Acapulco y el país, Otis y el odio de la oposición

Nacional06 de noviembre de 2023 GUSTAVO GÓMEZ MENDOZA

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El huracán Otis que devastó al hermoso puerto mexicano de Acapulco es menos intenso que los que el país sufre de parte de la oposición en toda la extensión territorial de México.

El de Acapulco duró unas horas, fue imprevisto y su intensidad extraordinariamente fuerte alcanzó el grado más alto en la escala para medir su fuerza, esto es parte de los desórdenes que el hombre ha estado creando en todo el universo, o sea es consecuencia del fenómeno del calentamiento global que tiene muy diversas manifestaciones. La naturaleza se manifiesta encolerizada.

Hay un libro que se llama “Amnesia de la humanidad”, escrito por científicos de muy alto nivel, donde nos trasmiten que la Tierra ha sufrido varios embates de la naturaleza de los cuales el hombre no tiene memoria y, muy pocos libros lo registran, porque hay una tendencia de la humanidad para borrar los desastres de gran escala.

Cuando se habla de un gran diluvio que terminó con la especie humana e incluso con la flora y la fauna, así antes hubo civilizaciones enteras que desaparecieron y todo vestigio de vida, las causas deben haber sido semejantes a lo que ahora pasa en el mundo.

Las escenas que registran la prensa, realmente son tristes y dolorosas. En 1965, también apareció un ciclón en el Pacífico denominado “Hazel” y yendo a Mazatlán con otros amigos, veíamos cómo las montañas se desvanecían ante la intensidad de la lluvia y del viento.

Al acercarnos al puerto, cerca de 50 kilómetros estaban cubiertos de agua y los vehículos que transitábamos por la carretera se llenaron de agua y lodo y estuvimos 2 o 3 días recibiendo auxilio y comida de las fuerzas armadas.

Al ver a Mazatlán, no creíamos lo que miramos, los carros de ferrocarril volteados, autobuses y barcos estaban tirados por todo el puerto, postes caídos, sin luz ni teléfonos. La furia de la naturaleza es implacable, ahí comprendí qué frágiles somos los humanos y también entendí que hay otros que son verdaderamente salvajes, bestiales y de gran maldad. En todas las épocas de la humanidad hay esta división.

Trasladándonos al presente, lo de Acapulco es una desgracia de la cual quienes no tienen bondad pretenden o pretendieron sacar raja política, apuntando sus ataques hacia el gobierno federal y el presidente Andrés Manuel López Obrador, dando a entender que el apoyo era insuficiente y que no se habían tomado las medidas precautorias para evitar más daños.

¡Qué terribles son las fuerzas de la reacción!, que quieren crucificar a sus adversarios, mínimamente buscan ensuciar sus honras.

Lo bueno es que en este país hay mucha gente noble y cooperan para reactivar la vida y no como los conservadores que buscan reactivar la muerte.

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