Siempre hemos estado polarizados, pero con AMLO tomamos conciencia del despertar político

Debemos apoyar a Claudia, votar por la continuidad de la Cuarta Transformación, lograr la mayoría calificada en las cámaras con el plan C, para acabar con la corrupción mafiosa de la Suprema Corte.

Nacional 09 de abril de 2024 MARTÍN M. GONZÁLEZ

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Dicen que desde que llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México provocó que los mexicanos nos polarizáramos. Chairos contra fifís, prietos indígenas contra rubios y weritos. Ricachones contra pobretones. Feos contra bonitos. Asesinos vendepatrias contra mexicanos patriotas.

Mentira. Siempre hemos estado polarizados. Siempre ha habido castas y lucha de clases. Libres y oprimidos. Jodidos, pobres, media clase, ricachones y multimillonarios, solamente que antes no lo sabíamos. No nos dábamos cuenta. Lo tomábamos como algo natural, como el orden universal del mundo. Por mandato de dios y de su santa y cristiana iglesia. Sufre y sé pobre, cuando te mueras llegaras al paraíso tan prometido. Pobrecito del rico que no tendrá ese consuelo.

Una vil mentira histórica con la que han reprimido la democracia y la obtención de derechos humanos de la mayoría de los ahora ciudadanos. Una ley no escrita para mantenernos apaciguados y en plena domesticación.

Ahora en tiempos de AMLO recuperamos la ciudadanía. Somos ciudadanos porque ya ejercemos nuestro voto inteligentemente, más allá de las campañas mediáticas. Y votaremos por la igualdad entre todos los mexicanos, sin lucha de clases ni racismo, sin mexicanos de tercera ni de primera, simplemente mexicanos todos. Un país donde todos los mexicanos tengamos futuro y libertad.

Somos un país en guerra, en constante lucha. Desde el imperio azteca, la conquista española, la sangre es lluvia en esta tierra nuestra. Somos un México de muchos méxicos. Pese a la guerra de Independencia, la cual a su término se conservó el mismo linaje de castas entre nosotros. Y de la Revolución donde todo cambió para que todo siguiera igual. Misma dictadura, pero con otros nombres, la polarización siempre ha estado presente en la vida nacional.

Siempre hemos estado polarizados, desde los tiempos precolombinos hasta nuestros días. Hasta que llegó un tal Andrés Manuel López Obrador, quien nos hizo despertar políticamente y nos hizo comprender que el poder es del pueblo.

Ahora, en estas elecciones, la guerra sucia es encarnizada. Es descarada y con todo el poder de los privilegiados para devolvernos a nuestra condición de esclavos de nuestros antiguos dueños.

En estos meses no solo se va a luchar contra la corrupta candidata de la oposición y de la corrupta derecha conservadora. Ni contra los medios de desinformación mediáticos. Ni la lucha es contra la pedofílica iglesia católica mexicana. El verdadero enemigo de la Cuarta Transformación es la Suprema Corte de Justicia, amafiada por Norma Lucía Piña Hernández, miembro de cártel por Peña Nieto. Y contra lo que sobrevive del INE de Córdova. Ellos son el verdadero peligro para Morena. 

Es responsabilidad de cada mexicano luchar por seguir esta transformación, única en el mundo y en la historia de México. Es mantenerse informado y sobre todo ir a votar este dos de junio. Y no confiarse en la abrumadora ventaja de Claudia Sheinbaum en las encuestas.

El voto debe ser real y directo. porque ellos, los privilegiados, los del partido Prian, los empresarios, los dueños de los medios desinformativos, los canales de televisión abierta, los periodistas maiceados y corruptos que nos ha saqueado, no nos vuelvan a esclavizar. No vuelvan a hundirnos en el miedo y el hambre, en la ignorancia y el odio.

Cada voto en contra de los conservadores es un clavo en su ataúd. Antes de AMLO, nos decían que era natural que hubiera mexicanos de primera, con privilegios y fortunas, por haber nacido blancos. Por tener maestrías en escuelas gringas. Por ser herederos de la Revolución Mexicana que se la apropiaron. La volvieron institucional.  

Y nosotros, los nacidos prietos, los herederos de sangre indígena, pobres desde la cuna, por herencia y cacicazgo. Nos “vendían” la idea que, por esfuerzo propio y sudor de jornadas de trabajo mal pagadas, podríamos algún día, ser como ellos, tener un carro, una casa, comer tres veces al día. Y vacaciones en donde quisiéramos. Morir dignamente con una pensión mezquina, en una “ancianidad” justa y cálida. Otra mentira de nuestros amos y caciques. 

Los mexicanos, los jodidos sin esperanza ni futuro, resignados a morir viejos y de diabetes, en la pobreza absoluta, con esa idea de que lo merecíamos, por huevones y displicentes. Y era nuestro destino manifiesto ser pobres y miserables.

Debíamos morir estoicamente con una pensión miserable, sin prestaciones ni bienestar. Nos decían que el dinero, la riqueza de la nación no alcanzaba para sus hijos más pobres, que si nos daban pensiones universales y repartieran las riquezas de nuestro país entre la mayoría de sus pobres, la economía nacional se desquebrajaría. Y por décadas lo creímos. Y por décadas nos fueron reduciendo a la imbecibilidad, con su televisión, con su prensa escrita, con sus putos intelectuales.

En cinco años se ha demostrado que somos un país rico, si hay honestidad y se administra sin corrupción. Si se cobran los impuestos a multimillonarios que por décadas se les perdonaron a los más ricos. Si se para el saqueo al petróleo, a la energía electica.

López Obrador ha demostrado que la riqueza es para el pueblo, no para unos cuantos. La riqueza es para los más pobres.

Debemos apoyar a Claudia, votar por la continuidad de la Cuarta Transformación, lograr la mayoría calificada en las cámaras con el plan C, para acabar con la corrupción mafiosa de la Suprema Corte.

Claudia es una mujer inteligente y ya demostró que tiene una fuerte personalidad. Es una militante de izquierda de pura cepa, sin pasado partidista ni acusaciones de fraudes y corrupciones. Es una mujer con doctorado y estudios superiores por la UNAM.

Claudia será la próxima presidenta de todos los mexicanos, incluido los odiadores. Con Claudia presidenta, acabaremos a las oligarquías, a los vendepatrias. Votemos por un México para todos, un México libre y justo.

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