
Por más que miras el face, no dejas de sentir esa sensación en tu estómago. Ese caer en un vacío, donde nada existe y nadie pronuncia tu nombre. Uno no es una máquina ni un correo. Uno necesita calor umano a su lado. Sentir una piel y una voz pronunciando tu nombre. Una voz en vivo, no por teléfono, no por videollamada ni grabada.