LIBERACIÓN DE ASSANGE: ¿REALMENTE GANÓ LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?

Al obligar a un extraordinario periodista a declararse culpable de un delito existente sólo en la mente enfermiza del imperio más brutal de la historia, en realidad se asesina la libertad de expresión

Internacional 01 de julio de 2024 Patricia Barba Ávila
assange dos web

Si llevan a Julian Assange a Estados Unidos y lo condenan a pena máxima y a morir en prisión, hay que empezar la campaña de que se desmonte la Estatua de La Libertad que entregaron los franceses y que está en Nueva York, porque ya no es símbolo de libertad.-  AMLO

Es indiscutible que a decenas de miles de ciudadanos en el mundo nos sorprendió la noticia de la liberación del fundador de Wikileaks Julian Assange después de haber sido privado de su libertad y encarcelado en la terrorífica prisión de Belmarsh en Reino Unido. Uno de los más conspicuos promotores de su libertad fue el presidente Andrés Manuel López Obrador quien dirigió varias cartas tanto a Donald Trump como a Joe Biden solicitando el retiro de los cargos contra el periodista y ofreciéndole asilo en México. En un evidente aunque inmerecido reconocimiento al gobierno norteamericano por “graciosamente” haber permitido a Assange salir de prisión, AMLO expresó: “La Estatua de la Libertad no quedó como un símbolo vacío”, aludiendo a lo que había venido diciendo en este respecto y que cito al inicio de esta reflexión. Y es aquí donde las condiciones impuestas arbitraria, ilegal e ilegítimamente a Julian para otorgarle la libertad, revelan que, tristemente, la Estatua de la Libertad sigue siendo, sin la menor duda, un símbolo vacío en un país dominado por un cártel criminal, USA Corporation, que desde hace décadas ha destruido cualquier asomo de democracia, justicia y libertad en la vecina nación. Tales condiciones consistieron en que Assange se declarara culpable de conspirar para obtener y diseminar ilegalmente información clasificada relacionada con la seguridad nacional de Estados Unidos. Esto irremediablemente sienta un peligroso precedente respecto a la obligación ética de cualquier periodista que se respete para dar a conocer al público información relevante e imprescindible para la consecución de un auténtico estado de derecho donde la justicia para todos y el respeto por todos los derechos sean una realidad y no letra muerta en “democracias” simuladas. 

 

Sin duda alguna, uno de los principios que las diversas sociedades en el mundo valoran más es la libertad en general y, en particular, la libertad de expresión que necesariamente va estrechamente unida al derecho de los pueblos a acceder y recibir información apegada a los hechos. Tan relevantes son estos dos conceptos que forman parte de la ley máxima de varios países. En el caso de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, los artículos 6 y 7 los contienen con prístina claridad: 6o. La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa...El derecho a la información será garantizado por el Estado.  7o. Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio. En cuanto a la Constitución Política de los E.U.A, el derecho a expresarse libremente (freedom of speech) está contenido en la primera enmienda que dice: El Congreso no emitirá ninguna ley que limite o reduzca la libertad de expresión (Congress shall make no law abridging freedom of speech).

 

En 2010 y 2011 Julian Assange publicó videos y decenas de miles documentos clasificados por el gobierno de USA Corporation que le fueron facilitados, principalmente, por el analista de inteligencia del ejército norteamericano Bradley Manning. Dicha información revelaba las brutales violaciones a los derechos humanos cometidas por el imperio en sus invasiones a Irak y Afganistán. Manning fue condenado a 35 años de prisión pero la pena le fue conmutada por Barack Obama; sin embargo y pese a que otros medios como el propio New York times también difundieron información al respecto, USA se ensañó con Assange y maniobró con el sometido gobierno sueco para inventarle delitos de abuso sexual y ordenar su detención en 2011. En julio de 2012 Julian solicitó asilo político en la Embajada del Ecuador en Londres y el entonces Presidente ecuatoriano Rafael Correa decidió otorgárselo. Es relevante anotar que en 2016 Wikileaks publicó alrededor de 20,000 emails que revelaban que el Comité Nacional del Partido Demócrata decidió impedir a Bernie Sanders contender por la presidencia y abanderó a Hillary Clinton, reafirmando la profunda descomposición que ha privado desde hace décadas en la estructura de poder bipartidista en los E.U. 

 

Ciertamente, la llegada de Lenin Moreno a la presidencia del Ecuador favoreció las intenciones de USA Corporation para extraditar a Julian Assange con el fin de condenarlo a 175 años bajo acusaciones de espionaje y conspiración contra la seguridad nacional.  Se sabe que Moreno era uno de los testaferros del imperio en Suramérica junto con otros gobiernos títeres.  Uno de los actos más indignos de Moreno fue el permitir que la policía británica invadiera la embajada ecuatoriana, considerada como territorio de aquel país, para arrestar a Assange en mayo de 2019.  Desde aquel momento hasta hace unos días, este gigante del periodismo y un auténtico promotor de la transparencia, la libertad de expresión y el derecho a la información padeció privación de la libertad y tortura en la tenebrosa prisión de Belmarsh.

 

Sin ánimo de menospreciar el beneficio de que Julian Assange finalmente regrese a su natal Australia y conviva con su familia, en mi opinión, la labor periodística seguirá estando sujeta a los intereses del poder oligárquico en el vecino país y sus enclaves en Medio Oriente y la Unión Europea, principalmente, y ni Assange ni nadie más podrá ejercer su actividad informativa con la amplitud y libertad que deberían estar garantizadas para cualquier persona que comprenda que el periodismo libre es esencial para evitar la instauración de gobiernos dictatoriales y títeres que han venido siendo promovidos desde hace por lo menos dos siglos por el imperio más depredador de la historia, USA Corporation.

Casi todas las guerras de los últimos 50 años fueron resultado de las mentiras de los medios. Julian Assange

 

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