La miseria ideológica del PRIAN

La oposición a la Cuarta Transformación sufre por su falta de credibilidad, por su actitud parecen haber aceptado que en 2024 no tienen nada que hacer electoralmente, y eso es preocupante ya que México necesita un antagonismo real al proyecto de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, no una caricatura que se oponga a todo porque sí, sin análisis, sin debate de fondo.

Un ejemplo de lo extraviadas y confundidas que están las cúpulas del PRIAN es lo sucedido la semana pasada en el Senado de la República, en donde los legisladores se negaron al debate de las iniciativas de reformas constitucionales y de leyes secundarias en distintas materias, secuestrando el recinto legislativo, de tal forma que obligaron a la mayoría de Morena y aliados a sesionar en una sede alterna para cumplir con sus tareas legislativas.

Una de las escenas más ridículas de las últimas semanas fue la protagonizada por la senadora Xóchitl Gálvez que, con el exagerado histrionismo que la caracteriza, supuestamente se encadenó a la silla de la presidencia de la cámara legislativa, acusando autoritarismo y falta de debate, mismo al que en bloque el PRIAN se ha negado de manera categórica.

La miseria ideológica del bloque neoliberal los nubla, fueron ellos los que acuñaron el terminajo “moratoria constitucional”, para referirse al rechazo a cualquier iniciativa de reforma a la Constitución que sea propuesta por el Ejecutivo o las bancadas de Morena en cualquiera de las cámaras, fueron ellos los que se negaron a discutir y aún mas grave, fueron ellos los que rehuyeron a sus funciones como legisladores, se les olvida que la tarea para que se les paga es precisamente esa, revisar y debatir las leyes que se busque modificar, no actuar de forma facciosa para cumplir los caprichos de su patrón Claudio X. González.

Otro aspecto que pone en evidencia la crisis opositora es la falta de un candidato viable para el 2024, la caballería que presentaron en el evento de Unid@s, el más nuevo membrete del artífice de Va X México, son las mismas personalidades desprestigiadas, representantes de la visión anacrónica que el pueblo mexicano rechazó en 2018; sin relevo generacional, los mismos corruptos, las mismas ideas, las mismas mañas, el mismo afán entreguista.

Apostaron a que AMLO se desgastaría políticamente tras los constantes ataques de la prensa chayotera de antaño, fueron optimistas y se les fue más de medio sexenio en una estrategia futil y no parecen darse cuenta, el futuro de los antagonistas de AMLO depende más de los errores del propio Presidente que de las virtudes que pudieran mostrar, si es que tienen alguna.

Es preocupante que hay una parte del bloque opositor que no fue siquiera electa de forma democrática, y sí tienen poder para dar marcha atrás a los cambios impulsados por la 4T, se trata de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, presidida por la ministra Norma Piña quien en varias ocasiones ha demostrado su animadversión al proyecto iniciado en 2018, por eso no es casualidad que el magnate X. González diga que confía en que los cambios van a revertirse en el máximo tribunal.

La oposición política no existe en este país, pero se valen de argucias y artimañas para provocar el descrédito del actual gobierno, por eso las mañanera se han convertido en el ejercicio más afortunado de la política reciente, porque dan la oportunidad al pueblo de informarse y de tener, de lunes a viernes por un par de horas o más, a un líder que da la cara, que habla lento pero es derecho y que, ante la falta de oposición seria, tiene el camino relativamente libre para continuar con los cambios que el país necesita.

El pueblo debe estar alerta para no permitir que haya retrocesos y para dejar en el pasado los traidores neoliberales que han dañado tanto la calidad de vida del mexicano de a pie al que este gobierno busca reivindicar.