacional. Y aquí es muy pertinente plantear estas preguntas:  1) ¿Por qué se retrasó tantas veces el juicio a este capo? 2) ¿Por qué se redujo sorpresivamente la duración de este juicio que se calculaba de 2 meses? 3) ¿Por qué decidió García Luna no declarar en su juicio? Hay más interrogantes pero estas tres que se relacionan directamente con el trasfondo de este espectáculo en que se ha convertido este proceso judicial que nunca buscó hacer justicia.

Como sabemos, se acerca la elección de 2024 en el vecino país en la que se confrontarán dos proyectos hegemónicos ambos pero uno de corte nacionalista (Partido Republicano – Trump) y el otro globalista (Partido Demócrata- Clan Clinton-Obama) y como las mafias que son, no establecen relaciones de amistad sino de conveniencia y complicidad, por lo que utilizan a politicastros, delincuentes, etc. para avanzar sus respectivas agendas en lo interno y en los otros países, y una vez que individuos o grupos les dejan de servir, como se dice coloquialmente, “les propinan una patada en el trasero”.  Y todo parece indicar que es el caso de Genaro García Luna quien fuera arrestado en 2019 cuando todavía estaba en la presidencia Donald Trump.

Como sabemos, fue en 2009, recién iniciada su administración, que Barack Obama concertó con Calderón el tenebroso plan “Rápido y furioso” que permitió la entrada al país de 2,500 armas que lejos de ayudar a la captura de los capos del narco, fueron empleadas por los mismos cárteles y por miembros del ejército para aterrorizar a la población y masacrarla bajo la guisa de “combate al crimen organizado”. Fue en ese entonces que tanto Borolas como Obama y Hillary Clinton, Secretaria de Estado, aplaudieron y condecoraron a García Luna y a Cárdenas Palomino. No hay que olvidar que Clinton dijo del ex Secretario de Seguridad Pública: “es un gran amigo de los E.U.”. Y aquí podría radicar una de las razones principales para adelantar el fin de este juicio y “aconsejar” a García Luna no declarar.

Y ¿por qué se opta por evitar la declaración de GGL y sí permitir la de Jesús “El Rey” Zambada? Una de las claves podría ser que en criterio de varios miembros del jurado -no dudo que con apoyo mediático- no es muy confiable el testimonio de los testigos protegidos por tratarse de delincuentes que han aceptado reducción de sentencias a cambio de testificar, se intenta proteger a cómplices dentro de ambos gobiernos. En este sentido, como García Luna fue no sólo un alto funcionario de Calderón sino un “aliado” (Clinton dixit) de los E.U. su declaración pondría en serios aprietos al Partido Demócrata y su cúpula Obama-Clinton, así como a agentes del FBI, DEA y la Agencia de Seguridad Nacional. Además de lo anterior, una vez cumplida la misión de dibujar a México y su gobierno como tierra de narcos y de violencia donde la política de seguridad de AMLO, según ellos “ha fracasado” y así poder catalogar a los cárteles como “terroristas”. De esta forma, justificarían una intervención en nuestra política interior y, por lo tanto, ya no les sirve el alargamiento del juicio.

Sin duda alguna, si con la aprehensión de García Luna en los E.U. las miles de víctimas de este criminal y sus compinches: Calderón, Peña, et al, no obtendrán la tan esperada justicia, tampoco se prevé que esto ocurra en suelo mexicano tomando en cuenta el reciente comportamiento harto vergonzoso del poder judicial, hoy encabezado por una peñista, Norma Piña, que ha enviado señales inequívocas de continuar con la conducta inmoral y contraria al interés popular de la SCJN.

Finalmente, la urgencia de una reforma de fondo en el poder judicia no sólo en México sino en E.U. y otros países es innegable y, en el caso de nuestro país, dependerá de la composición del Congreso después de la trascendental elección de 2024 y de lograr mayoría calificada lopezobradorista, tendrá la facultad de modificar los artículos de la Constitución que rigen la elección de jueces, magistrados y ministros, así como el presupuesto con el que deberán contar, el monto de sus salarios y la imprescindible transparencia y supervisión de todos ellos para garantizar que genuinamente sea un órgano que priorice la impartición de justicia verdadera y esté al servicio exclusivo del pueblo de México.

Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente. Sócrates

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