Pobre Durango, tan lleno de priístas y panistas, sin Morena

Como rara vez, el actual alcalde chuleador de Durango, Antonio Ochoa, hace un bien a la ciudad, lo convierte en un magno evento, donde obviamente es el protagonista. Así ocurrió al encabezar el pasado festival del día de muertos, ridículamente disfrazado de calaverita.

A Ochoa Rodríguez no le interesa la ciudad. Apenitas a un año de su nefasto gobierno, se le ocurre cambiar las banquetas de algunas calles del centro histórico. Falta saber la millonada a que salió la obra banquetera.

Ojalá se le ocurriera dotar de botes de basura a toda la ciudad. Darle una remozada a la Plaza de Armas. En vez de botar a la basura miles de pesos en hacerse espectaculares de su chula figura, en su primer informe.

Es notorio que el enculeador de durango, está enfocado en ganar la candidatura del Senado por el PAN y dirige todas sus acciones, discursos y recursos para tal fin, obtener el pase. 

De oponente tiene una rata mayor, José Aispurio, quien quiere esa curul para gozar de impunidad y fuero. Ese el verdadero objetivo de Ochoa Rodríguez, lord huevos, ahora lord ego.

Ya se extrañaba la ostentación de poder de Antonio Ochoa, el chulo de chulos. Y esta vez en la plaza Cuarto Centenario hizo ostentación de su poder y de su soberbia.

En la entrega de equipo y vehículos para protección civil, armó un desmadre como si estuviera entregando aviones de combate y tanques de guerra, reunió a decenas de motocicletos, patrullas, carros de llanta ancha, todo terreno, camionetas, dejando por horas desprotegida a la ciudad.

Y al final, ordenó un grotesco desfile de los vehículos por la calle Bruno Martínez, a un ladito del templete instalado en la plaza conquistadores, con las sirenas encendidas a todo volumen y en pleno desmadre, con las luces ululando, sin recato ni pena, luces coloradas y azules, contaminando de ruido y temor al centro histórico.

Desfilaron para satisfacer el ego y vanidad de este mediocre alcalde, el alcalde más mediocre y rata que hemos tenido en nuestra larga historia de corruptos alcaldes que Durango ha padecido.

La pregunta es, ¿son rentados, como acostumbra para hacer sus millonarios negocios oscuros y sin transparencia? ¿Cuánto de ese equipo le pertenecerá al municipio o será como con las patrullas perronas, que tendrán que ser devueltos al final de su sexenio?

Nula transparencia de este alcalde. No aclara cuánto gastó en su campaña del primer informe, cuánto dinero ha gastado en los festivales que su gobierno ha organizado. Cuánto dinero se le paga a sus funcionarios, a él mismo, quién paga la fiestas y encerronas que hace en el museo de Arte.

Solo negocios en lo oscurito del nefasto chulo enculeador de Durango. Aun así aspira a ser Senador. Y ante la pendejez nuestra gente y ante nuestra desidia, es posible que lo logre. Engrosará la lista de senadores inútiles que tenemos, calienta c….. en el Senado, como el melómano José Ramón Enríquez, Gonzalo Yáñez -el Tirantes-, la doctora Valdez.

Pobre Durango, tan lleno de priístas y panistas, sin Morena, sin la cuarta transformación. Un súplica a nuestra próxima presidenta Claudia para que nos rescate.

Como para qué hacer tal circo, como para qué distraer de sus labores de vigilancia y protección a los policías, qué parte de la cabecita fascista de Toñito no entiende que estamos hartos de sus payasadas y de sus pendejadas de reyecito, de mini dictador.

La fuerza pública municipal, los azules, los cuicos, los pitufos, los cerdos, los pies planos, son para vigilar el orden en la ciudad, atrapar a los malosos, morder a los transeúntes, pedirle su moche, extorsionar a los ciudadanos, aporrear viejitos en bicicleta y abusar de su fuerza con cholos, estudiantes y albañiles, no para dar gusto al dictadorcillo Ochoa Rodríguez.