Marcelo Ebrard, la desesperación lo traiciona

Si apuesta por la división, seguro será candidato de MC

Nacional 21 de agosto de 2023 Daniel Antonio Lara Palacios

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Se han tenido demasiadas consideraciones con el excanciller Marcelo Ebrard Casaubón: empujó para que sus compañeros aspirantes renunciaran a sus cargos, Morena le concedió y todos renunciaron; parecía tener urgencia por comenzar la contienda, ahora que hay seis aspirantes borra discursivamente a cuatro en una declaración, diciendo que solo son él y Claudia Sheinbaum.

Que no se mal entienda, es un elemento fundamental del gobierno de la Cuarta Transformación y sin duda que no se puede entender el obradorismo sin sus aportaciones, incluso durante sus peores crisis, pero no debe haber confusiones: el presidente Andrés Manuel López Obrador le dio un cargo fundamental, uno con una exposición casi inigualable, en el que pudo demostrar su eficiencia, sus capacidades y sus habilidades políticas.

Desde que se comenzó con la dinámica de las llamadas "corcholatas" Ebrard ha venido haciendo señalamientos de que hay inequidad en la contienda para la búsqueda de la Coordinación de la Defensa de la 4T y la eventual candidatura presidencial, y ha apuntado sus dardos a la exjefa de Gobierno Claudia Sheinbaum, quien desde que se comenzó a hacer mediciones encabeza las encuestas en la sucesión presidencial; es normal que haya competitividad entre los aspirantes, lo que es bajo es ensuciar la disputa con acusaciones que no se pueden probar, y que serán aprovechadas por los opositores, gane quien gane. 

Con eso no daña a Claudia, se daña a sí mismo, a su legítima aspiración, pero sobre todo daña al movimiento, a la Cuarta Transformación y a la gente que quiere que ésta se profundice; la desesperación es mala consejera, el verse abajo en las preferencias lo hace cometer errores que en el mejor de los casos solo deberían perjudicarlo a él, pero en la realidad, terminan por perjudicar a un movimiento, y hay que recordar que ninguna persona, por importante que sea en la lucha democrática, está por encima del movimiento, ni Marcelo Ebrard, ni Claudia Sheinbaum, ni Gerardo Fernández Noroña, ni Adán Augusto, ni Monreal, ni siquiera el mismísimo presidente de la república lo está, lo principal es la continuidad del proyecto de nación, el que se olvide de eso y trate de ponerse antes que la unidad, traiciona no solo a la 4T, sino al pueblo de México.

Quién en su sano juicio se elegiría a sí mismo antes que al bienestar de millones de mexicanos, ese es el tipo de individualismo que el obradorismo combatió por décadas, ese culto al individuo fue el que impuso a Felipe Calderón o a Enrique Peña Nieto, el egoísmo de buscar el poder con una obsesión destructiva, ganar a toda costa, usando marrullerías, golpes bajos, se contrapone con la forma en que llegó AMLO a la presidencia, convenciendo, proponiendo, debatiendo y apelando a la razón.

Un mal cálculo de su equipo podría sacar al Ebrard de Morena y en Movimiento Ciudadano estarían felices de tenerlo como aspirante a la presidencia de la república, pero eso le significaría el repudio del pueblo de México hacia su figura, sería candidato pero no presidente, sí provocaría un fuerte daño y una gran división, probablemente en Morena no le alcance para ser presidente en 2024, pero si gana la encuesta sin duda será presidente.

Permanecer en Morena, gane o pierda, le garantizaría la tranquilidad de haber buscado el bien mayor antes que sus aspiraciones personales, pasar a la historia como uno de los personajes centrales de la transformación de la nación. Él y nadie más debe ponderar el peso de su salida, porque si en su necedad de ser el candidato, divide, sería considerado un traidor y la historia no se lo perdonará.

 

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