La verdad no peca

No cayó bien en muchos morenistas locales como en simpatizantes de la 4T, que las candidaturas al Senado se hayan dado nuevamente a Gonzalo Yáñez, por el PT, y a Margarita Valdez, por Morena, por lo que apuntamos en una colaboración anterior: ambos como senadores de LXIV legislatura, que está por terminar, nada hicieron por Durango, no obstante haberlo representado en ese recinto, omisión que los vuelve automáticamente cómplices de un gobierno tan disfuncional y tan rapaz como el de José Rosas Aispuro Torres, que si bien llegó al cargo con las siglas del PAN, en el ejercicio del poder fue un priista vestido de azul, de manera que si su sucesor, Esteban Villegas, termina su mandato, en 2028, el PRI estaría a un año de cumplir un siglo con el poder en el Estado, aunque para desgracia de los que lo habitamos, sin poder sacarlo del atraso.

Ahora bien, si el PT no hubiera dejado la lucha social en Durango, si no hubiera degenerado en lo que es hoy aquí, un partido de opinión y no más, la repetición de Gonzalo en el Senado no causaría tanto escozor. Pero tanto se ha desdibujado ideológicamente y burocratizado el PT, que para no perder su registro llegó a hacer un par alianzas contra-natura: con el PAN en Tijuana y con el PRI en Nayarit. Hoy para no desaparecer se cuelga, más que de Morena, de López Obrador, porque fue éste y no Morena el que vía su campaña a ras del suelo, de contacto directo con el pueblo en los 2 mil 469 municipios que tiene el país, logró la hazaña de aplastar en las urnas al PRI, al PAN y a sus adláteres y hacerse, ahora sí que democráticamente, de la Presidencia de la República. 

Por lo que toca a Margarita, vuelvo a decir que en el Senado hizo mucho mejor papel que Gonzalo con iniciativas inherentes a su profesión, la Medicina, pero al igual que a Gonzalo, Durango le importó un soberano cacahuate. Tan respetuosa fue de Aispuro, a pesar de que no ignoraba los abusos de poder y las pillerías de este tipo y su pandilla, que cuando venía a esta ciudad capital a rendir su informe de las actividades en el Senado, al primero que invitaba era al ex gobernador. Y tanto le importaba la presencia de éste, que si llegaba a destiempo, le aguantaba su tardanza, cuando los informes de un legislador deben ser a sus representados, no para pararse el cuello con los gobernadores, y menos con uno como Aispuro, que son encarnaciones del viejo régimen y por lo mismo, enemigos jurados de lo que exige la 4T a quienes asumen el poder a los tres niveles: no mentir, no robar y no traicionar. 

Síntoma de que para Margarita Valdez como senadora Durango no tuvo, como diría Arturo de Córdova, “la mayor importancia”, fue haber hecho mutis ante lo que autorizó su sobrino, hoy delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): la construcción de un edificio de 8 pisos, propiedad de la Universidad de los lobos, en pleno Paseo de las Alamedas y en un barrio de lo más tradicional por haber nacido ahí esta ciudad capital: el de Analco. Para acabarla de joder, el tipo y la propia Universidad perdieron de vista que en Durango la escasez de agua ya es hoy un problema serio y que ese tipo de edificios suelen consumir mucha. Ahora sí que cualquier similitud de esta construcción con las que, vía millonarios moches, autoriza en la ciudad de México el gangsteril cártel panista de la delegación Benito Juárez es pura “coincidencia”. 

 “Pórtate mal y te irá bien”, parece ser ley en partidos, como Morena, que se dicen la esperanza de México, algo que, a decir verdad, en Durango no vemos por ningún lado, lo cual no necesariamente quiere decir que no pueda recomponerse. De sus militantes y simpatizantes depende. Luego, si López Obrador inició la 4T del país y Claudia Sheinbaum es garantía de que la continuará, votar por Morena en 2024 es sinónimo de impedir que los conservadores del PRI, el PAN y el deslavado PRD vuelvan a tomar las riendas del poder.