Claudia Sheinbaum, una presidenta a la altura de las circunstancias

En dos meses ha demostrado de qué está hecha

Nacional05 de diciembre de 2024 Jesús Marín
altura

Decían que iba a ser títere. Decían que por ser “vieja” en un país machista y misógino, no iba a poder con el reto de gobernarnos. Y que seríamos un maximato, con el verdadero poder, allá en la chingada.

La han llamado chacha, judía, marioneta. Y a todos les ha callado el hocico, con su don de mando y su gran inteligencia. Es nuestra Presidenta, la más votada en la historia de la democracia mexicana.

No es una improvisada, su ideología de izquierda viene desde niña. Es hija del movimiento del 68 y jamás ha traicionado sus ideales. Y tiene un Doctorado en física.

Sin duda es la presidenta más preparada para gobernar que tendremos en momentos donde se necesitaba una mujer como ella. AMLO no se equivocó y estará orgulloso de su Presidenta.

En dos meses, Claudia Sheinbaum le ha callado la boca a sus detractores. Y se ha ganado el respeto de propios y extraños. Ha demostrado cómo se gobierna para el pueblo y por el pueblo.

En la cumbre de los veinte se mostró como la líder de Latinoamérica y fue escuchada y defendió la política exterior de México. Se ganó el respeto mundial de los líderes más poderosos del planeta.

En dos meses, nuestra presidenta Claudia Sheinbaum ha demostrado que es nuestra líder que continuará con la cuarta transformación, bajo su estilo y guía, de manera concisa y precisa.

Es una delicia escucharla cada mañana, en las mañaneras del pueblo como ella las ha llamado. Sus respuestas son inteligentes, mordaces y directas, sin caer en provocaciones, desmintiendo las mentiras de la derecha y de los medios corporativos.

Seguirá llevando a México hacia el crecimiento y la esperanza. Y lo más importante, es una Presidenta que gobierna para todos los mexicanos. Un gobierno donde primero los pobres y primero las mujeres. Es tiempo de mujeres.

Es tiempo de seguir combatiendo la corrupción y frenar la violencia de los cárteles. De atacar el poder de la narcopolítica.

Decían esos imbéciles que apoyaban un bodrio abotargado llamado Xóchitl, que al primer problema se iba a quebrar. Que en cuando tomara posesión como Presidenta el país se desmoronaría. Las inversiones iban a huir. La bolsa se desplomaría. Que por ser mujer, su lugar sería la cocina o la servidumbre.

Dos meses desde que la doctora Claudia Sheinbaum es nuestra presidenta, la primera mujer que asume el poder ejecutivo en 200 años que somos república.

Los mexicanos sabemos que tenemos a una Presidenta inteligente, que no se somete a nadie, excepto a la voluntad del pueblo. Excepto a las leyes que emanan de nuestra Constitución.  Apegarse a nuestra carta magna, a las leyes y derechos que nos rigen.

La presidenta de México sabe negociar e informar. Sabe escuchar y solucionar, sin perder estilo ni elegancia.

En dos meses ha establecido comunión y comunicación con su pueblo. Sabemos que México, nuestro pueblo, estamos en manos de una Presidenta muy capaz, con un plan de gobierno y crecimiento a largo plazo, con una economía sólida y que hay esperanza y futuro.

Se enfrentó a una patética Corte de Justicia que se oponía a la reforma del Poder Judicial, descalificándolos por violadores de la Constitución.

Los llamó ignorantes siendo ellos abogados constitucionalistas al tratar de dar un golpe de Estado aguado. Casi diciéndoles que ni para eso servían. Se burló de manera elegante, fina e inteligente, de los intentos de los ocho jueces, encabezados por Norma Piña, de querer conservar sus privilegios y poder, aun violando la Constitución.

Al final el poder, el principesco Poder Judicial salió derrotado. Humillado. Quedaron como traidores a la patria y como buitres codiciosos. Y serán sustituidos por elección popular mediante votación en junio del 2025. Triunfó la democracia sin ninguna clase de autoritarismo ni dictadura.

Jamás un puñado de ocho canallas podrá contra la voluntad de 36 millones de votos que por vía democrática le dieron la presidencia a Claudia y la mayoría de Senadores y Diputados del poder legislativo a Morena.

Claudia fue contundente al declarar en varias mañaneras que ningún poder está por encima de la Constitución ni por encima de la voluntad del pueblo. El pueblo quita, el pueblo pone.

En dos meses Claudia ha crecido en respeto y credibilidad ante los mexicanos y mexicanas. Ante las naciones del mundo.

Claudia, nuestra presidenta prosigue con la reconstrucción del país. La construcción de vías férreas para devolver los trenes a la nación. Siguen las becas y los apoyos. Se refuerza la lucha incesante contra la corrupción. Se consolida la pensión universal para los mexicanos de la tercera edad. Se crea un apoyo para mujeres de 60 a 64 años. Hay proyectos para atacar a la delincuencia y al narco.

Ahora el mayor reto de Claudia es lidiar contra un berrinchudo y amenazante Donald Trump que intimida con subir los aranceles a un 25% y cerrar las fronteras. Culpa a México por el narcotráfico y la invasión de indocumentados. Jamás va reconocer que ellos, los gringos ponen los drogadictos y las armas. Actúan como si en USA no hubiera cárteles de la droga.

Claudia le respondió que no habrá sumisión. Diálogo y negociación, sí. Claudia ya le demostró con sus propias estadísticas gringas, las mentiras de Trump.

En una carta que hizo pública y que envió al próximo presidente de USA, le reiteró la cooperación y disposición de nuestro país, sin responder a las amenazas de Trump y ahora también de Canadá.

Ante un tenso clima en Europa, donde el jinete de la tercera guerra mundial se percibe con la posible extinción del planeta si estallara, la presidenta de México responde con llamados a la paz y al diálogo.

No se ha portado de manera cobarde y sumisa, como su par, Justin Trudeau, el ministro de Canadá y está preparada para enfrentar con dignidad y respeto la renegociación del Tratado de Libre Comercio, conservando la soberanía nacional.

Con planes alternativos para responder ante cualquier reto que pueda presentarle un presidente racista, xenófobo, quien quiere imponerse con miedo y amenazas.

En una guerra comercial y de aranceles, perderíamos los dos países, le explicó pacientemente y con estadísticas, la presidenta Claudia Sheinbaum al próximo presidente gabacho que tomará el poder el 20 de enero.

Hubo una llamada entre los dos mandatarios donde Trump no se portó como el canalla que es, es decir respetó la investidura presidencial de Claudia.

Y nos mintió AMLO, Claudia no es una presidenta dura, es durísima, mas cabrona que bonita. Es justo la presidenta para este tiempo que estamos viviendo.

Los mexicanos confiamos en ella y su gobierno. Cada ocho de diez mexicanos estamos con ella. Creemos en ella.

Es un verdadero orgullo y honor tener como presidenta a Claudia Sheinbaum.

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