Este no es un adiós, es un hasta siempre camarada AMLO

México es otro después de este sexenio

Nacional24 de septiembre de 2024 Jesús Marín
despedida web

Fue el último grito del día de la conmemoración de la Independencia, de un presidente único en la historia de nuestro país y en la historia de Hispanoamérica.

Nunca en la historia moderna de la república el pueblo mexicano se había entregado de alma y corazón a su Presidente, quien fue su líder y su guía, quien nos despertó a la conciencia política y social. Y volvimos a ser mexicanos en México, mexicanos todos, sin distingo de clase ni de color.

México es otro después de este sexenio. Apenas en seis años López Obrador transformó al país de una nación derrotada, pobre, esclavizada y sin esperanza.

AMLO convirtió a nuestro país en una nación con esperanza y futuro, con crecimiento y la convirtió en líder de Latinoamérica. Y en una de las quince economías más fuertes del mundo.

López Obrador es el primer presidente elegido democráticamente en una elección, pese a los fraudes, mapaches, robos de urnas de la oposición. 

Elegido por treinta millones, en la mayor votación en la historia posrevolucionaria.

En la elección de Andrés Manuel no un hubo fraude ni imposiciones, como con los expresidentes espurios Salinas de Gortari y el genocida Felipe Calderón, ni fue impuesto por un grupo de empresarios poderosos como con el ranchero ignorante de Vicente Fox, ni un títere de una poderosa televisora, Televisa, como Enrique Peña Nieto.

Es nuestro líder y conciencia nacional y moral, con todos sus aciertos y errores.

A partir de este primero de octubre cuando Claudia se convierta en nuestra presidenta, Andrés Manuel López Obrador seguirá siendo nuestro líder y guía moral de los mexicanos que amamos a nuestro país.

Andrés Manuel es en nuestro líder moral y amado, la prueba es que los miles de mexicanos que se reunieron en el Zócalo la noche del 15 de septiembre, la noche del grito, más allá del vivan nuestros héroes, del viva México, gritaban con el corazón conmovido en un solo latido y por un solo hombre, a lagrima suelta o disimulada el ¡No te vayas… no te vayas… no te vayas!, un no te vayas que se repitió toda la noche retumbaba en la vieja Tenochtitlán ante el mas grande Tlatoani que hemos tenido desde 1493.

No fue el grito de ¡Asesino, asesino!, que le gritaron a Felipe Calderón, ni los abucheos ni las mentadas de madre como en los pasados fin de sexenio desde los expresidentes a partir de Miguel de la Madrid hasta Peña nieto. 

Ninguno de estos expresidentes, que son odiados y repudiados, que algunos tuvieron que huir del país, que viven millonarios y corruptos pero odiados y repudiados por la mayoría de los mexicanos.

Ningún de ellos, es tan amado, tan querido, tan respetado como Andrés Manuel López Obrador.

Esta noche del 15 de septiembre, noche lluviosa, en un Zócalo hirviendo de mexicanos y mexicanas de todas las edades, que valientemente resistieron las inclemencias del clima, con tal de ver y escuchar a su presidente, en la despedida, en el adiós del más grande estadista que hemos tenido, quizás el único.

Y pese a esa tristeza, mezcla de orgullo y alegría, tampoco se dejaba de escuchar el “¡Es un orgullo estar con Obrador!”.

Este no es un adiós, es un hasta siempre. Es un verdadero honor estar con López Obrador, hasta siempre camarada.

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