La madre de todas las marchas

Cuando el mandante marcha de la mano de su mandatario

Nacional05 de diciembre de 2022 Patricia Barba Ávila

MARCHA WEB

Sin la menor duda estamos siendo testigos privilegiados de una auténtica revolución de las conciencias llamada la Cuarta Transformación que este pasado domingo 27 de noviembre fue reivindicada por alrededor de 1,200,000 mexicanos que con una gran convicción, amor y respeto por un líder irrepetible, Andrés Manuel López Obrador, se dieron cita en varias avenidas que confluyen en el Zócalo capitalino.

Ante tal acontecimiento sin precedentes que dejó sepultada a una oposición miserable,  carente de capacidad argumentativa y muchas vísceras, hay nostálgicos del porfirismo y neoporfirismo que acompañan sus diatribas con añoranzas de regímenes de esclavitud como la dictadura de Porfirio Díaz que no sólo esclavizó a miles de hermanos indígenas sino que entregó la riqueza nacional a codiciosas trasnacionales, o el período neoporfirista iniciado en 1988 y encabezado por cinco entusiastas del neoliberalismo que durante 30 años se encargaron de destruir los pilares de nuestra economía y planta industrial generando niveles de pobreza verdaderamente alarmantes en un país con enormes recursos naturales secuestrados por una élite trasnacional apoyada por desgobiernos traidores a sus pueblos.

Para una oposición pobre moral e intelectualmente hablando, nada de lo que presencien que contradiga sus concepciones medievales y retrógradas, contrarias al derecho natural y a la ley constitucional, merece el más mínimo reconocimiento sino que de manera absurda, se atreven a vomitar escupitajos ofensivos y mentiras abiertas que chocan contra la realidad vigente pero que para ellos constituyen un ideario que los cohesiona y les hace concebir la peregrina ilusión de que uniendo esfuerzos podrán convencer a un pueblo que en 2018 les propinó una gran patada en el trasero, de las bondades de un régimen de corrupción criminal sin precedentes.

Este grupúsculo de traficantes de influencias disfrazados de “empresarios” aliados con delincuentes y vividores de la política y una prensa prostituida enemiga de la población, no sólo niegan con furia el inmenso apoyo popular a un gobierno que se ha dedicado a servir a sus mandantes, el pueblo de México, sino que se han convertido en detractores de hombres de extraordinaria grandeza como los líderes de nuestra Revolución Mexicana, tildándolos de “bandoleros” y “asesinos”.  Ciertamente, el nivel de enajenación rabiosa es espeluznante pero, por fortuna, es cada vez más rechazada por un creciente número de ciudadanos gracias a la magnífica tarea politizadora que el Presidente López Obrador lleva cabo diariamente en su “mañanera”.

Y es precisamente por su clara imposibilidad de tapar el sol con un dedo, que lo único que le queda a la minúscula oposición en su raquítico repertorio de alternativas, es hacer públicos mensajes de un profundo y enfermizo rencor contra un verdadero mandatario que desde el inicio de su presidencia ha caminado de la mano de su pueblo que, por primera vez desde 2018 se siente tomado en cuenta y reivindicado en todos sus derechos. Un pueblo cuya mentalidad de súbdito ha ido quedando atrás para así asumirse como el verdadero poder, de acuerdo con el Artículo 39 de nuestra Constitución.

Es difícil entender que ese sector de aspiracionistas víctimas del síndrome de Doña Florinda no logren asimilar lo escandalosamente absurdo que es su deseo de parecerse o llegar a ser como los auténticos ladrones que disfrazados de “gobernantes” los han engañado y robado sin medida y que casi lograron destruir un país soberano para convertirlo en colonia o protectorado de USA Corporation, la élite oligárquica que por largo tiempo ha gobernado el vecino país.  Y es que las campañas furibundas de desinformación y manipulación emprendidas desde empresas de “comunicación” (SIC) han logrado que este sector social piense que el éxito consiste en acumular riquezas a costa de pisotear principios y derechos de terceros y por ello, no tienen empacho en admirar a verdaderos criminales.

Es por todo lo anterior que el fenómeno del pensamiento conservador merece una constante reflexión y análisis pues a decir verdad, para muchos de nosotros es verdaderamente inexplicable que exista un sector de la sociedad que sin ser mayoritario, por fortuna, sí representa un preocupante número de personas que asumiéndose como “cristianas” y “decentes” desconocen el derecho de la gran mayoría de la población para participar en las decisiones de su gobierno, siendo el gobierno un conjunto de servidores de ese mismo pueblo generador de riqueza pero por largos años despojado de ella. De manera alarmante, este grupo de conservadores y aspirantes a fifí está convencido de que es natural y moralmente aceptable que existan millones de seres humanos despojados de sus derechos, empobrecidos y que, para colmo, son culpados de su empobrecimiento porque, según ellos, “son flojos y no quieren trabajar”.

Por fortuna, como lo ha expresado nuestro Presidente, el proceso de Transformación sigue su marcha inexorable y todo parece indicar que ni el enorme poder financiero de los enemigos del pueblo de México que patrocinan la ininterrumpida guerra sucia contra el primer gobierno genuinamente democrático del siglo, logrará revertirlo. ¡Que así sea!

 

Yo no me voy a divorciar del pueblo; vamos a estar siempre juntos. AMLO

Te puede interesar

Espacio Libre México

Lo más visto
Mantra web

El Mantra

Nuria Metzli Montoya
16 de noviembre de 2024

Cuento / segunda parte

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email