No hay “milagro navideño” para las víctimas y familias de la crisis por meningitis

No hay navidad ni justicia en Durango. Villegas sigue protegiendo a su amado compadrito y guía espiritual, el próximo senador por el PAN, su antecesor José Rosas Aispuro Torres, que lleva millones de pesos gastados en amparos, millones de esos 24 mil millones que desfalcó.

No habrá justicia en Durango. No hay voluntad ni ganas de ejercerla. Esteban anda más interesado en organizar ferias de navidad, en rentar los terrenos de la FENADU, en una burla para el pueblo de Durango, para el ciudadano que no tiene liquidez ni salario digno. No hay empleos, nos estamos casi muriendo de hambre.

Sobrevivimos con las divisas de los familiares en gabacho. Estamos a expensas de la caridad federal. El único recurso de Esteban Villegas, es pedir prestado, endeudar a Durango. Villegas y su pandilla, vienen por el billete grande, lo demás le vale madre.

Para algunas familias duranguenses, la navidad no existe nunca más en sus vidas. Sufren un luto eterno, un dolor que no cesa. La pérdida de sus mujeres amadas, el asesinato por corrupción de sus hijas y esposas, por la crisis de meningitis, mientras Esteban organiza ferias, se la pasa canta y cante. Esteban hace su “navidad” al vender carísimos espacios en los terrenos de la FENADU.

¿Quién hará justicia a los hijos esposos, padres, madres? Que en vez de abrazos y felicidad, llevarán flores a sus muertas.

Llorarán de dolor y de impotencia ante la injusticia. Y su cena de nochebuena tendrá una silla vacía de la persona ausente. Su corazón una pena honda que ningún Dios, ninguna oración podrá sanarlos. No habrá Dios ni caridad para esas familias duranguenses. 

Mientras el gobernador Villegas y su esposa, reparten sonrisas, con su caravana de fotógrafos y su corte de aduladores, reparten aguinaldos de dulces baratos y parabienes, hay familias en Durango con una navidad tristísima.

No hay dolor más grande para un hijo que perder en sus mocedades a su madre. No hay dolor más profundo que sepultar a una hija.

Esa clase de dolores nunca se supera en la vida. Nunca se supera la pérdida, la ausencia, de sus hijas, de sus esposas, de sus madres.

Asesinadas cuando debían ser aliviadas y curadas en la mesa de un hospital privado en Durango. Hospitales “patito”, autorizados corruptamente por el gobierno de Aispuro, por la Secretaría de Salud en su administración.

El exgobernador panista José Rosas Aispuro es culpable por su nombramiento corrupto que provocó la crisis de meningitis y muerte de más de cuarenta duranguenses. 

Un año sin culpables. Sin investigación. Sin hallar justicia ni consuelo. Cuarenta mujeres asesinadas por negligencia. Por corrupción. 

Villegas no ha tenido voluntad para hacer justicia a estas familias. Ni nunca la tendrá. Ni voluntad de indemnizarlas conforme a la ley, a la moral. A la justicia de Dios. Aplicar la justicia de los hombres.

Apenas unos cuantos culpables como chivos expiatorios. Administradores de esos hospitales, autorizados corruptamente, sin reglamentos ni protocolos de seguridad e higiene, por el gobierno de Aispuro, autor intelectual del crimen que sigue libre y exonerado, libre y gozando de la protección del actual gobierno estatal.

Señor gobernador Villegas, baje un poco su brindis, su venta de espacios en la FENADU, sus giras turísticas, mujeres asesinadas por la negligencia de Aispuro exigen justicia.

Usted, con su primo Lauro, prefieren ganar dinero, hacer negocios con la feria navideña, apareciendo en programas de espectáculos, haciendo turismo para promocionar sus carreras como cantantes. Cuántos años tendrán que pasar para que se hagan justicia. Si una mujer de su familia hubiera muerto de meningitis, ¿seguiría sonriendo tan estúpidamente?

Las mujeres muertas y sus familias desamparadas, claman justicia, ¿hasta cuándo señor cantante vernáculo, habrá justicia en Durango?