Utopías en marcha: La elección de Clara

Movimientos Sociales y Sociedad Civil

Nacional 13 de noviembre de 2023 JORGE LUIS JUÁREZ MARTÍNEZ

web clara

El pasado 11 de septiembre en la columna titulada “La ruta es Clara”, su servidor hizo un análisis de lo que vendría para la CDMX con dos de los aspirantes abiertamente interesados en la Jefatura de gobierno de la CDMX Clara Brugada y Omar García Harfuch. Mediante sondeos exprés, ambos compitieron hasta el final hasta en empate técnico, aunque en la encuesta final del 10 de noviembre la ventaja de Harfuch arrojó una diferencia de casi 13 puntos.

Periodistas como Julio Hernández “Astillero”, Hernán Gómez Bruera y Temóris Grecko abiertamente se lanzaron en contra del ex secretario de seguridad con respecto al papel que inevitablemente jugó como coordinador de la policía en el estado de Guerrero previo a la tragedia de la desaparición de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa en 2014. Al mismo tiempo, militantes que abogan por la cuestión institucional del partido reprobaron que mediante una petición en internet se anulara la candidatura del ex policía, aludiendo que nadie podía quitarle el derecho constitucional de votar y ser votado a Harfuch.

A males presagios, medidas de urgencia. Surgieron entonces los desplegados y la fuerza de la militancia fundadora. La cuestión es que poco podían hacer cuando la metodología a cargo como el de las encuestas a público abierto aseguraría la victoria para el candidato más visible y en términos generales para el más eficiente. Harfuch cumplía con ambas características. La inseguridad a la baja y la disminución de homicidios están ahí como prueba de que en coordinación con todos los involucrados los resultados en dicha materia podían ser diferentes en comparación con la desastrosa gestión de Miguel Ángel Mancera del 2012 al 2018. Al mismo tiempo, contaba con los reflectores mediáticos de las 16 alcaldías lo que se potencializó su imagen. 

 

Mientras que, si bien Clara Brugada contaba a todas luces con una eficiencia y eficacia del ejercicio del poder en la administración pública casi con calificación de diez, su labor siempre fue disminuida y sin los reflectores que merecía realmente Iztapalapa. Violeta Vázquez y Sabina Berman aprovecharon cada ventana para dar a conocer la labor de Brugada, siempre con el factor mediático en contra. En contraste, Harfuch contó siempre con el aparato corporativo tradicional de los medios de comunicación a favor. No era gratuito tampoco: su genealogía familiar siempre estuvo ligada al poder económico y político del momento. Por eso la desconfianza de una parte de los fundadores de Morena respecto a que la administración de ese poder podría terminar por la segmentación del partido. 

¿Pruebas? La historia del PRD y su líder moral, Cuauhtémoc Cárdenas. No obstante, queda la asignatura pendiente de no sólo suponer a partir del árbol genealógico, sino construir un padrón confiable y entonces sí, convocar a asambleas, aunque tampoco son garantía, pues una de las herencias de ese pasado perredista es la movilización de estructuras clientelares que tampoco implica un juego netamente democrático.

Además, la militancia fundadora también tiene el compromiso moral de denunciar que Morena CDMX fue omisa en el rompimiento de las reglas establecidas para la campaña previo a las encuestas. No inconformarse por ello podría dar la idea de que no les importa la claridad política ni la dignificación del partido, sino sólo apelar a las credenciales del izquierdómetro y en estos momentos, ya no es suficiente ni moralmente aceptable.

La labor de formación política implica trabajo de a pie y no sólo de trofeos de antaño. Por eso el candidato idóneo a trabajar con las bases del partido es Hugo López Gatell y con ello reestructurar los cuadros y oxigenar nuevamente al Movimiento de Regeneración Nacional, pues en muchos lugares de la CDMX, la promoción casa por casa ya está condicionada por cuotas clientelares, lo que derivará finalmente en compra y venta de estructuras, ojo con eso.

 

Las utopías de Iztapalapa podrán ser realidad de norte a sur en la Ciudad de México aunque la batalla por la capital mexicana apenas comienza. Aliados como el Partido Verde ya habían amenazado con romper con Morena en caso de no quedar Harfuch como candidato final. Habrá que ver hasta dónde conviene tenerlos como aliados. Por ahora, las condiciones del INE por la paridad de género arrojaron la posibilidad de recomponer el camino para la izquierda. Tampoco se trata de demonizar a Harfuch, sino de evidenciar a los intereses creados detrás de sus aspiraciones políticas. Tv Azteca y las farmacéuticas optaron por invisibilizar y nulificar a toda costa a Gatell, mientras que a Clara Brugada se le negaron los principales medios tradicionales en la ciudad incluso hasta por cuestiones de clasismo y discriminación. Los aliados de Harfuch demostraron con creces que lo que menos tienen es precisamente vocación democrática. La única forma de evitarlo fue con la designación de género y con ello, también buscar la posibilidad de reestructurar a las bases. Es tiempo.

 

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