GNP Seguros roba a maestros del SNTE

El período del profesor Lorenzo Salazar Lozano, sin duda que desde sus inicios estuvo plagado de errores, trastupijes, triquiñuelas y mentiras. Los cuales obviamente no pasaron desapercibidos por los paganos, mucho menos por la opinión pública, la que siempre presagió que dejaría a la Sección 44, con un déficit catastrófico, cuyo costo es histórico y escandaloso, por el cual la organización jamás había pasado ni pagado.

Pero al paso de un comité ejecutivo a otro, los ánimos se calmaron. Desafortunadamente a la mitad del presente, se escuchan ruidos de los problemas heredados, retumbando uno que cobra importancia por la falta de transparencia  con que lo ha tratado el actual comité ejecutivo, omitiendo la información del descuento indebido del 1.4% y que hasta la fecha sigue vigente a favor de la Aseguradora GNP, avalada por el comité reciente pasado, bajo el pretexto de la pandemia y el abuso exagerado de no consultar a la base del monto y del plazo que se suponía eran mientras pasaba la crisis de la contingencia.

Ya transcurrieron dos años que la pandemia dejó de hacer estragos y la aseguradora ya se adaptó a la filosofía del barrial: “Aquí lo caido caido”, lo que ha bastado para que los criterios desleales y torcidos, nutrieran su mezquindad y de forma escandalosa y revanchista, denunciaran públicamente el atraco que consintieran y encubrieran mientras eran dirigentes.

Todo ese montaje no es gratuito, se sustenta en el chantaje y el conflicto de interés, ya que todo se origina en los adeudos del seguro de retiro, donde no están dispuestos a esperar el orden que se lleva para dicha entrega, sino al troche moche, exigen que a ellos en una distinción de ipso facto, se les pague, porque sus destrezas de tumba y brinca todo lo que les estorba, no son en balde. 

Basados en esa rebatiña, los dirigentes de la delegación de jubilados retoman el abuso y robo de la aseguradora GNP y solicitan al secretario general de la Sección 44 su inmediata intervención, para que se cancele dicho descuento extraordinario del 1.4%, omitiendo en dicha exigencia, la devolución del dinero que indebidamente han descontado, después del término estipulado en el acuerdo y que se debe ir haciendo eco en cada uno de los afectados, para que inmediatamente se cumpla.

Por supuesto que dichas inquietudes no han generado la más mínima preocupación en algunos dirigentes, los que desafortunadamente se empeñan más en relajar sus esfínteres y embarrar a todos con sus propuestas financieras, donde el FOJUPE se avizora como la panacea de un negocio más dentro de la organización, para lo cual proponen el doble de la aportación por parte de los jubilados, con el señuelo de que dispondrán de préstamos hasta de cincuenta mil pesos, no exentos de los avarientos intereses que, sin duda empollarán a la nueva ave de los huevos de oro.

Y así, el escenario de la organización se matiza tanto en las bases como en la dirigencia en un mosaico de topilleros y trinqueteros, donde los primeros rinden culto a los préstamos y los segundos mondos y lirondos se regodean en el agio, aspirando siempre a cumplir la sentencia de que “manejar dinero ajeno es el mejor negocio” y mis queridos colegas ya le hallaron el modito, inspirados en las viejas notas del Barzón.

De ahí que sobran razones por las que nuestros derechos son atropellados y otros amenazados; cayendo en cuenta la negligencia que es justificada por los bisnes monetarios a los que no les escatiman tiempo, ya que las ganancias son más atractivas que los minutos de simulación que invierten en la defensa de los agremiados que corren con suerte, no estando en ese sorteo las viudas y huérfanos de nuestros compañeros muertos.