El sexismo radical y su pendejismo

EL SEXISMO RADICAL y su pendejismo, la delgada línea que divide las decisiones sobre los derechos universales y el no ser tomado con seriedad, por el comportamiento de un adolescente con un berrinche.

…Y que conste que escribí ‘un’ y no ‘una’ adolescente, eh.

Para poder dar una opinión sin sentirse amenazado, debemos entender que hay muchas personas dañadas de diferentes maneras, y cada quien busca empatía y entendimiento a lo que defiende.

Sin ánimo de ofender a la comunidad que defiende la justa causa del feminismo, las llamadas ‹radfems› (feministas radicales) son exactamente la misma ideología aberrante que se esconde detrás del machismo.

Si no están tan familiarizados con algunos términos, la misoginia —que es el rasgo más característico del machismo— es el odio a las mujeres o falta de confianza en ellas por la sola distinción de ser mujeres.

Por otra parte, la ‹misandria› es el homólogo ‘radfem’ de la misoginia y consiste en despreciar a todo lo considerado masculino, denigrándolo, discriminándolo y ejerciendo violencia contra el hombre.

El feminismo, a pesar de sus más de dos siglos luchando por los ideales que nos dan libertad (llámese lucha contra la esclavitud, contra la discriminación racial, o a favor de cualquier minoría oprimida), es un movimiento muchas veces representado por personas cuyo comportamiento retrasa la manera de accionar de los gobiernos, como es el caso de la despenalización del aborto en Durango.

Aunque su demanda sobre el derecho y la libertad de elegir sobre su cuerpo pueda ser razonable por muchos motivos, ¿qué tipo de mensaje comunican al Congreso cuando, en vez de apelar los votos, no exige una rendición de cuentas sobre el tipo de información que maneja cada diputado que votó en contra?

¿Y cómo se puede ayudar al feminismo cuando voluntariamente tratas de defender su lucha pero inmediatamente te identifican (y excluyen) como un “macho opresor sin útero”?

Es tan ridícula su forma de levantar la voz que, cuando algún organismo está en desacuerdo con sus demandas, todos y todo resulta ser parte del problema y empieza el vandalismo, en lugar de abrir espacio a los debates.

A lo largo de esos más de 200 años en la lucha del feminismo hubo muchos hombres apoyando las causas de justicia en contra del machismo. Sin embargo, te dicen que el hombre es un opresor (aunque estés a favor de su libertad).

Sin entrar en la moralidad o legalidad de la despenalización del aborto, hay infinidad de opiniones al respecto:

¿Pero qué podemos aportar si es que no existe un útero detrás de estas líneas?

Desde la perspectiva ideológica de su humilde servidor, la despenalización del aborto debe ser una realidad con una serie de condiciones. Debe ser legal y seguro, pero lo de gratuito debería depender de un examen socioeconómico y psicológico obligatorio para determinar las condiciones de la persona que decide hacerlo.

Mientras exista un feminismo representado por la violencia, quizá no pueda existir el diálogo.

Termino estas reflexiones con un texto tomado de Twitter:

- Te hace sentir que no serías nada sin él.

- Te trata como si fueras tonta cuando le llevas la contra.

- Te dice cómo debes vestirte.

- Te dice cómo debes hablar.

- Te dice con quién relacionarte y te manipula todo el tiempo.

- No me refiero a tu novio, me refiero al feminismo. / ESPACIO LIBRE