Fallidos gobiernos del PRIAN en Durango

Vendedores de ilusiones

Local27 de febrero de 2024 JESÚS MARÍN

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Se necesita tener una cara dura y un cinismo a borbotones para que el panista, fascista y chulo alcalde, con su sonrisa y pose de macho alfa, José Antonio Ochoa Rodríguez, ladre tamañas barbaridades en un claro caso de diarrea mental, al decir que Durango, nuestra casa, se posiciona cada vez más como detonador del desarrollo con planeación y la innovación tecnológica. 

No se sabe en que ciudad vive este chulo panista. ¿Cuál detonador de desarrollo? ¿Dónde? ¿Se referirá a su desarrollo personal y al desarrollo de sus cuentas bancarías? ¿Cuál planeación, la renta de camionetas en vez de comprarlas? ¿Y la innovación tecnológica, es la eficiencia para cobrar y cobrar impuestos por internet? Así declara en la sesión de la Asociación de Ciudades Capitales, donde Toño Ochoa recordó que, como decían sus padres, “quien sueña corre el riesgo de hacerlos realidad”. Ay te hablan Estebancillo. Sigue soñando en grande, mientras endeudas al estado con préstamos sin control.

Este sin duda, es otro caso de “soñar en grande”, tal parece que el delirio de grandeza del gobernador Esteban Villegas es un virus contagioso.

Siguió en ese plan mediático y grandilocuente, donde pinocho se queda corto ante su verborrea política y demagoga: “Nosotros aspiramos a que nuestras familias vivan mejor”, al menos la suya y las familias  de sus compinches, vivirán muy bien durante varias generaciones, por los negocios oscuros de las rentas de camionetas, por los contratos super inflados, por las asignaciones por dedazo de obras del municipio, como el hospital del niño, dados a amigotes y compadres, entendido que son “socios” del edil capitalino.

Para el alcalde Ochoa Rodríguez “vivir mejor”, significa que las familias en su trieno estén pagando lo doble en tarifa del servicio de agua potable sin justificación alguna. Toñín desde que llegó al poder de pequeño dictador aumentó al doble la tarifa del recibo de agua,

Para Toñín, que la familia duranguense viva mejor, es mandar a sus camionetas perronas a morder a diestra y siniestra a los ciudadanos. Es poner retenes ilegales en diferentes puntos de la ciudad. Aumentar impuestos en los prediales. Y en cuanto cobro pueda.

“Vivir mejor” significa para el panista, pagar ocho millones de pesos a un cantante gris por dos horas de concierto vernáculo en un fracaso espectáculo. Y “presumir” que dará ocho millones en becas a mil quinientos alumnos. Es decir, para Toñín es más importante pagarle esos mismos ocho millones por dos horas que invertirlos en becas. Con 16 millones se hubiera apoyado a tres mil alumnos en situación precaria.

Y por qué no sale a declarar cuánto costará cada metro lineal del parque que construye. Y no ha declarado en cuánto saldrá el hospital del niño que le dio a su compadre constructor sin licitarlo ni proyecto de por medio.

Siguió la verborrea de la inauguración, donde autoridades estatales locales, ex alcaldes, y funcionarios de más de diez capitales del país coincidieron en que compartiendo estrategias se construye el mejor presente y futuro.

No “destacó” que es considerado entre los peores alcaldes del país. Es repudiado por sus ciudadanos. Ni que destruyó el Instituto Municipal del Arte y la Cultura.

Obvio, no faltó la diarrea del gobernador, en la representación suya del director de Planeación del Estado, Heriberto Villarreal: “porque estamos en proceso de soñar y lograrlo”. Lo mismo de siempre “soñar en grande” puros sueños de jibado. “En proceso de soñar” ¿Y roncarán?

Se pronosticó que en 25 años Durango seguirá siendo un lugar lleno de paz, tranquilidad, monotonía y apatía, pero con más prosperidad. Achis, a poco hoy tenemos de eso, de la tal prosperidad.

¿Neta? Tendremos que soportar otros 25 años de jodidez y miseria como la que actualmente sufrimos para lograr un poco de prosperidad. No la chinguen que es chiflada.

Presumió su nueva burrada como del alcalde, su “Plan Estratégico Durango Visión 2050”, que promueve Toño Ochoa. Suena rimbombante, a ciencia ficción. Ya pocos viviremos para ese año 2050. Si no es capaz de un plan estratégico de tres años. Ahora al 2050. Ya se imagina como presidente del país o de cuál fuma el edil.

Lo que necesitamos es progreso y prosperidad en el futuro inmediato, o sea para mañana y si se puede, hoy mismo, de qué fregados nos sirven sueños, visiones o planes. Nos urgen hechos concretos y realidades. No demagogia soñeril, de Esteban y Antonio, los soñadores jibados.

Por mientras el alcalde capitalino duranguense sigue en sus masturbaciones mentales y él las llama “chulear a Durango”. Aunque más bien es enculear a Durango

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