De la grandeza de AMLO a la vileza de Biden

A México se le respeta; no somos una colonia de Estados Unidos. AMLO

Internacional07 de octubre de 2024 Patricia Barba Ávila
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Pensaba titular este artículo usando el nombre de Netanyahu, pero en honor a la realidad, este siniestro personaje no es más que un testaferro del imperio más depredador y genocida de nuestra historia universal y por ello lo sustituí por el de Biden, uno de los patéticos e inmorales gerentes o CEO’s de USA Corporation, el cartel criminal que desde hace décadas ha venido desgobernando al vecino pueblo norteamericano con quien compartimos 3,000 km de frontera.

 

Sin duda alguna, uno de los retos más grandes que tuvo que enfrentar el presidente Andrés Manuel López Obrador fue el tener que lidiar con los politicastros norteamericanos, en su gran mayoría cebados por el mortífero complejo militar industrial para promover su letal política exterior basada en la infame doctrina Monroe, diametralmente opuesta ética y moralmente con la Doctrina Estrada que ha vuelto a ser implementada por el gobierno de la Cuarta Transformación, el fenómeno más singular iniciado por AMLO mucho antes de 2018 y que ha significado un sustancial crecimiento de la politización de un pueblo otrora indiferente a las andanzas delictivas de los secuaces de USA Corporation en México, especialmente desde 1982 hasta 2018 en que las decisiones provenientes de la embajada norteamericana eran aplicadas por verdaderos traidores entusiastas de uno de los ismos más nefastos de nuestra memoria: el neoliberalismo.

 

Prácticamente no hubo un momento en el cual el Departamento de Estado de USA Corporation no impulsara y financiera una ineficaz guerra sucia contra el presidente López Obrador y su gobierno y gracias a la creciente concientización que desde las mañaneras se impulsó, el pueblo hizo caso omiso de los patéticos intentos de la oligarquía nacional y trasnacional para desestabilizar una gestión que gradualmente se fue consolidando y ganando el mayoritario apoyo popular. Lo dicho por AMLO de que “soy muy perseverante” se fue traduciendo en hechos tangibles que significaron una mejoría sustancial en la calidad de vida de una población largamente marginada, además de hacer de nuestra nación un ejemplo de soberanía y dignidad. Todavía recordamos con admiración aquél noviembre de 2019 en que el vecino desgobierno orquestó a través de su oficina de colonias, la OEA, el golpe de estado contra el presidente de Bolivia Evo Morales Ayma, entre otros motivos por su valiente decisión de nacionalizar el litio, el mineral del futuro al que las codiciosas trasnacionales le han querido clavar las garras.

 

Y esta política humanista y respetuosa de la soberanía  y dignidad de los pueblos no sólo contrasta con el permanente ingerencismo de USA Corporation, sino que ha sentado un valioso precedente a nivel latinoamericano e internacional al condenar el criminal bloqueo contra la Cuba Revolucionaria, las infames sanciones contra la Venezuela Bolivariana y otros crímenes como la pretensión de mantener en prisión al gran Julian Assange a quien AMLO ofreció un  permanente apoyo y asilo en el país. Esta actitud del Presidente López Obrador sirvió, además, para deshacer al inmoral Grupo de Lima, seguidor fiel del intervencionismo descarado del vecino gobierno y para consolidar la unidad latinoamericana basada en el sueño bolivariano de la Patria Grande.

 

La permanente preocupación de Andrés Manuel López Obrador por el bienestar de los pueblos se hizo patente en la propuesta a USA Corporation (que por supuesto ignoraron olímpicamente) de dejar de  invertir en armas y guerras genocidas y usar esos multibillonarios recursos en la mejoría de las economías de las naciones centroamericanas para frenar así la migración y, al mismo tiempo, convertir al continente americano en una potencia al proponer asimismo la acción conjunta de las naciones de Norteamérica, Centroamérica y Suramérica y la unidad con respeto por la soberanía de cada país. Es evidente y era esperable que las inmorales y buitrescas corporaciones que dominan la política exterior norteamericana, rechazaran tal propuesta y, por el contrario, continuaran su permanente agresión en Ucrania a través de su brazo armado, la infausta OTAN, y el atroz genocidio en Palestina utilizando a su secuaz, Benjamín Netanyahu y su delictuosa coalición de ultraderecha, para tratar de impedir tanto su evidente declive como hegemonía única, como el multilateralismo y el crecimiento imparable del bloque BRICS, encabezado por China y Rusia que plantean una relación de respeto y cooperación con los países miembros y hoy por hoy superan por más de 5 puntos el PIB acumulado de los integrantes del G7 (USA y sus testaferros). 

 

En estos momentos en que escribo esta reflexión, experimento la tristeza de decir “hasta siempre, querido Presidente” y la gran satisfacción de que su enorme legado continuará con la gestión de una mujer de gran talla, Claudia Sheinbaum, de larga trayectoria dentro de la izquierda y una indiscutible experiencia en la administración pública al haber gobernado una de las ciudades más complejas del país y haberlo hecho con eficiencia y humanismo, el humanismo mexicano que como esencia del lopezobradorismo, ya se convirtió en ideología, junto con el chavismo, el marxismo y el leninismo, con eterna permanencia en la conciencia social.  

 

Vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra.  Ernesto Che Guevara

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