Ésta es la historia de la deuda pública de Durango

Y los responsables del quebranto: Ismael Hernández, Herrera Caldera y Aispuro

Local25 de septiembre de 2022Jesús Francisco SánchezJesús Francisco Sánchez

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“QUIEN LA HAYA HECHO, la va a pagar”, advirtió el 15 de septiembre de 2016, en su toma de posesión como gobernador, José Rosas Aispuro Torres, reafirmando la bandera central de su campaña electoral y con la que capturó entonces el reclamo número uno de la sociedad. Seis meses después, en marzo de 2017, ante el señalamiento público creciente de la ausencia de acciones penales en contra de funcionarios de la pasada administración estatal de Jorge Herrera Caldera, reiteró: “quien la haya hecho la tiene que pagar”, y pidió “paciencia” a los duranguenses.

Terminó el sexenio y “quien la hizo no la pagó”, pese a que su antecesor Herrera Caldera dejó las finanzas públicas destrozadas, en virtual quiebra, con 4 mil 115 millones de pesos más de deuda pública registrada de largo plazo, para así dejarla en 7 mil 805 millones, un nivel de endeudamiento nunca antes visto en la historia de Durango y que —ya se supo— fue incluso muy superior tras revelarse por parte de la vocera del Comité de Enlace de Entrega-Recepción 2016-2022 del gobierno aispurista, Rosario Castro Lozano, que el nivel de endeudamiento total era el doble, por 15 mil millones.

De esta destrucción de la estabilidad financiera estatal y la opacidad en torno a dónde fueron a parar esos multimillonarios recursos públicos, sólo hubo “chivos expiatorios” con el encarcelamiento de una exfuncionaria menor de la Secretaría de Finanzas, de un pariente cercano de Herrera Caldera y del exdirector del Colegio de Bachilleres —hoy secretario de Educación—, liberados en su oportunidad.

Hoy la película parece repetirse: la detención inicial de una exfuncionaria menor de la Secretaría de Administración y Finanzas del Estado por la sustracción infraganti de 1.6 millones de pesos, cuando el quebranto financiero es infinitamente superior.

En síntesis, las cabezas responsables de esos mandatos con resultados desastrosos en términos financieros, Jorge Herrera Caldera y José Rosas Aispuro Torres, siguen aún sin fincamiento de responsabilidad legal.

 

HISTORIA RECIENTE DE LA DEUDA PÚBLICA DE DURANGO

 

Los registros oficiales de la deuda pública registrada de Durango (sin contabilizar la cifra negra que ya ha aflorado en el concierto de los señalamientos mutuos entre las administraciones de Herrera Caldera, Aispuro y de Esteban Villegas) es la siguiente:

Maximiliano Silerio Esparza recibió su administración con una deuda pública por 296 millones de pesos y la entregó en 838 millones, es decir, con un incremento del 283 por ciento, diferencia que corresponde a 542 millones.

Ángel Sergio Guerrero Mier incrementó esta deuda de 838 millones de pesos a 2 mil 590 millones, es decir, mil 752 millones más que la que recibió.

Ismael Hernández Deras recibió su administración con 2 mil 590 millones de pesos en deuda pública registrada y la entregó con 3 mil 690 millones de pesos, lo que equivale a un endeudamiento por el orden de los mil 100 millones de pesos.

En el caso de Hernández Deras, cabe aclarar, realizó un proceso de renegociación de gran parte de la deuda pública por un monto de 2 mil 470 millones de pesos para mandarla a plazos de diez y 15 años, de decir, no afrontar vencimientos inmediatos, sino trasladarlos a las dos próximas administraciones, principalmente a la 2016-2022, por lo que le correspondió “estallarle la bomba” financiera a la de Aispuro Torres, aunado al escandaloso endeudamiento de su antecesor Jorge Herrera Caldera.

Hernández Deras contrató a la empresa Protego Asesores, presidida por el exsecretario de Hacienda salinista Pedro Aspe Armella, para realizar dicha reestructura de la deuda y por la que cobró una millonaria percepción hasta hoy no cuantificada.

Aspe Armella es uno de los implicados en la red expuesta por los Paradise Papers, investigación realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) que puso en evidencia el mecanismo con el cual empresas y particulares obtienen recursos del pago de impuestos, mediante sociedades ficticias creadas en Barbados, bajo el esquema de Compañías de Negocios Internacionales, valiéndose de la legislación financiera de esta isla que exenta a extranjeros de dividendos, intereses e ingresos de capital, y un pago de impuestos casi nulo sobre las ganancias.

En este entramado de complicidades se encuentra quien apareció como coordinadora del equipo de recepción del ahora gobernador Esteban Villegas, Marcela Andrade Martínez, exempleada de Evercore Partners, antes Protego, y de acuerdo con su declaración en el Registro de Servidores Públicos, laboró entre mayo de 2007 y noviembre de 2012. Con esta información se infiere que Andrade Martínez será actor clave en una eventual nueva “restructuración” de la deuda del gobierno de Esteban Villegas, así como en el proceso que se anticipa de un mayor endeudamiento por parte de la nueva administración estatal como respuesta a una espiral interminable de endosarle a los duranguenses el quebranto financiero.

Finalmente, José Rosas Aispuro Torres deja una deuda pública registrada de largo plazo por 9 mil 071 millones de pesos, es decir, mil 266 millones más que la recibida de Herrera Caldera. No obstante, la cifra negra está en la llamada deuda de corto plazo que, de acuerdo con lo señalado públicamente por Marcela Andrade Martínez, asciende a los 10 mil millones de pesos; de ahí que la suma total del endeudamiento es superior a los 19 mil millones.

Luisa “N”, la exfuncionaria menor de Finanzas del gobierno de Aispuro, aparece entonces hasta hoy como un “chivo expiatorio”, de una retórica oficial que se repite, de ese discurso de Aispuro de cuando tomó protesta como gobernador de Durango, donde aseguró que no cobrará venganzas políticas, pero que “quien la haya hecho, la va a pagar”.

En esa ocasión, en las instalaciones de La Feria —convertido en recinto oficial de la sesión del Congreso del Estado para la transmisión de poderes—, se escuchaba el vitoreo del “sí se pudo, sí se pudo”, y los abucheos a políticos priístas, hoy hermanados en la coalición que llevó al gobierno a Villegas. Cuando se nombró al gobernador saliente, Jorge Herrera Caldera, la gente gritó “¡Fuera, fuera!” El exgobernador Ismael Hernández y el excandidato perdedor del PRI, Esteban Villegas, también se encontraban presentes e igual fueron abucheados.

“No habrá cacería de brujas pero sí se aplicará la ley para quienes traicionaron o traicionen la confianza” de la gente, dijo José Rosas Aispuro, en una verbalismo que terminó como engaño, decepción y traición a los duranguenses por el saldo final de su mandato. / ESPACIO LIBRE

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