Xóchitl, la candidata que no cuaja

La respalda la oligarquía, no el pueblo

Nacional 04 de septiembre de 2023 DANIEL ANTONIO LARA PALACIOS

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Una vez más los partidos del frente opositor mienten. La candidatura expedita de Xóchitl Gálvez pone en evidencia la forma vertical en que se toman las decisiones en la derecha mexicana; hay un grupo de patrones, los oligarcas encumbrados durante la oscura y larga noche neoliberal, que son los que realmente deciden el rumbo a seguir para la oposición, los líderes partidistas están a su servicio.

La ficción se reafirma como la carta de presentación del prianismo, con la evidente simulación de un proceso democrático que terminó con la imposición de la senadora panista como candidata única a la presidencia de la República. A la oligarquía le urgía el anuncio, tan es así que adelantaron la salida de todos los aspirantes con una serie de declinaciones que no fueron sorpresa para nadie; no les interesa la democracia, les interesa un poder público servil y entreguista, eso es lo que representa Xóchitl.

No tienen credibilidad y por más que traten de posicionar a su estridente candidata con todos los medios vendidos hablando maravillas de ella, nomás no prende la señora de huipil, no conecta con el pueblo, por más que se trata de vender como una persona que viene de abajo, diciendo que de niña vendía gelatinas y que de ahí escaló  para convertirse en multimillonaria, lo que no dicen es que sus millones vienen del tráfico de influencias, sus puestos políticos le sirvieron de catapulta para sus negocios.

México está blindado contra Xóchitl, porque es como Vicente Fox, dicharachera y coloquial, pero vacía ideológicamente; un discurso ruidoso, llamativo, irreverente pero carente de propuestas propias, el proyecto del bloque opositor es regresar a lo que había antes de 2018.

Es tan claro que teniendo cinco años para redactar un plan de nación para proponer al pueblo, solo se han dedicado a criticar al Presidente Andrés Manuel López Obrador y sus políticas transformadoras. Sus propuestas son tan ambiguas que nadie podría oponerse a ellas, ¿un México ganador?, al pueblo no le interesan sus frases mercadológicas ideadas por un becario del ITAM, le interesa un gobierno que tenga un impacto positivo en su vida diaria, un gobierno que solucione sus apuros más inmediatos, uno que le dé la oportunidad de salir adelante con su esfuerzo.

Xóchitl Gálvez puede tener el apoyo de todos los membretes de la supuesta ‘sociedad civil’, puede tener una constancia de haber ganado en un proceso interno amañado, hasta gozar de la simpatía de los empresarios más ricos de este país, pero no tiene proyecto y menos tiene lo que más se necesita para ganar la presidencia: un pueblo que la respalde. Y sin eso, su gelatina no tiene manera de cuajar.

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