Durango despertó, se vistió de Morena

El martes 16 de enero del presente año de 2024, tengan presente señores, que Durango despertó. Ya no fue ese Durango agachón y mansito. Durango se vistió de Morena y se rindió ante la honestidad y convicciones de la futura presidenta de México. Ante la continuación en la transformación de nuestra nación.
En el corazón de la ciudad, tuvimos a nuestra futura presidenta, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, la futura primera mujer presidenta en la historia de México como nación. 
Este dos de junio, no solo ganará por mayoría abrumadora a una corrupta, mentirosa y ladrona botarga llamada Xóchitl Gálvez, que si tuviera decencia y dos palmos de frente, ya se hubiera retirado, con la cola entre las patas. La van arrasar, será la humillación más grande que un candidato de la derecha, de la oposición conservadora, habrá de sufrir ante el mundo entero.
La doctora Claudia Sheinbaum Pardo, es una mujer, delgada, guapa y sumamente inteligente, de paso fuerte y seguro y una sonrisa que cautiva, sonrisa franca y sin dobleces. Mujer que nunca militó en ningún partido, pero de izquierda desde muy jovencita, doctorada en la UNAM, ingeniera física matemática, se convertirá en la presidenta mejor preparada cuando asuma su cargo presidencial al recibir la banda de nuestro líder Andrés Manuel López Obrador.
Claudia en su aspecto juvenil, en su esbeltez de adolescente, no aparenta los 61 años que su acta dice tener. Se ve ágil, entera, vigorosa, de no reconocerla por su cola de caballo, se le confundiría con una muchachita cualquiera. No aparenta su edad por ningún hemisferio.
Ella, es pequeñita, a lo sumo un 1.60, pero grande en corazón de los mexicanos que votaremos por ella, con convicción y amor a nuestro país, Claudia es grande en amor desbordado por México, por sus mujeres y pobres. 
La doctora Claudia, es después de nuestro presidente, la mexicana más comprometida con la cuarta transformación, que ha transformado al país, de una nación herida, saqueada, sin esperanza, en un México, donde los pobres primeros, con la economía más pujante del continente y con un crecimiento sostenido.
La plaza de armas, nuestro corazón, abarrotada, pletórica de calor humano y alegría. No hubo necesidad de cerrar calles. Esta era una manifestación espontánea, sin acarreados, sin amenazas, sin porros priistas ni asesinos corruptos del PAN. 
Los morenistas se agolpaban para verla, tomarse la selfie, desde Cinco de Febrero hasta Veinte de Noviembre, los corazones morados palpitaban, es un honor estar con Claudia, gritaban con las miradas. Y los corazones.
Claudia llegó por la calle Cinco de Febrero, pese a que el pódium se situaba más al borde de la avenida Veinte de Noviembre, nuestra futura presidenta de México tardó veinte minutos o más, en recorrer esos metros, era detenida en cada paso por el cariño de la gente, por el cariño de sus seguidores, por allá la foto, por acá querer tocarla. El efecto López Obrador es todopoderoso, es el presidente más querido que hemos tenido en el devenir como nación libre e independiente.
Claudia toda sonrisa, toda amabilidad, Claudia es pueblo, Claudia es nuestra. Y continuará salvando y rescatando a México, de los asesinos y corruptos del PRIAN.
Al arribar al pódium, la ovación, el júbilo estalló y fue manifiesto. Claudia es una mujer muy inteligente, muy centrada en el proyecto de la cuarta transformación, es objetiva y directa, sin aspavientos dramáticos, sin es grandilocuencia mentirosa y demagógica que caracteriza a los políticos rancios y corruptos de la oposición, representados animalmente por la vendedora de gelatinas, acusada con pruebas sólidas de enriquecimiento ilícito.
Claudia se dirigió a sus seguidores con la certeza de saber quién es y cómo nos va a gobernar. Sin dudar, será un digan sucesora de Andrés Manuel López Obrador.
Varios políticos en la tarima, el compañero Gerardo Fernández Noroña, hombre leal y de izquierda, casi tan lopezobradista como el propio Andrés Manuel. El nefasto judas y traidor de Monreal. Un Gonzalo Yáñez, de tirantes desencajados, gris a más no poder, que nadie atendió, el Gonzalo vergonzosamente abandonó la tarima.
El segundo más aplaudido y correado, después de Claudia, fue sin duda Fernández Noroña, un hombre de izquierda y sólidas convicciones, comprometido, al igual que Claudia y López Obrador con el movimiento de la cuarta trasformación.
El diputado Fernández Noroña, encendió los ánimos con sus dotes de gran orador, con su claridad de pensamiento, con su hablar fuerte y hasta tosco. De refilón se refirió a los corruptos políticos del PRIAN que están saqueando a Durango.
Retoma la palabra, el discurso de judas, el traidor de Ricardo Monreal. Un horrendo y muy merecido silencio. Un desdén a este hombre corrupto y centavero. Al terminar su intervención también se bajó, avergonzado y fúrico.
El 16 de enero fue fiesta del pueblo y de la cuarta transformación. Es Claudia diciéndole a Durango que tenga esperanza en Morena, pese a que a un lado tenía a la comitiva de ratas priistas que se han apoderado de la dirigencia del partido de Regeneración, encabezados por el corrupto Otniel García, antiguo mafioso y servil priista, lacayo desde el gobierno de Ismael hasta Aspuro. Él y su comité de ratas corruptas, cómodamente sentados. Y dueños de los dineros del partido en durango. Ratas cínicas y asquerosas.
Ellos son la vergüenza de morena Durango. No se entiende su presencia sin los manejos sucios de Mario Delgado. Ni el sostenimiento de Sandra Amaya, diputada chapulín de Morena que busca la senaduría reelegirse pese a las pruebas de enriquecimiento ilícito, expuestas a la opinión pública y política.
La gente de Durango, esa que sí ama a su pueblo, estuvo de celebración y corazón, con nuestra futura presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. 
Y para cerrar el jolgorio y la alegría, la visita del presidente de México, López Obrador este sábado 20 de enero, en las instalaciones del polideportivo del Parque Guadiana.
Para los verdaderos duranguenses que han despertado es un honor estar con la cuarta trasformación. Larga vida a López obrador y será un gran honor estar con Claudia.