El relevo transformador: Claudia Sheinbaum

Nacional06 de noviembre de 2023 Daniel Antonio Lara Palacios

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La elección presidencial de 2024 es la madre de todas las batallas en la política mexicana, las consecuencias de una regresión serían devastadoras para la esperanza de los mexicanos: dejar de ser un país en vías de desarrollo; el neoliberalismo arrebató a los mexicanos todos los logros de las luchas sociales del siglo XX, entregó carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, la industria petroquímica, la generación de energía, los bancos, las telecomunicaciones, el oro, la plata, el cobre, el carbón y todos los recursos mineros a la iniciativa privada nacional y extranjera, precarizó al máximo a los trabajadores mexicanos, despojándolos de sus derechos laborales como la antigüedad laboral, el reparto de utilidades, el estancamiento de los salarios y la oferta de mano de obra barata para la maquila de autopartes, textil, etc.

El triunfo de Andrés Manuel López Obrador representó la reivindicación de todas esas luchas, la recuperación de una parte todavía muy pequeña de lo perdido, un gobierno al servicio de las mayorías y no de una oligarquía, los avances que se lograron en este periodo y que todavía son reversibles, se deben profundizar y la única forma de continuar con lo que este gobierno está haciendo es con la construcción de un sentido común nuevo, donde la narrativa se apoye en lo colectivo, lo social, lo del pueblo; porque si un logro tuvo el neoliberalismo fue la interiorización por parte de un sector de los mexicanos del individualismo, la conciencia social se minimizo para dar paso a un aspiracionismo vacío.

Entonces Claudia Sheinbaum Pardo es la segunda etapa de la transformación, la izquierda en su expresión más aterrizada, encausando las luchas sociales hacia la consolidación de un régimen al servicio del mexicano promedio, un gobierno que continúe, renueve y extienda las conquistas del lopezobradorismo y las lleve al siguiente nivel, ya se probó que López Obrador no fue ningún peligro para México, y en ese sentido la doctora tiene la realidad a su favor, ya no es la especulación del “más vale malo por conocido, que bueno por conocer”, ya se conoció el entreguismo de la clase política desde Salinas de Gortari, tuvieron más de treinta años para probar su sistema y fracasó; ahora corresponde a la democracia mexicana evolucionar para continuar demostrando que sí se pueden hacer las cosas de manera diferente, que sí se puede conformar un gobierno para todos, que la esperanza se hace realidad.

México es un país tradicionalmente machista, pero la situación está cambiando, tal vez un poco más lento de lo que nos gustaría, pero el movimiento feminista está vivo, boyante y me parece que estamos listos para ser gobernados por una mujer y qué mejor que una mujer de izquierda, probadamente honesta, capaz, inteligente, consecuente y valiente, que sabe gobernar, que comprende el país en sus realidades.

Corresponde ahora a Claudia Sheinbaum construir su propio proyecto de nación, su programa de gobierno, uno que la posicione como la consumación del obradorismo, pero que a la vez la diferencie de AMLO, las encuestas más recientes la posicionan como la próxima presidenta de nuestro país, cuenta hoy con el apoyo mayoritario y si hoy fueran las elecciones arrasaría sin duda, pero no debe reinar la confianza desmedida sino la frescura en las propuestas, el convencimiento de que la lucha es para bien del país.

Me parece que el más grande pendiente del gobierno del presidente López Obrador es en materia de seguridad pública, los índices de homicidios han bajado, pero de manera insuficiente y continúa habiendo lugares del país que son intransitables sin exponerse a la criminalidad organizada, en este aspecto se puede dar la diferenciación del proyecto de Claudia, pues durante su gobierno en la Cuidad de México logró reducir la tasa de asesinatos y se dieron duros golpes a las mafias locales, ese puede ser su distintivo.

Pero Claudia no debe estar sola, la sociedad en su conjunto, en su diversidad, tiene la responsabilidad de respaldar un proyecto que nos incluye a todos, que busca el bienestar general desde un punto de vista colectivo, debe saber que la riqueza es generada por el trabajo duro de los obreros, el objetivo es la dignificación del ser humano, que los que trabajen reciban lo justo por su labor, que se siga combatiendo la corrupción y los abusos, que se siga apoyando a los desprotegidos hasta que dejen de serlo, que se ofrezcan herramientas para que la gente sea próspera con el fruto de su esfuerzo, esto es lo que representa la izquierda, esto es lo que representa Claudia Sheinbaum.

Los medios de comunicación masivos concesionados por el Estado mexicano en manos del alto empresariado mexicano jugarán de nuevo un papel importante, no han cesado en su golpeteo contra el gobierno de AMLO y sus políticas, ahora la escalada mediática se comenzará a enfocar en la ex jefa de Gobierno, la mentira del peligro para México se trasladará a la figura que encabeza el movimiento, por eso es absolutamente necesario que los mexicanos se agrupen en la defensa de la transformación.

Tenemos en López Obrador a un líder poco común, pero ya se retira, apenas entregando la presidencia se ha comprometido a dejar de participar en la vida pública, y hace falta un pueblo unido, informado y consciente para apenas sostener lo que se logró con la lucha de las últimas cuatro décadas, pero como él mismo lo dijo, hay relevo generacional, y el pueblo decidió que sea Claudia la que continúe en la batalla política por la nación.

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