Siria: ¿Nos encontramos al borde de la III Guerra Mundial?

El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se utiliza para servir a los demás. Andrés Manuel López Obrador

Inicio esta obligada reflexión con la respuesta que la presidente Claudia Sheinbaum dio ante la decisión del vocero imperial por excelencia, la Revista Time, de incluirla entre los diez nominados para “Persona del año”. Dijo Claudia: “El poder es humildad...no es para volarse” y demuestra claramente la diametral distancia que existe entre nuestra primera mandataria y personajes siniestros como Benjamín Netanyahu, señalado por crímenes de guerra en el marco del genocidio contra el pueblo palestino, o la vicepresidente Kamala Harris, cómplice junto con Biden de auspiciar y financiar no sólo dicho genocidio sino la política injerencista y guerrerista de USA Corporation a nivel global, o el presidente electo Donald Trump, un conocido racista misógino y fascista en lo que respecta tanto a la política interior como exterior del imperio más depredador de la historia. 

A diferencia tanto de Biden como de Trump, Netanyahu o Harris, ambos líderes mexicanos, AMLO y Sheinbaum han demostrado con hechos que el poder es humildad y debe emplearse para servir a los demás en el marco de una serie de políticas base de la Cuarta Transformación y el cada vez más relevante humanismo mexicano. Para mal más que para bien, nuestro país comparte más de 3,000 km de frontera con el vecino país desgobernado por un auténtico cártel criminal y la historia da cuenta de las dos invasiones sufridas por México y la pérdida de más de la mitad de nuestro territorio, además del constante injerencismo de USA Corporation en los asuntos que competen exclusivamente al pueblo de México.  

Esta actitud sempiterna y prepotente traducida en saqueo de los recursos ajenos, golpes de estado, lawfares y brutales bloqueos y sanciones violatorias del derecho internacional se ha hecho patente en virtualmente todo el planeta, con especial relevancia en el conflicto en Ucrania, el infame genocidio en Palestina y el recién ocurrido derrocamiento del gobierno de Bashar Al Assad en Siria que abre la puerta a una etapa de oscurantismo medieval en aquella nación cuyo gobierno cometió el “pecado” de apoyar a los grupos de la resistencia en Palestina, Líbano, Irak contra el sionismo imperialista de USA Corporation y su base militar Israel en esa super estratégica región que conecta tres continentes y que registra una muy importante actividad comercial con preponderancia en el petróleo y el gas. Y es justamente este tema el que está detrás de la agresiva política expansionista de un imperio que en su intento de evitar su pérdida de hegemonía, recrudece sus ataques e intervencionismo y no duda en aliarse con violentos grupos terroristas como Hayat Tahrir al Sham (HTS), el nombre de la facción que se desprendió de Al Qaeda pero que comparte la misma inmoralidad e idéntico fundamentalismo de extrema crueldad e intolerancia especialmente hacia las mujeres. 

Qué tan inmoral tiene que ser un régimen como USA Corporation para financiar a organizaciones terroristas como Al Qaeda y su derivado Hayat Tahrir al Sham, responsable no sólo de los ataques del 11 de septiembre de 2001 -en colusión con el gobierno de George W. Bush- sino de decapitaciones y asesinatos de una brutalidad espeluznante. Sin duda alguna, el  nivel de perversidad es difícil de concebir. Y ni qué decir de las consecuencias desastrosas que el empoderamiento de HTS al Sham y otros grupos terroristas tendrá para la empobrecida población siria, especialmente las mujeres que bajo estos regímenes fundamentalistas son tratadas peor que animales con apedreamientos, azotes y otras iniquidades 

En virtud de lo anterior, ante el envalentonamiento de USA Corporation y su enclave genocida en Medio Oriente, tanto México como las naciones del sur global y en especial  las que integran BRICS, cuyo desmantelamiento es el objetivo que añora el vecino gobierno y sus secuaces en la Unión Europea, tienen ante sí un panorama extremadamente ominoso que puede acercarnos a la III  Guerra Mundial de la cual nadie, absolutamente nadie sobrevivirá. Aquí  hay que señalar que si la conflagración global no ha ocurrido aún,  ha sido por la extrema prudencia que principalmente Rusia ha adoptado ante el constante y peligroso escalamiento por parte de USA, su matón a sueldo la OTAN y los sometidos líderes de la UE, con  la complicidad de asesinos como Benjamín Netanyahu y oportunistas como Racep Tayip Erdogan, el mandatario turco y las corrompidas y retrógradas monarquías árabes. 

Finalmente, vivimos en México una histórica transformación iniciada en 2018 que, entre otros grandes retos, ha tenido que lidiar con la prepotencia e inmoralidad de USA Corporation y que pese a los enormes esfuerzos tanto de Andrés Manuel López Obrador, como iniciador de la 4T como de Claudia Sheinbaum, podría verse frustrada ante los afanes expansionistas del imperio porque, no nos quepa ninguna duda, de continuar esta política saqueadora y guerrerista, la raza humana y todo lo que existe en el planeta se extinguirá. 

Hacemos votos porque prevalezca no sólo la actitud sensata de líderes como AMLO y Claudia, sino la filosofía de paz y convivencia armónica impulsada por México y otras naciones hermanas como Cuba, Venezuela, Rusia, China, entre otras, y que la fuerza y convicción humanistas de los pueblos sean suficientes para evitar el holocausto global.

Cierro esta reflexión con la pregunta obligada atendiendo la ocurrencia de la revista Time de poner en la misma canasta a Claudia y a indefendibles como Trump, Netanyahu, Kamala Harris et al: ¿Acaso existe alguna similitud entre Claudia Sheinbaum, la humanista mandataria mexicana, y tales personajes?

Ahora las torturas se llaman “apremios ilegales”. La traición se llama «realismo». El oportunismo se llama “pragmatismo”». El imperialismo se llama “globalización”. Y a las víctimas del imperialismo se las llama “países en vía de desarrollo”.  Eduardo Galeano