Claudia frente a Trump: a México se le respeta

Pocas veces, un payaso mediocre llega a superarse a sí mismo. Su pequeña mentalidad racista y xenófoba, su superego inflamado e inflado ante su arrasador triunfo en las elecciones como presidente de los Estados Unidos del Partido Republicano, hacen creer a Donald Trump, ser dueño del mundo y que México es su patio trasero. Y que sus ladridos van atemorizarnos.

Claudia fue clara y contundente: A México se le respeta, somos una nación libre y soberana.

Trump no solo triunfó por sus votantes blancos y protestantes, blancos y racistas. Los latinos o hispanos que se creen gringos, aunque tengan ciudadanía y el voto de los afroamericanos apoyan a este gobierno que se iniciará el 20 de enero de año próximo.

En ingenuidad se creen verdaderos gringos, pero no dejarán de ser ciudadanos de segunda o tercera clase. Mano de obra barata y hacer los trabajos que ni los negros quieren.

Ya pagarán su soberbia cuando inicien las deportaciones masivas, sean indocumentados o no, conque sea sean prietitos, los deportarán. Para el blanco racista, el que no es blanco es de color. Todo aquel que sea moreno, tenga ciudadanía o no. Lo deportarán o lo llevarán a campos de concentración mientras la esperan.

Lo que Trump en su machismo no ha sopesado, es la entereza e inteligencia de nuestra presidenta Claudia Sheinbaum.

Ante tanta bravata y payasada del líder del imperio gringo, de un decadente imperio ya en declive, pero sigue siendo el país más poderoso, al menos militarmente.

Trump acostumbrado a intimidar, a salir a declarar que gana en todo, se ha topado con una presidenta muy inteligente, de una sola pieza y ama a su México de primero los pobres y las mujeres. Claudia con cierta ironía y sorna, le ha respondido a cada una de sus bravatas, con cifras y datos. Con realidades y no con violencia verbal, sin caer en juego de confrontaciones.

Desde la amenaza de subir los aranceles un 25%, cláusula que el Tratado de Libre Comercio lo prohíbe, hasta una deportación masiva de indocumentados, creyendo Trump que México recibirá todo hispanoamericano que nos quiera endilgar.

Al aumento de aranceles Sheinbaum le demostró que los dos países sería perjudicados y que los consumidores gringos serían los que sufrirán este desplante de perro rabioso.

Ante la “amenaza” de la deportación masiva, Claudia le “comunica” a su próximo homólogo gringo que México solamente recibirá a los indocumentados mexicanos y que los deportados con otra nacionalidad, Estados Unidos deberá enviarlos a sus respectivos países, dejándole claro al payaso gringo que hemos dejado de ser su patio trasero y no somos otras de sus colonias.

Trump y su equipo, están probando a sus dos socios comerciales. Canadá se doblegó vergonzosamente ante Trump. Su primer ministro Justin Trudeau, fue a postrase de rodillas ante Trump, quien lo trató de forma humillante, al recibirlo en un bar y no darle tratamiento de jefe de Estado.

Muy diferente el trato con la presidenta mexicana en la charla vía telefónica, entre Claudia y Trump, ahí este machista misógino se portó como lo que no es, un caballero, aunque después saliera a decir sus mentiras y poses amenazadoras.

Claudia es una presidenta con muy poca paciencia ante tanta payasada de Trump. Por no decir tanta pendejada, ante tanta amenazas e intimidaciones.

Ya Claudia demostró a Trump y a los poderes mediáticos gringos, que ella no es Trudeau. Que ella no es López Obrador. Es una mujer empoderada, congruente y de izquierda desde su nacimiento. Es una luchadora social, antes de ser funcionaria, ante de ser jefa de Gobierno de la Ciudad de México y ahora nuestra Presidenta.

Y su gobierno está preparado para cualquier estrategia, maña, ladrido, rabieta, que utilice Trump.

México es un país libre y soberano y se le respeta… mexicanos al grito de guerra…

La paciencia de la presidenta Claudia tiene un límite y ante la última “ocurrencia” de Trump que sugiere que Canadá y México se conviertan en los estados 51 y 52 de la unión americana porque su país se cansó de subsidiarnos.

Trump rápidamente se va convirtiendo es un payaso sin gracia. Y en su imaginario machista cree que ellos, los gringos, mantienen a México con 300 mil millones de dólares y a los canadienses con 100 mil millones y subiendo los aranceles se va a compensar.

La repuesta de Sheinbaum fue que va ignorar tales payadas y que se negociará de igual a igual, ya no habrá diálogo en los medios de comunicación. Sera con un diálogo oficial, a nivel diplomático, de país a país, no del imperio gringo con una de sus colonias.

Y sí, salió brava nuestra presidenta Claudia Sheinbaum. Una mujer de nuestro tiempo y sabe cómo enfrentar a esta clase de machos. Toda su vida como mujer nacida en un país machista como el nuestro la ha preparado y sabrá hacer respetar a México.