Basta ya de abrir las puertas a corruptos del PRI y PAN

En Morena el enemigo está en casa y debe depurarse

Nacional28 de diciembre de 2024 Jesús Marín
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Claudia Sheinbaum en tres meses del gobierno de la primera mujer a cargo del poder Ejecutivo federal, en doscientos años de vida republicana, en un país de machos y misóginos, ha demostrado no solo ser una presidenta que nos puede gobernar y construir el segundo piso de la cuarta transformación. Claudia tiene el carácter para no dejarse manipular y es una excelente negociadora y una astuta diplomática.

Claudia consolida el nombre de México en el panorama mundial. Consolida los seis años de crecimiento económico y social, como nunca ocurrió en los gobiernos neoliberales ejercidos por el PRI y el PAN, quienes demostraron su odio, codicia y saqueos del país. Cuando por vía del fraude y la corrupción, ostentaron el poder que arruinó a los mexicanos por ochenta años, empobreció a millones y enriqueció a un puñado de oligarcas, apoyados por la televisión y los medios de comunicación corporativos.

Corrupción y envilecimiento de la democracia a partir del gobierno de Ávila Camacho hasta el gobierno de Peña Nieto, hasta la llegada de Andrés Manuel López Obrador que reconstruyó al país y nos devolvió la esperanza en un futuro. Nos devolvió el orgullo de ser mexicanos. Despertó la conciencia de que todos los mexicanos somos libres e iguales. Nos hizo creer en la democracia y en el poder del cambio con nuestro voto.

En la pasada cumbre del G20, la doctora Sheinbaum, nuestra inteligente presidenta, se da a conocer como una de las grandes líderes y estadistas en el concierto de naciones.

Ha manejado inteligentemente las bravatas del próximo presidente gringo Donald Trump. Preparada para enfrentar las amenazas de aumentos de aranceles y la deportación masiva de indocumentados. Y hasta la posible invasión del ejercito gringo a nuestro terruño.

La elección en la sucesión presidencial de Andrés Manuel López Obrador fue la correcta, la doctora Sheinbaum tiene la capacidad intelectual y de congruencia política para enfrentar los retos de mantener el crecimiento económico del país, enfrentar los cuatros años del presidente republicano Donald Trump, racista blanco, macho y bravucón.

Claudia Sheinbaum es sin lugar a dudas, la presidenta más inteligente y mejor preparada en la historia de México. Mujer de una sola palabra, sin pasado partidista ni de corrupciones. Es honesta como una gota de lluvia. Nadie puede acusarla de nada, excepto de amar a su pueblo y defenderlo.

En el panorama político nacional no hay en este momento un perfil profesional como el de Claudia. Ni un solo político con la calidad moral y decencia que ella.

Cierto, el panorama internacional se ve delicado, tenso, como la calma que procede a la tormenta. Con el latente peligro de una tercera guerra mundial que destruiría al planeta. Con las presiones de la próxima reunión para renegociar el tratado libre de comercio, entre Estados Unidos, Canadá y México.

Con los cobardes ataques del primer ministro de Canadá Justin Trudeau. La terquedad de Donald Trump de insistir que México le rinda pleitesía, pese a que somos el primer socio de los gringos.

La amenaza de las deportaciones masivas de indocumentados, el peligro de declarar a los cárteles como grupos terroristas como pretexto para invadir la soberanía del territorio nacional.

No obstante, el verdadero peligro para México, es el partido en el poder. Morena es el peor enemigo de Morena y solamente Morena puede destruir el proyecto de la cuarta transformación. Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum parece ser que “duerme” con el enemigo en casa.

El partido Morena embriagado del poder. Mareado de ser todopoderoso. De aprobar cuanta reforma quiera sin tener oposición de ninguna clase. Se cree imbatible e invencible, con derecho a hacer lo que se le da la gana al controlar la presidencia, y las dos cámaras del poder legislativo, al ser mayoría calificada de diputados y senadores.

Morena piensa que son el nuevo PRI, por eso se da el lujo de aceptar la peor ralea de la “destruida” oposición del Prian, quienes lo que buscan es seguir medrando con los dineros del pueblo y seguir realizando sus negocios y el tráfico de influencias.

Y resurgen gracias a las facilidades políticas y al perdón que les otorga Morena, que asume ingenuamente (o maliciosamente) que al afiliarlos los purifica, los santifica. Les son perdonados sus pecados, vilezas y canalladas. Reciben baños de pureza. Y juran, corazón en la mano que defenderán los principios de primero el pueblo y lucharán hasta darán la vida por acabar con la corrupción que ellos mismos alimentan. Y representan.

Morena cree que su poder es eterno y absoluto, no que le fue otorgado por el voto de 36 millones de mexicanos y que Claudia tiene más del 70% de aceptación de los mexicanos. E insulta la inteligencia del pueblo mexicano.

El enemigo de Morena se gesta dentro de Morena. Un cáncer que crece fomentado por sus luchas internas de poder.

El caso más vergonzoso es la pugna del diputado Ricardo Monreal, que ya en tiempos del presidente AMLO demostró su vocación de traidor, contra el gran amigo, casi hermano del peje Augusto Adán López, que según sus propias declaraciones ya presentó denuncia por corruptos manejos contra Monreal.

Ridículamente -una vez más insultando la inteligenciade los mexicanos- los directivos de Morena callaron. Quieren solucionar esta felonía del presidente de la cámara de diputados Ricardo Monreal denunciada por el presidente del Senado, Adán Augusto, con una reunión de usted disculpe, con la secretaria de Gobernación en una foto de los tres donde la hipocresía fue la invitada especial.

Tampoco han sancionado a Layda Sansores por contratar a un panista corrupto, en proceso judicial, con rastreador electrónico, al nombrarlo como su secretario de Economía de Campeche. La gobernadora de Campeche, Layda Sansores, defendió haber nombrado a Jorge Luis Lavalle secretario de Desarrollo Económico, ya que estuvo involucrado y detenido por el caso Odebrecht. Lo nombra pese a las críticas de los morenistas, con complicidad de la cúpula de Morena y exonerarlo, culpando a los periodistas de difamar a su protegido.

Lamentables casos emblemáticos resaltan por todo el territorio nacional. En Durango, un ex priista, ex perredista, ex MC, ex panista, que fue senador del PAN y apoyó al candidato presidencial Ricardo Anaya en el 2018 en contra de AMLO, José Ramón Enríquez, quiere ser alcalde de la capital por Morena.

El caso de Javier Corral, ex gobernador panista de Chihuahua y ahora senador por Morena que ha votado incluso en contra iniciativas de su propio partido.

Claudia Sheinbaum debe tomar control de Morena y depurarla para evitar que el gran trabajo de Andrés Manuel López Obrador, de devolvernos la esperanza, del despertar de los mexicanos de nuestra conciencia política, sea destruida por la ambición de Monreal, Adán Augusto y en lo oscurito del propio Marcelo.

Morena no debe olvidar que el pueblo elige, pero también el pueblo quita.

En nombre de un pragmatismo acepta toda clase de excremento corrupto de ex priistas y ex panistas, de un pasado muy corrupto, varios de ellos acusados de peculado, de desfalcos, asesinatos y de enriquecimiento inexplicable, con lo que está perdiendo credibilidad de su lema partidista de primero el pueblo y de un combate frontal contra la corrupción.

Por el bien de México y del pueblo, Morena debe pedir disculpas al pueblo que lo dio el poder y depurar sus filas, limpiar a sus afilados de los corruptos que dicen 

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