¿A dónde se iban tus impuestos?

* Al modus operandi de la corrupción * Hoy AMLO los destina al México real, al pueblo

Nacional 12 de diciembre de 2022 Fernando Cuevas Murillo

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Escuché a una señora muy contenta porque le había llegado su pensión para adultos mayores y dijo: “gracias a Andrés Manuel, a mi cabecita de algodón”.

Entonces su hija, muy molesta, la regaña y le reprocha: “no vuelvas a decir eso nunca, porque ese dinero que te llega es de mis impuestos, ese viejito nunca ha trabajado en su vida”. Y la señora guarda silencio.

Me dio como coraje que le haya quitado su estado de felicidad, y a veces me dan ganas de seguirle el juego a esta gente y preguntarle: ¿A poco ese dinero es de los impuestos? No pues yo pensé que Andrés Manuel era el heredero de una gran fortuna de sus padres que ahora se dedica a repartirle a los adultos, así como Santa Claus en Navidad con todos los niños, así Andrés Manuel repartía dinero mágicamente. O decirles: yo pensé que después de la mañanera, Andrés Manuel se iba a vender jícamas al Zócalo y de lo que sacaba pues ya se lo daba a tu papá, a tu hijo, a las personas con discapacidad.

Evidentemente viene de los impuestos, ya sabemos que el Estado no genera riqueza; bueno, sí genera, pero Carlos Salinas de Gortari se chingó las empresas paraestatales hace más de 30 años.

Proviene de impuestos que no los inventó Andrés Manuel, impuestos que ya pagamos desde siempre. La diferencia es esa: ¿A dónde se iban los impuestos antes?

Te voy a decir algunos lugares, algunos destinos de tus valiosos impuestos que tanto te preocupan hoy.

1.- Al presupuesto de los diputados federales. Aparte del sueldo de más de un millón de pesos -que por cierto ya se les recortó con este gobierno- se les daban 30 millones de presupuesto para que los diputados fueran a los municipios y hagan obras, en las que le decían al presidente municipal “a ver, vamos a hacer un puente allá en tal ranchería” y ¿cuánto costó ese puente?, pues 10 millones de pesos. Y el pinche puente a la primera lluvia se deshacía, pero ellos así justificaban que hacían obras. O decían “a ver vamos a hacerle una estatua al gobernador, y cuánto va a costar esta estatua, pues vamos a ponerle unos 5 millones de pesos. Ahí se iban tus impuestos, en ese modus operandi de la corrupción.

2.- Las mega obras. Hace poco Andrés Manuel compró una refinería en Texas, en 620 millones de dólares. Pues Felipe Calderón llegó con la promesa que iba a construir una refinería, y lo único que consiguió fue una pinche barda que costó lo mismo, 620 millones de dólares. Ahí se iban tus impuestos, al limbo de la corrupción, a la nada. Está también el caso del monumento de la Estela de Luz, que costó más de mil millones de pesos, que es una barda parada que no sirve para absolutamente nada. Ahí se iban tus impuestos. Está también el caso del hospital de Zumpango del Estado de México de 125 camas que costó 8 mil millones de pesos; se estima que costó 20 veces más de lo que pudo haber costado ese hospital. Así como los municipios cuando el presidente municipal hace un tope, y registra que en ese tope se gastó medio millón de pesos, ahí se iban tus impuestos.

3.- Los viáticos. Ningún político se preocupaba por los viáticos porque, aparte de su sueldo, los viáticos también eran pagados por tus impuestos. Se estima que Peña Nieto realizó alrededor de 83 viajes al extranjero y gastó más de 313 millones de pesos. Ahí se iban tus impuestos.

4.- Pensión a expresidentes. Después de que ellos trabajaban seis años de sus vidas, de entrada compara, tú cuántos años vas a trabajar para que te toque una pensión, si es que te toca; pues ellos trabajaban seis años para después recibir mensualmente una pensión que es el equivalente a lo que gana una familia completa en dos años, ellos lo recibían mensualmente. Y aparte se les daba 75 elementos del ejército para que cuidaran de la seguridad del presidente y de su familia por el resto de sus vidas. Aparte se les daban 25 empleados de la presidencia para que atendieran al expresidente y a su esposa por el resto de sus vidas. 

Ahí se iban tus valiosos impuestos. Y muchos lugares más. Yo me tardaría horas diciéndote a dónde se iba antes tus valiosos impuestos. Yo sé que aplaudirle a un político por hacer las cosas bien es casi tan tonto como aplaudirle a un cajero por darte tu propio dinero. La diferencia es que antes el cajero del gobierno no te daba tu dinero, te quitaba más de lo que te correspondía dar y aparte le salían manos al pinche cajero y te daba una cachetada y se burlaba de ti. Esa es la realidad.

No tenemos la obligación de apoyar al Presidente. Hay una libertad de expresión. No tenemos la obligación de apoyar a este gobierno. Pero creo que sí tenemos el compromiso moral de respaldar a un gobierno que por primera vez se está preocupando por el México real, al que -aunque te duela, muy posiblemente perteneces-, que es el 90 por ciento de la población.

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