Esos obscenos “espectaculares” en Durango

Sales de tu casa, tomas un taxi o el bus y te topas de frente en uno de tantos bulevares, allá en las alturas, con una enorme monstruosa y pecaminosa fotografía, retocada y maquillada de Gina Campuzano, en plan de muñequita de Play Boy, como si fuera una belleza exótica, como si en vez de funcionaria pública, se anunciara como una cantante de rock. Una rock star. Como una modelo de algún magazine europeo.
Una Gina Campuzano que se cree la más hermosa del universo, la mujer intocada por el destino, casi a nivel Dios y que aspira a ser Senadora por Durango. Toda su vida pública ha vivido del presupuesto. Nunca ha realizado un trabajo ordinario, se ha aprovechado del tráfico de influencias, de los favores políticos y de las amistades del poder político.
Quiere que ignoremos su trayectoria de riquezas y corrupciones. Y se da el enorme y costoso lujo (pagados por nuestros impuestos) de anunciarlo en obscenos espectaculares por toda la ciudad, para tormento de sus habitantes. De promocionarse como la octava maravilla del universo. Como la nunca vista.
Y apenas es el comienzo, en marzo se desatarán los infiernos de los espectaculares, de todos los partidos, de todas las ideologías. En un alud de propagadas inútiles, de dineros desperdiciados en un país donde más de la mitad de su población viven en una pobreza exasperante, pese a los esfuerzos y rescate del gobierno de López Obrador.
Lo mismo sucede con Sandra Amaña, perdón Amaya, que proyecta su rostro y cinismo, en costosos y ofensivos espectaculares, la ahora morenista, antes panista, expuesta y exhibida por su “inexplicable” riqueza, que en realidad es muy explicable, al ser la aliada de Esteban Villegas, por la adquisición de costosas propiedades con su sueldo como diputada, ahora cobijada por Mario Delgado, por Morena, aspira al senado por Durango. Lo mismo ocurre con cualquier candidato, sea panista, sea de cualquier partido. Pobre del político pobre, reza la máxima de Hank González.
Y pobre de Durango, todos sus gobernantes, han sido y son corruptos y sin ética, sin congruencia ideológica, sin principios morales, sin amar al pueblo, solo se aman a sí mismos, aman el poder y el enorme billete que transan, roban y lograr convertirse en millonarios. Ratas millonarias. Y se van a vivir al extranjero, inmunes e intocables por la justicia.
Exactamente se puede decir, palabra por palabra, coma por coma, de sus aspirantes a diputados y a senadores, en estas elecciones del 2024.
Cuántos, cientos de miles de pesos costará estos espectaculares que aparecen y se multiplicarán como arenas del desierto por toda la ciudad y por todo el estado, por diversos puntos de la ciudad. 
Enormes y obscenas fotografías mostrando la opulencia corrupta, mostrando la desfachatez del mafioso, la desvergonzada cara de quienes han saqueado y permitido el saqueo de este pobre Durango. Tan lejos de Dios y tan cerca del PRIAN.
No es un culto a la personalidad, es una burla descarada. Un cinismo ofensivo. Es gritarnos en nuestra cara, miren pendejitos, somos la corrupción, somos el tráfico de influencias. Somos el enriquecimiento ilícito. Somos la avaricia y la política podrida. Somos la corrupción al grado excelso. 
En su cara nos burlamos de ustedes, pobres mediocres ciudadanos que seguirán votando por gente como nosotros. Y pagados por ustedes. No les da un poquito de coraje. Vergüenza deberían tener y ya no votar por nosotros.
Nada ha cambiado en Durango, somos los de siempre, los políticos que los hemos jodido durante décadas y que los seguiremos explotando, nosotros y nuestros descendientes, y ustedes duranguenses apáticos, duranguenses indolentes, se conforman con un partido de fútbol, con un desfilito, con una rosca de reyes, se callan, besan el garrote que los golpea, ofrecen lamer la yunta.
Somos Durango. Y es nuestro destino de jodidez, ser eternamente PRIAN. Ser eternamente pendejos.