El INE se reforma, sus directivos sí se tocan

El INE sí se toca. Todo cuanto existe sobre la tierra está cambiando y evolucionando. Este instituto era antes el IFE. Y previo al mismo, las elecciones las organizaba el gobierno; por tal motivo el PRI no perdía una elección. La transformación del sistema electoral se llevó a efecto por las fuerzas democráticas de México.

Desde que el gobierno dejó de arbitrar las elecciones y cambió de nombre de IFE a INE, se buscó que éste fuera un organismo ciudadano que permitiera la transparencia, la certeza e imparcialidad y sobre todo que sus consejeros fueran ciudadanos, pero hubo una maniobra que permitió que los consejeros fueran representantes propuestos desde los partidos políticos, que no representaran forzosamente los intereses del pueblo.

En la actualidad el INE es un organismo faccioso que se destaca por su opacidad, que en su seno se cometen infinidad de delitos, hay parcialidad y sobre todo ya no da certeza en los resultados electorales. Sus directivos (Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Edmundo Jacobo) están aliados a los intereses económicos y a la SCJN (Suprema Corte de Justicia de la Nación) que cada día está más ligada a los intereses de defraudadores y delincuencia organizada de cuello blanco.

Por haberse convertido el INE en un organismo al servicio de los ricos y amparado por la SCJN que está aliada a la delincuencia organizada, el presidente Andrés Manuel López Obrador envió al Congreso una iniciativa de reforma constitucional para hacer una Reforma Electoral y que rechazaron los opositores. Entonces surgió lo que se ha dado en llamar el Plan ‘B’ -una reforma a la legislación secundaria-, mismo que se aprobó por el Poder Legislativo y de inmediato se inicia una lluvia de amparos para evitar su aplicación.

En este contexto estamos y esta circunstancia provoca una encrucijada: Se aplican las reformas del Plan ‘B’ o las fuerzas de derecha las invalidan.

El Poder Judicial con su presidenta Norma Piña, en contubernio con la directiva actual del INE, dan paso para que el pueblo reclame justicia y se dé un amplio debate nacional y se demuestre quiénes tienen la razón. Ese debate debe también reglamentarse y abrir todos los medios de comunicación para que participe el mayor número de ciudadanos.

En el fondo de la cuestión, las fuerzas de la derecha quieren crear las condiciones para enturbiar las aguas, para crear incertidumbre y dudas sobre el resultado de las elecciones de 2024, y colocarse en posición de que se nulifiquen los resultados. Eso sería un caos y un retroceso en la vida democrática de México. No lo permitamos. Estamos a tiempo de detener a los golpistas disfrazados de ovejas. En todos los tiempos de la vida de México, los conservadores han sido muy crueles y despiadados y hasta han querido que México fuese un imperio encabezado por una nación extranjera.

Hoy están solicitando que la OEA y EUA intervengan en las decisiones que son solamente de los mexicanos, han arreciado sus ataques con toda la prensa escrita, radio y TV de México. Han tergiversado el contenido de la Reforma Electoral (Plan ‘B’), y como se asienta en un principio, han elaborado una cantidad superlativa de amparos, para conservar sus privilegios, prebendas y canonjías y robarse -como en 2006- la elección presidencial.

Como sucedió en esa fecha, no creíamos que fueran tan viles y antipatriotas y ahora que lo sabemos no debemos dejarlos pasar. Todo debe ser dentro de la ley, nada por encima de ella. Así debemos hacer que el Estado de Derecho prevalezca.