Sigue la disputa por el FOVI de la Secc. 44

¿Por qué tanta tolerancia y tibieza antes los excesos del patrón?

Local 16 de abril de 2024 JESÚS MIER FLORES

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El Fondo de la Vivienda (FOVI) de la Sección 44, es la joya de la corona de todas las actividades económicas de la organización. De ahí que, por razones especiales, el gobierno le había concedido al sindicato que lo dirigiera, con el compromiso formal de rendirle buenas cuentas a él y a los docentes.

Las cosas avanzaron tanto, que caímos en la rutina de la ingenuidad, a tal grado que llegamos a creer que éramos sus consentidos y en el mareo de la estupidez, sentimos el apapacho de la hipocresía supina del padre de los cuates y padrastro infame de los maestros, quienes en una emboscada de vil engañifa y en un truco de dos bandas, no los harán víctimas, sino cómplices, al entregar planchada y almidonada la plaza que al gobierno le urge recuperar.

Sin la opinión de los maestros, esto implica que con su silencio, ahora abona para envenenar más el ambiente y socavar sin resistencia la presencia de la representación sindical, en esa joya tan disputada, donde el intento de sustitución, aplica en un ejemplar de dudosa reputación, cuyo mérito lo ha puesto en la mira de ser reconocido y posiblemente agraciado con tan codiciada responsabilidad.

Por supuesto que los avances siempre están al acecho del peligro, y esta vez si la dirigencia de la Sección 44, da su brazo a torcer en esa posición, correremos el riesgo de retroceder en el tiempo, hacia la intolerancia y a la arbitrariedad, que surgen del ejercicio irrestricto de los poderes fácticos, que ahora han cobrado relevancia y notoriedad por sus excesos en el paralelismo y el magisterio es la próxima víctima en dicho asecho.

En esta jugada es de sobra conocido, que la más ninguneada, sería la organización, dado que dócilmente estaría renunciando a la posición de un patrimonio que fue conquistado y creado por ella y que al no resistir a esa descortesía política, sería tanto como rendirle honor a la incongruencia, de poner en charola de plata las fichas blancas, para que los expertos en jugadas sucias las vengan de nuevo a percudir, remitiendo inescrupulosamente a la Sección 44, todas las manchas que de inmediato generen los criminales de la nueva administración.

Y no exagero al hacer públicas las lindezas que lucen en los medios, cuando se trata de desdeñar las formas; su ímpetu para atacar los temas que les interesan, sobre todo cuando de dinero se trata. Hablan de los hombres sin una brizna de respeto y de las damas sin una brizna de pudor. Golpean hasta agotarse. Pero no dan tregua hasta que fatigan y doblan a los trabajadores que en sus alucines son motivo de sospecha o ineficacia.

De forma compulsiva se pavonean en los medios chayoteros y hacen escarnio en cabeza ajena de la corrupción que padecen. Tienen sentido del humor y una ilimitada capacidad para el desprecio. No dan paso atrás en las disputas. Se imponen por encima del razonamiento por la fuerza y se hacen del alegato, como viles pendencieros.

Y es ahí, donde nos obligan a pensar que, cuando el gobierno se da el lujo de satanizar a los trabajadores, un día sí y otro también, algo falla en la relación patrón-sindicato, pues basta que se haga pública la hostilidad, para que la dirigencia guarde silencio y permita que sistemáticamente la contraparte se la pase persiguiendo y hablando mal de los trabajadores y ahí se nota que estamos ante una relación perversa que debemos vigilar y denunciar.

No es difícil darle la razón a quien en nombre de la ley la reclama; pero si a esas vamos, el gobierno exige a los demás su aplicación, pero no la aplica cuando a él le corresponde cumplirla y para muestras ahí están los laudos ganados por los maestros, respecto al rubro de los quinquenios, donde los funcionarios educativos sólo se concretan a responder que no hay dinero y los tribunales en un descarado contubernio, se declaran incompetentes para hacer cumplir un dictamen que ellos expidieron

Desde luego que lo que he expuesto arriba ya no me escandaliza, pero sí creo y estoy convencido, que este es un capítulo más de la desafortunada historia de cobardía y dejadez de la Sección 44, donde no denunciamos, no acusamos, solo queremos que la dirigencia explique al magisterio y a la opinión pública: ¿Por qué tanta tolerancia y tibieza antes los excesos del patrón?

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