Irrelevancia ideológica: la “novedosa” estrategia de las oligarquías

En la furiosa resistencia contra la soberanía popular, las oligarquías infiltran y corrompen partidos de izquierda buscando desilusionar al electorado. En México FRACASARON

Nacional 22 de junio de 2024 Patricia Barba Ávila
tolstoi web

Un gobierno que no procura la justicia, no es más que una banda de malhechores.

León Tolstoi

(citado repetidamente por AMLO)

Sin duda alguna, el pueblo mexicano de la mano del mejor presidente que nos hemos procurado en varias décadas, se ha constituido en un ejemplo a seguir en el contexto de un mundo en crisis en donde los ciudadanos en la Unión Europea han marcado un preocupante viraje hacia los partidos de ultraderecha por una razón fundamental que se relaciona con el título de este análisis: el desencanto de los votantes por las erráticas decisiones de sus líderes que no obstante pertenecer al liberalismo o socialdemocracia ideológicos, ovejunamente se han sometido a la voluntad hegemónica y guerrerista de USA Corporation, la caterva oligárquica que domina la política interior y exterior en el vecino país.

 

Al titular este artículo como “irrelevancia ideológica” la intención es exhibir la estrategia del poder oligárquico internacional que al infiltrar partidos liberales o de izquierda y derechizarlos, busca generar desilusión y repudio por esas corrientes de pensamiento y favorecer así el retorno del conservadurismo fascista, clasista y racista. La actual crisis que padece Europa y que orilló al electorado a votar por la ultraderecha, es la resultante de la sumisión de los políticos de la Unión Europea que provienen de partidos “liberales” o “socialdemócratas” como Emanuel Macron, o el anterior primer ministro inglés Tony Blair, del Partido Laborista, entre otros casos en que, sin importar la ideología partidista, las posturas que adoptan son similares y en algunos casos peores que sus oponentes en el conservadurismo.  El desastre generado por este comportamiento completamente carente de compromiso con el interés popular se traduce en un campo propicio para el florecimiento del extremismo de derecha cuyos proponentes se dedican a prometer lo que en muchos casos es imposible de conseguir simplemente porque este tipo de politicastros no responden a una ideología que genuinamente sirva a los electores sino a intereses de las oligarquías que son las que financian sus campañas engañosas y manipuladoras. Lo ocurrido en Argentina con un deschavetado lenguaraz como Javier Milei que ha vuelto a hipotecar a esa nación con el Fondo Más Infame (FMI) o de Ecuador con un auténtico junior, Daniel Noboa, que ha convertido a este país en una república bananera postrada ante los intereses de USA Corporation revelan un fenómeno similar al europeo. En cuanto a la infiltración de partidos de izquierda, los casos más conspicuos son el PSOE de origen marxista y del PRD de clara definición de izquierda, que terminaron siendo tristes comparsas del conservadurismo.

 

Durante mucho tiempo se fomentó la idea de que Europa representaba la civilización más avanzada, pero a medida que pasa el tiempo esta fachada de grandeza se ha venido derrumbando estrepitosamente tras la crítica situación en la que hoy se encuentra la Unión Europea totalmente carente de autonomía política y económica claramente demostrada con la postura agresiva y belicista contra Rusia, que les proveía de gas barato pero que dejó de hacerlo ante las ridículas sanciones impuestas por el imperio y obedecidas sin chistar por los “líderes” de una UE supeditada a los afanes hegemónicos de USA Corporation, el peligroso cartel mafioso que desde hace décadas ha venido gobernando a nuestros vecinos del norte, con quienes los mexicanos compartimos 3,000 km de frontera.  Y es justamente esta circunstancia la que convierte en una auténtica hazaña lo logrado por nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya agudeza, comprensión integral del contexto en el que desempeña su gestión, aunados a un ineludible compromiso con el bienestar de su pueblo se han traducido en una política que ha privilegiado la soberanía nacional pero sin generar ruptura o crisis con E.U., además de implementar una estrategia comunicacional extraordinariamente eficaz que ha hecho añicos la guerra sucia financiada por las oligarquías nacional y trasnacional y, al mismo tiempo, logrado una creciente politización de una sociedad otrora indiferente y marginada de la actividad política y económica.  Sumado a lo anterior, la honestidad y disciplina con la que AMLO ha manejado los dineros del pueblo al invertir en proyectos y programas que han reactivado la economía, reducido la pobreza y mantenido a México como uno de los pocos países con estabilidad financiera y la moneda más sólida a nivel mundial, han hecho aún más sólido su posicionamiento como consumado estadista. Todo esto se ha traducido en una barrera protectora contra los ininterrumpidos intentos para desestabilizar su gobierno por parte de una elite conservadora trasnacional claramente ofensiva y desdeñosa de la capacidad de los pueblos para determinar su propio destino.  

 

Sin duda alguna, todo lo que los ciudadanos quieren, aunque a veces las tramposas manipulaciones politiqueras generen confusión e incertidumbre, es bienestar; sin embargo, por largo tiempo una clase inmoral integrada por vividores carentes de identidad política y compromiso con los votantes, logró mediante el uso de campañas engañosas difundidas por una mediocracia controlada por oligarcas, generar un espejismo de “democracia” en la que convencieron a la población de su incapacidad para “entender” la política, afirmando que esto era cosa de “políticos”, es decir, fantoches y mediocres financiados por la plutocracia y promovidos mediáticamente como productos chatarra.  Todas estas patrañas se han venido derrumbando y han hecho irrelevante a esa mediocracia entre otros motivos por el surgimiento de “las benditas redes sociales” que nos han dado la oportunidad de acceder a información veraz que exhibe la venalidad y corrupción de los “periodistas” estrella de las élites.  En este punto, es importante subrayar que las plataformas que, erróneamente, son llamadas “redes sociales” pueden ser empleadas por malandros disfrazados de “servidores públicos” o por gente honesta cuya convicción ideológica y compromiso con su pueblo son el fundamento de su quehacer político. Uno de los ingredientes que ha hecho la diferencia en el caso de AMLO es la meridiana claridad con la que explica, en lenguaje llano y transparente, las decisiones que su administración adopta en beneficio de todos los sectores, en especial los más pobres. No hay poses estudiadas ni ademanes histriónicos, sólo honestidad y respeto por un pueblo al que le ha sido siempre leal.

 

 

El pueblo debe sacar del poder a políticos fantoches y mediocres. AMLO

 

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