La izquierda con AMLO transforma a México

Ya no sé ni cómo bautizar a toda esta etapa preelectoral y electoral que se vive en México: Hay demasiado ruido, dimes y diretes, chismes, falsos, calumnias, acciones incongruentes, insultos, exacerbación de los ánimos, ataques, contraataques; en fin, la radio, la T.V. y la prensa, los teléfonos inteligentes repiqueteando con bots, fake news. Parece ser que ahora lo que cuenta para convencer a los electores es el escándalo, la confrontación indirecta y directa de los partidos y de los políticos.

En México ya se conoció el verdadero rostro de la izquierda, el desarrollo de sus programas, su inclinación en favor de los trabajadores de la ciudad y el campo, en favor de los jóvenes de la ciudad y el campo, en favor de los jóvenes y las mujeres y el gran respaldo para los adultos mayores. El gasto social se ha multiplicado como nunca, las reformas a las leyes se han acondicionado para ayudar a los que siempre habían desfavorecido.

El presidente Andrés Manuel López Obrador se atrevió el 5 de febrero a enviar a la Cámara de Diputados una serie de iniciativas de todo aquello que está mal legislado y de leyes que no existen, que hacen falta en el presente para hacer justicia.

La Constitución mexicana ha sufrido más de 700 modificaciones desde la época de la revolución mexicana, todas ellas para quitarle su sentido social y de justicia, que es lo que se quiere devolverle ahora, para que sea más democrática, con objetivos de justicia, social, de igualdad de libertades y derechos de todos los mexicanos.

Los exgobernantes desplazados que pertenecían al PRI y PAN ahora que se dan cuenta que la izquierda está haciendo su deber, cuando vea que la 4T es una fuerza sólida y decidida, crean un frente sumando al PRD, que se convierte en una mezcla de ideas contrapuestas, que por su naturaleza no pueden ofrecer un programa congruente y por eso y más, son un mazacote sin pies ni cabeza.

Es importante que los partidos tengan programa porque en él se direcciona su política. Sin programa sus miembros se mueven anárquicamente.

Lo que ahora vivimos lo han creado los anarquistas de derecha, porque la anarquía está en su interior. El PAN como se sentía el preferido de la iglesia, se fue al Vaticano a solicitar bendiciones y alguna señal favorable a sus causas y no lo logró. El Papa, jefe de Estado del Vaticano es neófito, y tanto mandó bendiciones con Xóchitl y con Claudia.

El pueblo mexicano ya aprendió a ser independiente y soberano y se autogobierna sin aceptar injerencias trasnacionales.