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Los viajes y vida lujosos no tienen que ver con el movimiento de la 4T
Nacional01 de agosto de 2025 Espacio Libre MéxicoEn medio de crecientes críticas por los viajes ostentosos de algunos integrantes de Morena y de la Cuarta Transformación —incluyendo a personajes como Andy López Beltrán, Mario Delgado y Ricardo Monreal— la presidenta Claudia Sheinbaum fijó una postura clara durante la conferencia mañanera de este viernes: el poder, dijo, debe ejercerse con humildad, no con lujo.
Sin señalar nombres, pero con un mensaje contundente, Sheinbaum recordó el legado austero de Benito Juárez y la línea ética trazada por Andrés Manuel López Obrador, subrayando que ningún servidor público debería alejarse del pueblo ni vivir por encima de él.
“El poder es humildad”, afirmó. “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Esa fue una de las enseñanzas más importantes del Presidente López Obrador”.
Sheinbaum rememoró el ejemplo del Benemérito de las Américas, quien tras el exilio regresó a México sin ostentación, dispuesto a servir, sin importar el cargo que había tenido. Esa anécdota, aseguró, debe ser guía para todo servidor público comprometido con la transformación del país.
En respuesta a una pregunta directa sobre los viajes de lujo realizados por algunos actores clave del movimiento, Sheinbaum fue firme: aunque cada quien será juzgado por el pueblo, los lujos no tienen cabida en un gobierno que se dice de izquierda y que surgió para reducir desigualdades.
“Nosotros tenemos una responsabilidad de seguir insistiendo que los viajes lujosos y la vida lujosa no tienen que ver con el movimiento de Transformación”, sentenció.
La presidenta también hizo una comparación con el comportamiento de algunos empresarios, señalando que incluso personas con gran fortuna —como Carlos Slim— optan por la sobriedad y la sencillez. “Hay grandes empresarios que tienen muchísimo dinero y que no viven en la opulencia… es una visión”, puntualizó.
El mensaje de Sheinbaum, cargado de símbolos históricos y referencias al obradorismo, pareció una advertencia suave pero firme a quienes, desde dentro del movimiento, podrían estar perdiendo de vista los principios de la Cuarta Transformación.
En un momento en que las bases de Morena demandan coherencia ética a sus dirigentes, las palabras de la presidenta no sólo marcan distancia de los excesos, sino que también refuerzan el tono moral del nuevo gobierno: cercanía con el pueblo, austeridad en el ejercicio del poder y humildad como brújula política.
“Cuando llegamos a un puesto de representación popular… tenemos que estar siempre cerca del pueblo, tener los pies en la tierra”, concluyó.
La advertencia quedó hecha. Y el juicio, como dijo Sheinbaum, será del pueblo.
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