Por eso estamos como estamos

Los políticos piensan en su mandato; los estadistas, en las futuras generaciones. - James Freeman Clark

Opinión 28 de agosto de 2023 Sergio O. Delgado Soto

web mascaras

Fue a través de Espacio Libre que los lectores de este semanario nos enteramos del sueldo que percibe el actual gobernador del Estado, Esteban Villegas Villarreal: 203 mil pesos mensuales, casi sesenta mil pesos por encima del que devenga el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no obstante el tamaño de la responsabilidad política de uno y otro y lo que en ese terreno es cada uno: AMLO, un estadista; Esteban, un político hecho al más puro estilo del PRI decadente y neoliberal, que falló rotundamente en su primera experiencia de gobierno como presidente municipal, pues salió reprobado de la entrega-recepción que le practicó su sucesor en la alcaldía, José Ramón Enríquez Herrera, quien tuvo en sus manos la posibilidad de confiscarle lo robado y mandarlo a los tribunales. 

Ahora bien, saber cuánto gana el actual gobernador somos relativamente muy pocos los que en Durango tenemos ese conocimiento y esto, como todo, tiene una explicación: el que el Congreso estatal, que es el que autoriza el sueldo y las prestaciones del titular del Ejecutivo, no cumple con su obligación de hacerlo público, como tampoco lo hacen los medios de comunicación leales al régimen, todos maiceados con nuestros impuestos para, entre otras cosas, encubrir las trapacerías de los detentadores del poder. Son estos medios hijos de la verdad oficial u oficiosa, por no decirles de otra manera. Y en cuanto al Poder Judicial, qué se puede esperar de él cuando es el gobernador el que no sólo pone a el o la titular independientemente de que no cumpla con los requisitos establecidos por la ley para estar ahí, como es el caso de Yolanda de la Torre: es también el que palomea a los magistrados.

Lo que se colige de lo anterior es que, si no hay en Durango una real división de poderes, lo que en términos generales hemos vivido en el Estado desde que el PRI se hizo del poder es lo que Mario Vargas Llosa llamó la dictadura perfecta. Y esto no se rompió con la llegada de Aispuro a la gubernatura bajo la bandera del PAN, porque el señor ejerció el poder al más puro estilo del partido donde se formó y se echó a perder. Fue, como se llegó a decir en los corrillos políticos, un priista vestido de azul. Y como el PAN, luego de las concertacesiones del Jefe Diego con Carlos Salinas de Gortari acabó abdicando de los principios que le dieron origen, surgieron como arroz entre sus filas tipos y tipas que vieron en la política la vía más fácil y expedita para vivir sin trabajar, incluso para enriquecerse, constancia de lo cual es una portada de la revista Proceso en la que de un lado aparecen las modestas casas de algunos cabecillas de Acción Nacional -como Roberto Gil Zuarth-  antes de sacarle jugo a la política y del otro las lujosas residencias de que hoy son propietarios gracias a la ubre presupuestal.

Pero volviendo al gobernador que hoy padecemos, hay que decir que es otro más que jura por la Constitución al tomar posesión como un simple formalismo, para ya en el poder hacerla a un lado, ejemplo de lo cual es el encumbramiento en su gabinete de su primo hermano, Lauro Arce Gallegos, que no sólo manda en los institutos de cultura (IMAC e ICED), no obstante carecer de la licenciatura en Humanidades, sino que también es el mero macizo tanto en la mal llamada Feria Nacional de Durango (FENADU), como en el Festival Cultural Revueltas, eventos que, como son hoy, nada tienen que ver con lo que establece la actual ley de cultura estatal (Art. 49 incisos a y b). Ahora que nuestra Carta Magna es muy clara en cuanto al inconveniente de la consanguineidad en la delegación de posiciones de poder importantes, puesto que prohíbe a los titulares del Poder Ejecutivo a cualquier nivel hacer eso hasta el cuarto grado de parentesco. 

Retomando lo del sueldo de Esteban, vale decir que de entrada lo identifica con quien en el PRI fue su mentor político, Ismael Alfredo Hernández Deras, un gobernador que igual que sus sucesores no sólo nos robó en grande: lo hizo a los cuatro vientos, descaradamente, y como en la política también se da eso de que dos agujas no se pican, si Esteban hoy percibe mensualmente 203 mil pesos, sueldo anticonstitucional, es porque en  el anterior congreso local diputados de todos los colores se lo autorizaron. Pienso incluso que en eso pesó mucho el ex gobernador Aispuro, urgido de asegurar que Esteban ya en funciones no lo pasara “a la báscula” por el bárbaro atraco a la hacienda estatal. 

Lo cierto es que a pocos días de cumplir un año su mandato, Esteban Villegas no sale del desprestigio social, por más que digan los medios maiceados que está repuntando. Hay que leer, por ejemplo, lo que dice de él Rodolfo Elizondo Torres, panista que llegó a ser Alcalde de esta ciudad, por no proceder legalmente contra Aispuro y su pandilla. Y en cuanto a los tres créditos bancarios que en lo que va de su gestión le autorizó el Congreso estatal a Esteban, hay algo que debía preocuparnos: el no saber en qué va a gastar ese dinero, como no supimos qué hizo Aispuro con los macrocréditos que en los últimos años de su mandato le autorizó ese mismo poder. Para acabarla de amolar, el actual gobernador se acaba de dar el lujo de ir a China dizque buscando instalar aquí una filial de una transnacional de ese país, aunque a diferencia de los presidentes gringos, que cuando viajan al extranjero lo hacen con uno o dos colaboradores, a Esteban lo acompañaron ¡como 10 personas! Un viaje que fue más de placer que de resultados, como lo fueron por desgracia también los viajes que a ese mismo país y con dinero de nuestros impuestos hicieron los tres anteriores gobernadores: Ismael Hernández, Herrera Caldera y Rosas Aispuro, los dos últimos ¡dos veces! 

¡Sólo el pueblo salva al pueblo, paisanos! No hay de otra. Vayámonos uniendo y organizando.

Te puede interesar

Espacio Libre México

Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email