El ego del alcalde panista Ochoa Rodríguez opacó el desfile de Día de Muertos

Local30 de octubre de 2023 Martín M. González

web desfile

La avenida principal de Durango se engalanó de muerte y fiesta. Salieron de sus tumbas los muertos y catrinas. Se esparció un grato y rico olor a pan de muerto y a flor de Cempasúchil, símbolo el Día de Muertos en México.

Frente a la majestuosa Catedral, el desfile de catrinas y catrines, de rumbosas calacas y galanes de ultratumba.

Una verdadera fiesta del pueblo y de los duranguenses. Jolgorio de catrinas y calaveras. De nuestros muertos tan vivos en el corazón. Ellos no se han ido, viven en nuestro corazón. Nadie muere si hay alguien que los recuerda.

¿Quién llevará flores a mi tumba?

¿Quién orara por mí en mi funeral?

Un magno desfile del Día de Muertos, el Muuki, desfilaron a ritmo macabro y retumbar de huesos. Así festeja el Gobierno Municipal con apoyo de lo que queda del IMAC. Con las ruinas del Instituto de Arte y Cultura.

Una vez más, la maestra Vicko, directora del fusionado Instituto de Cultura y Arte municipal le da un lección de cómo organizar un evento cultural y de arte a Pancho Pérez del ICED y al primo Lauro, jefe de Espectáculos y Ferias que su indolente y mediocre festival Revueltas fueron la vergüenza de la cultura del norte del país.

El Día de Muertos es sin duda una de las celebraciones más importantes en la cultura mexicana. Una tradición ancestral que entremezcla la religiosidad de la fe católica con la ceremonias y culto a la muerte de nuestros ancestros precolombinos. Mictecacihuatl, es la señora de la muerte, gobierna el inframundo y vigila los huesos de los muertos. Para los aztecas era una fuente de vida en el próximo mundo. Su calavera sonriente está fuertemente relacionada con el Día de los Muertos. De ahí la tradición de calaveras sonrientes de azúcar y caramelo, con los nombres de personas vivas o muertas, inscritos en la frente.

Da gusto que se rescate esta tradición, digna del realismo mágico mexicano, donde recordamos a nuestros fieles difuntos. Les encendemos veladoras y oraciones. Les ofrecemos sus comidas favoritas y llenamos de flores los altares en casa, en su honor y como bienvenida del más allá, con la fotografía del pariente fallecido. Hoy que se entremezcla el Día de Muertos con el Halloween, es importante inculcar esta tradición en los jóvenes y niños.

Una verdadera fiesta popular es el desfile de huesitos y elegantes catrinas, por la avenida de Veinte de Noviembre que dio un marco muy mexicano a la noche del 26 de octubre. Desfile para celebrar el recuentro de vivos y muertos. La visita de nuestros muertos que viene a convivir, a degustar los platillos y frutas que se le ofrecen en un altar del día de muertos.

Este solo festival del día de muerte, Muuki, opacó de calle, a todos los eventos del pasado festival Revueltas.

Qué humillante. El fusionado IMAC tendrá más de cien espectaculares eventos en su festival Tucanero, perdón Día de Muertos. Y el Revueltas tuvo noventa. 

Ya Durango merecía un desfile de alegría y fiesta, de color y luces, muy mexicano, del norte más norte, como anuncia la publicidad oficial. Pero el frijolito negro en el desfile, es el desmesurado protagonismo del presidente municipal. 

El chulo de chulos, de Antonio Ochoa, antiguo Lord Huevos. El súper ego del chulo del chulo, que se cree dueño de la ciudad capital. Tiene que encabezar, como legionario romano, como diciendo, miren pendejitos, yo soy su emperador.

Y ahí lo tienen, haciendo el ridículo, con todo su ego desparramado, vestido como norteño de billete, en su camionetota y mitad calavera y mitad rata panista. Tiene que encabezar el desfile, lucir su estampa de “macho alfa”. ¿Cómo para qué?, ¿qué aporta al desfile, al Día de Muertos? El debe ser el organizador no el pinche protagonista. El desfile del Día de Muertos pudo haber sido muy hermoso e inolvidable, si este nefasto y oscuro alcalde, no antepusiera su enoooormeee ego y mitomanía.

Un desfile de luces y neón, que miles de duranguenses disfrutaron, pese al frio de la noche. Pese a la diva de Ochoa Rodríguez. 

Es un festival del Día de Muertos, su nombre lo dice y anuncia. Entonces por qué al alcalde Antonio Ochoa se le ocurre anunciar como evento magno a los Tucanes de Tijuana. Qué relación tiene el día de muertos con los Tucanes.

Ocurrencias y caprichos, es la “cultura” en Durango. Aquí en Durango capital, al Toñín Ochoa se le “ocurre” la ocurrencia de un concierto de los Tucanes de Tijuana, corridos, música de muertes, de narcos, nada que ver con el tradicional día de muertos, a menos que los Tucanes se pinten de catrinas.

Vaya usted a saber que oscuro negocio hizo Toñín bajo el agua, si le pagó ocho millones a un mediocre Pepe Aguilar, no dude que serán más de diez milloncejos. Con eso que no hay transparencia. Estos panistas salieron uña larga.

¿Como qué aportan los Tucanes al festival de día de muertos? ¿Se vestirán de catrinas? Puro gastadero del erario municipal a lo wey. ¿Qué calavérico negocio hizo el chulo, ahora catrino Toñín?

¿Los Tucanes de Tijuana, otro negocito oscurón de Toñín Ochoa para festejar el festival día de muertos? ¿Qué chingaos tienen qué ver, Tucanes con el Día de Muertos? A menos que sean los asesinados en sus corridos de narcos.

Es otro espectáculo de circo, maroma y pan, un acto populista del alcalde más rata y mediocre que hemos tenido. Y miren que superar a un tal Enríquez, a un Salum, apodado el ratalum, se veía canijo.

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