El sueño Bolivariano en Venezuela

Sociedad y Estado en América Latina del Siglo XXI

Internacional 29 de mayo de 2023 JORGE LUIS JUÁREZ MARTÍNEZ

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Simón Bolívar tenía claro en el siglo XIX que para poder resurgir era necesario romper con las cadenas españolas. De ahí el sueño de buscar la independencia provincia por provincia y de virreinato por virreinato. No obstante, los regionalismos y las características de cada región impidieron tener una federación única sudamericana bajo la figura de la Gran Colombia. Para el Siglo XXI, los fantasmas neocoloniales regresaron a la región pero ahora bajo el intervencionismo estadounidense. Y para poder enfrentarlos, la opción fue resucitar la figura de Bolívar y reconfigurar el marco teórico democrático.

Así pues, para finales del Siglo XX, comenzó a emerger en medio de un nacionalismo urgente y como opción única a los embates internos privatizadores y la amenaza externa americana la figura del General Hugo Chávez. La narrativa chavista a partir de la denominada “Revolución Bolivariana” tenía sustento: las graves crisis económicas y sociales de los gobiernos neoliberales de los 80´s y 90´s no dejaban alternativa: el cambio tenía que venir por una revolución de conciencias. Chávez lo intentó por la vía de las armas y fue encarcelado, reconociendo que no tenía un respaldo popular como lo había esperado en 1992.

Para 1998 y ya con una plataforma de partido político y no por la vía de las armas, ganó la presidencia con gran apoyo popular y al mismo tiempo, busco desde el inicio cambiar la constitución. Así pues, para 2001 emitió 49 leyes sobre la administración de tierras apoyado en la Asamblea Nacional. La reacción de sus opositores no se hizo esperar y a partir de una campaña mediática, las protestas no se hicieron esperar. Por primera vez en 100 años el estado devolvía tierras a los grupos más desprotegidos y al mismo tiempo, había protestas en contra.

Pronto entendió Chávez que el siguiente paso sería reformar los medios tradicionales de comunicación y que a la fecha, el apoyo con TeleSur ha sido fundamental para pluralizar los medios y los discursos políticos en la región. Sin embargo, ese sería sólo el inicio pues había que defender lo propio: el petróleo. Y para ello sólo quedaba aliarse a los grandes adversarios políticos de los EUA. 

Rusia, China, Irán se convirtieron en aliados fundamentales para Venezuela lo que ponía de cabeza la Doctrina Monroe que había estado intacta desde el siglo XIX. Para ello, Chávez se valió de plebiscitos y referéndums que validaran legítimamente su gobierno, lo que le ayudó a cohesionar su gobierno. Así perdió la concesión RCTV. Y para 2008, el partido oficial, el Partido Socialista Unido de Venezuela se había consolidado en todo el país, obteniendo 17 de 22 gobernaturas. 

Aun así, la diáspora venezolana comenzó a tener fuerza. EUA y los embargos comerciales comenzaron a hacer estragos en la población. A diferencia de Cuba que tiene de frontera el mar, el paso natural para comenzar la salida era por Colombia, quien apoyados por Álvaro Uribe, justificó al principio la migración venezolana. No obstante, la lealtad de los militares y la base electoral del partido socialista se ha mantenido con Chávez y con el actual Maduro a partir de las políticas públicas con las clases populares. 

Regresando al inicio, hablaba de reconfigurar el marco teórico democrático: sólo para EUA y Occidente es válido buscar la reelección, no para África o Latinoamérica. Sin embargo, omiten que para el caso estadounidense, el recambio entre demócratas y republicanos están al amparo de los grandes grupos de poder, sobre todo, económicos. Caso similar a las autodenominadas democracias europeas. 

El caso latinoamericano no aplica a dicho ideal estadounidense porque el desarrollo de la historia simplemente ha sido diferente, por no decir interrumpido. Y peor aún, muchas veces, las élites latinoamericanas, subsidiadas por empresas e intereses estadounidenses. Por ello, para la visión de Chávez, la única manera de resistir, sobrevivir y entonces resurgir, era reconstruir el sistema político venezolano y en parte lo logró bajo la bandera del Socialismo del Siglo XXI. 

Las desventajas de dicho modelo es que se depende de la formación de cuadros. Después de la muerte de Chávez, parecía que terminaba el sueño bolivariano-chavista. Pero su sucesor, Nicolás Maduro, continuó con las mismas políticas a pesar del poderío de su rival estadounidense. No obstante, Rusia, China e India han cobrado más fuerza que nunca mientras que EUA se fracturó a partir del manejo de la pandemia. Eso le permitió a Venezuela buscar opciones para mitigar su crisis interna y resurgir de nuevo. Tampoco ha sido fácil para sus migrantes, estigmatizados por las narrativas mediáticas en México, Argentina, Colombia y Ecuador por citar algunos casos. La reconfiguración de la geopolítica actual le dará a Maduro la posibilidad de renegociar con sus adversarios políticos locales y las amenazas externas. El sueño bolivariano se consolida poco a poco con dignidad en Venezuela, aún con la amenaza estadounidense. Si Simón Bolívar viviera, con el Partido Socialista estuviera.

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